Abandonado, alejado de la pomposidad de antaño, con los ecos de las risas de Deborah Kerr y el recuerdo de las excentricidades de Salvador Dalí, Incosol languidece en Marbella. Esperando un salvador que lleva años sin llegar. El resort, en otro tiempo referente del lujo y el cuidado de la salud de sus huéspedes, cerró en 2012. Ahora un fondo de inversión quiere reabrirlo para darle el esplendor que en otro año tuvo. Ilanga Investments, el fondo ligado a Pelayo Cortina Koplowitz con sede en Luxemburgo, ha comprado este resort para rehabilitarlo. La thought es crear un referente mundial de salud y bienestar.
Es una oferta que funciona. Incosol ya explotó este mercado durante décadas. Buchinguer lleva más de cien años con esta oferta en Marbella. Hoteles como Marbella Membership, entre los mejores del mundo, invirtieron en mejorar este apartado para dar otra dimensión a sus servicios. La consecuencia ha sido entrar en un nicho de mercado que hace no caer la ocupación en exceso en temporada baja.
Los números del sector son favorables en Marbella, sobre todo después de períodos vacacionales. Es por lo que el grupo inversor quiere hacer una remodelación valorada en 150 millones de euros para tener su propio resort ‘Wellness & Clinic’ para cuando arranque la temporada alta en 2025.
Junto a la urbanización Golf Río Actual, en la parte Este de la ciudad, donde no hay hoteles de lujo. Don Carlos se convirtió en un resort de temporada con la disaster, dejando huérfana a esta parte de la ciudad, que espera a la construcción de añorado 4 Seasons, inmerso en una guerra judicial por los derechos de construcción en estos suelos.
La compra despeja, además, los problemas judiciales de este enclave. En 2007 el Grupo Jale, radicado entre Málaga y Cádiz, adquirió este resort en Marbella por 46 millones de euros al empresario vasco García-Egocheaga, que lo había comprado en 1997. En el precio se incluía la deuda bancaria de 23 millones que arrastraba este complejo. Pusieron vigilancia para evitar el saqueo, donaron el mobiliario a obras sociales y se plantearon devolver, como ahora, el esplendor perdido al lugar.
Nada llegó a buen puerto. La empresa entró concurso de acreedores ese mismo año por varias operaciones fallidas. Se tasó el patrimonio en 920 millones de euros y se catalogaron pagos pendientes por unos 300 millones. Ahí es cuando este comprador pidió al juzgado la devolución de la inversión.
El propietario pidió al Juzgado de lo Mercantil 1 de Cádiz la nulidad del contrato de compra la devolución de los 60 millones de euros abonados. Fue por una auditoría posterior a la comprar que desveló que el resort tenía una deuda oculta que superaba los 28 millones de euros, además se había vendido 22 de las 200 suites. Para ese entonces, el resort ya había había pasado a manos de los bancos, de donde ahora lo rescata Ilanga Investments.
El Ayuntamiento acoge este proyecto con los brazos abiertos, sobretodo por la creación de empleo que supone. Sólo durante la construcción unos 500 contratos directos. El Consistorio asegura que estará en plazo, puesto que no requiere adaptaciones urbanísticas. Así, la propia alcaldesa confirmó que, en el momento en el que se presente el proyecto de renovación, se le dará luz verde.
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