Han pasado 14 años desde que veíamos como el embajador Udina y el capitán Anderson nos introducían de manera breve el pasado de Shepard mientras éste -o ésta – lanzaba una mirada aparentemente perdida a la infinidad del espacio. Casi 3 lustros desde que se nos explicó por primera vez que en el año 2148, unos exploradores en Marte desenterraron algunos restos de una antigua civilización de exploradores del espacio y que el estudio de esas ruinas propició un salto drástico en la evolución tecnológica de la humanidad. La posibilidad de viajar a las estrellas más lejanas; la capacidad de controlar el mismísimo tejido del espacio y del tiempo. El mayor descubrimiento de la historia, lo llamaron. El resto de civilizaciones lo llama… Mass Effect.
Mass Effect Legendary Edition llega en un momento extraño dentro del panorama videojueguil. Un título diseñado para consolas de “vieja” generación -PS4 y Xbox One- pero entrados seis meses en la vida de las nuevas máquinas. No es desde luego un remaster pensado para lucir músculo en PS5 y Collection X aunque si no se ha vivido nunca la épica de esta trilogía, o hace tiempo que no se revive, es una magnífica excusa para disfrutar de las docenas y docenas de horas de lo que Bioware casi siempre ha hecho mejor: contar historias.
Es una gran oportunidad de hacer que esos entrañables personajes que nosotros ya conocemos nos vuelvan a conocer a nosotros; de descubrir qué son los Segadores y de hacer amigos o enemigos por igual, de viajar por incontables planetas y relacionarnos con algunas de las razas más interesantes de la galaxia. De conocer a las poderosas matriarcas Asari, de pegarnos cabezazos con los Krogan o de incluso intimar con una raza nómada como son los Quarianos. Con tres juegos incluídos y una veintena de contenidos descargables, hay juego de rol de corte occidental para muchos ratos y muy buenos.
Lo mejor del remaster, primero
Puestos a hablar de lo mejor primero, hay que admitir que la forma en la que Mass Impact presenta su universo sigue siendo espectacular. No ya sólo su explicit estilo cinematográfico sino también su manera de hilar conceptos, de hacer algo tan importante y a la vez tan difícil en una obra de ciencia ficción: que sea believable. Esa conexión que se crea entre el jugador y el título no es informal: es mucho más fácil querer saber más de una historia cuando nada en ella te chirría, incluso siendo muy consciente de estar ante una fantasía. Pero desde luego esto no es mérito de esta versión; al contrario, ese siempre fue tal vez el punto más fuerte del juego authentic. El esfuerzo de Digital Arts en este remaster ha sido precisamente intentar reforzar lo otro. Y lo otro no es solamente darle un aspecto más precise a su estado gráfico, sino también homogeneizar las secuelas entre sí y especialmente trasladar algunas de las actualizaciones en cuestión de gameplay de la segunda y tercera entregas al authentic.
Y aunque existen los defensores del núcleo jugable del primer Mass Impact, más cercano al Caballeros de la Antigua República que la vieja Bioware salía de desarrollar, la realidad es que su manejo period bastante tosco, su interfaz period incómoda y su mecánica de disparos dejaba bastante que desear. Hoy, incluso con su pulido, está lejos de los estándares que encontramos en las aventuras en tercera persona modernas, pero los cambios se agradecen.
Hay muchas novedades de lo que se suele llamar “calidad de vida” en Mass Impact 1. Los disparos van allá donde se apunta, por ejemplo, y no dependen de una oculta tirada de dados para decidir si se impacta en el blanco o no. Y uno tiene la sensación de que el juego es más fácil porque depende menos del uso de habilidades en el combate de lo que el authentic de Xbox 360 presentó en su momento.
Ayuda también la nueva disposición del HUD, una mejor distribución de algunos encuentros con enemigos y un sistema de experiencia que permite llegar a altos niveles sin necesidad de repetir la campaña. Incluso cosas que en apariencia resultan triviales pero que quedan muy de manifiesto cuando se vuelve al juego sin remasterizar, como la posición de la cámara en las coberturas o el hecho de poder esprintar fuera de combate, traen a Mass Impact ya no al 2021 pero sí por lo menos a este siglo unas mecánicas que incluso entonces se nos antojaban antiguas hace década y media. Todo ello en su conjunto proporciona al jugador una mucha mejor experiencia de juego, aún sin llegar a ser la de Mass Impact 3, y nos permite concentrarnos en lo importante.
Incluso partes en las que había cierta unanimidad por lo tediosas que resultaban han recibido algo de cariño. Sí, hablamos del mako, esa especie de vehículo APC que se usa para explorar planetas y que – casi – todo el mundo odió. Ahora sigue siendo bastante odioso, para qué engañarnos, pero por lo menos no pierdes la mitad de experiencia cuando matas a un enemigo mientras lo conduces y uno no tiene la sensación de estar siempre conduciendo sobre una colchoneta de hielo.
Y más allá de las pequeñas grandes cosas que habrá tiempo para desgranar, está evidentemente la actualización técnica; el juego luce mejor y se escucha ampliamente mejor. Hay incluso un modo foto del que los followers van a abusar sin medida y no hay ninguna duda de que las redes sociales van a ser los primeros testigos de lo decente que luce el juego, especialmente en estático.
Claro que algunas animaciones se han quedado atrás a nivel de calidad, ciertos entornos parecen bastante planos o vacíos para los estándares actuales y el uso – o desuso – de algunos filtros seguro que dará para más de un debate entre los puristas, así como veremos vídeos y gifs con esos inevitables bugs marca de la casa de los que esta versión no ha escapado. Pero en basic, por lo visto hasta el momento, el resultado es muy satisfactorio. Y a medida que avanzamos en la trilogía, se mejora en prácticamente todos los aspectos.
En otras palabras, por lo visto hasta el momento y habiendo hecho las comparaciones oportunas con los originales, Mass Impact Legendary Version da la talla. Sigue siendo a día de hoy uno de los mejores universos creados para un videojuego, sigue teniendo algunos de los personajes más carismáticos y las conexiones entre ellos siguen estando entre lo mejor que ha hecho un juego de rol occidental.
Todo ello en un paquete que trata al jugador como un adulto sin ningún tipo de condescendencia, que le hace responsable de sus acciones y lo hace partícipe de una cascada de acontecimientos -tanto en pantalla como emocionales- sin parangón. Y esta es posiblemente la fortaleza que la trilogía atesora y que la hace vigente aún hoy día, remaster de por medio o no. Pero tanto para un fan como para el que llega a ella por primera vez con todas las mejoras que conlleva, es una gran oportunidad de revivir una de las grandes historias de nuestro medio. Nosotros volveremos con el análisis una vez hayamos completado su contenido, y no antes. Queda todavía mucha galaxia que explorar.
” Fuentes as.com ”