Trasladarse mentalmente a 2020 es, muy probablemente, experimentar de nuevo la sensación de agobio que produjeron los sucesivos confinamientos, decretados a marchas forzadas por la pandemia del coronavirus.
Esos meses de encierro doméstico fueron la constatación práctica de la locución latina “tempus fugit” (el tiempo vuela). Nadie podrá devolver aquellos planes que tuvieron que posponerse, ni los viajes que quedaron en el cajón. Pero las ganas de conocer otros lugares no desaparecieron. Se acumularon. Y han dado paso a una tendencia que los expertos han bautizado con el término “revenge tourism”, la explicit venganza del turismo contra la pandemia.
El “revenge tourism” hace referencia al impulso que el sector ha experimentado este año, especialmente en verano, y que ha pasado por encima de las previsiones económicas que apuntaban a un otoño complicado. La gente ha preferido mirar hacia otro lado y realizar aquel viaje tan deseado, aprovechando los ahorros que acumuló en el confinamiento.
Oviedo, que recibió en octubre un 19% más de visitantes, representa el auge de un nuevo turismo que busca recuperar el tiempo perdido en el confinamiento
Oviedo es un destino paradigmático de esta tendencia. La capital asturiana tuvo entre los meses de junio y septiembre una ocupación media del 90% y alargó su auge turístico hasta los meses del otoño. En octubre la ciudad recibió un 15% más de visitantes más que el mismo mes de 2019, cuando la pandemia todavía no había llegado a nuestras vidas.
A este incremento de llegadas de un turismo nacional e internacional cada vez más numeroso, hay que sumar un porcentaje related en el número de pernoctaciones, convirtiendo a la capital asturiana en la punta de lanza de un alza extrapolable a todo el norte de España, en el que Oviedo adelanta porcentualmente a otros pujantes lugares predilectos para escapadas como San Sebastián o Santiago de Compostela.
La recuperación del sector ha sido más rápida de lo esperado. El experto en turismo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Pablo Díaz la califica de “anormal”. Durante el segundo semestre de 2022, los españoles han realizado 44,64 millones de viajes, 10 millones más que en el mismo periodo de 2021. La cifra se acerca a la registrada en 2019, cuando viajaron 50,47 millones de veces. Del whole, además, el 91,8% han tenido como destino el territorio nacional –fueron el 90,2% en 2019–.
“La gente busca seguridad y en estos dos años ha descubierto que, en un radio medio, tenían una oferta turística que desconocían”, afirma el presidente de la Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (Acave), Jordi Martí. El gasto se ha disparado a 11.657 millones de euros, el 115,7% más que en 2021.
Se viaja más, más caro y diferente. No es acumular destinos visitados, sino experiencias, explican diversos operadores del sector. Nuevas formas de desplazarse y hospedarse han irrumpido con fuerza, marcadas por la digitalización. Los teletrabajadores son cada vez más nómadas y los jóvenes basan sus búsquedas de destinos y alojamientos en las tendencias de las redes sociales.
Arma de doble filo
El peso importante del turismo en la economía española lo sigue teniendo el visitante extranjero. Todavía este año se han hecho notar los últimos coletazos de la pandemia y algunos países aún han impuesto restricciones a la hora de viajar. También se ha percibido la falta del turismo ruso, paralizado por la guerra de Ucrania. Aun así, el país ha recibido hasta septiembre la visita de 55,9 millones de turistas extranjeros, mientras que en el conjunto de 2021 fueron 31,2 millones.
Cada extranjero ha gastado en España 1.182 euros de media, lo que constituye un aumento del 10% en relación con el mes de septiembre del año anterior. Durante los seis primeros meses del año, el gasto de estos turistas aumentó el 209,7% respecto al mismo periodo del año pasado, alcanzando los 68.137 millones de euros.
Crece la tendencia del “slow travel”, con viajeros preocupados por reducir el impacto ambiental de sus visitas y movimientos
Este turismo de venganza, sin embargo, es un arma de doble filo. Esta recuperación tan notable del sector puede ser en sí misma una burbuja vulnerable de reventar. Una vez saciadas sus ganas es muy posible que la población vuelva a la contención, explica Díaz.
También insiste en la presión de la inflación sobre el sector, que sube precios. Aunque se han realizado seis millones de viajes menos que en 2019, el gasto es ligeramente superior. Este año ha sido de 11,66 millones de euros, mientras que entonces fue de 11,43.
A largo plazo, esto puede suponer que viajar se convierta en una actividad exclusiva reservada a personas con un alto nivel adquisitivo, argumenta el experto en turismo de la UOC. “La clase media quedaría relegada a un turismo más local, excluida de los viajes internacionales”. Además, causaría un acortamiento de la duración de las estancias y, en consecuencia, una pérdida de peso del sector en el PIB que, en 2019, año previo a la pandemia, fue del 12,4%.
Lugares “instagrameables”
Otra de las nuevas tendencias tiene que ver con el cambio generacional. Los jóvenes buscan hoteles y experiencias que puedan postear en sus redes sociales, y los alojamientos se esfuerzan en construir espacios modernos y fotografiables para ellos. A través de las redes encuentran establecimientos en los que se hospedarán, a menudo atraídos por las publicaciones de sus influencers de confianza.
Por otra parte, la implementación del teletrabajo en empresas de naturaleza digital ha dado paso a un nuevo actor en el tablero turístico: el trabajador que solamente necesita sus dispositivos digitales y una buena conexión wifi para ejercer sus funciones. Puede trabajar desde cualquier lugar del mundo, y suele hacerlo en estancias largas.
Una de las ciudades europeas que más teletrabajadores está acogiendo es Barcelona. Estos trabajadores son “el reflejo de una generación más nómada, acostumbrada a estudiar y vivir fuera de su país de origen, y que normalmente no tiene hijos”, sostiene el director del gremio de hoteles de la ciudad, Manel Casals.
¿Cuál es el peso actual del teletrabajo en la sociedad? España pasó de tener al 4,8% de su población ocupada teletrabajando en 2019 al 10,8% durante el confinamiento. Y esta cifra descendió en 2021 hasta situarse en el 9,5%.
“Ya nos estamos adaptando a ellos, pero tendremos que hacerlo mucho más, con espacios comunes más prácticos, no solo la habitación”, señala Casals. Hay hoteles que ya miran hacia esa dirección, pero ninguno de los asociados ha decidido todavía dedicarse de pleno a esta nueva tendencia.
¿Viajar en avión?
El turismo, en su esencia, no ha cambiado mucho con la pandemia. Pero las tendencias que comenzaban a manifestarse antes de ella se han potenciado. El “slow travel” es una de ellas. Se reconoce principalmente entre el público nórdico, muy preocupado por que los hoteles obtengan calificaciones ecológicas. Apuesta por viajar en medios como el tren, evitando el avión. Y va muy de la mano del conocido como cicloturismo, que se potencia especialmente entre los países europeos, conformado por itinerarios que combinan la bicicleta con otros medios.
Diversos estudios apuntan que en un viaje corto en avión, equivalente a la distancia entre Madrid y Barcelona, por ejemplo, se emiten unos 115 kilogramos de CO2 por pasajero, mientras que en el mismo viaje, en AVE, la emisión es cero.
Sin embargo, según el buscador de vuelos Kayak, las búsquedas globales de viajes en avión para este otoño han subido alrededor del 96% en comparación con las realizadas en 2021. En la práctica, el avión continúa siendo el principal método de transporte: de los 7,8 millones de turistas internacionales que el país recibió en septiembre, 6,51 millones lo utilizaron. Poco más de un millón llegaron por carretera; 240.294, por mar y solo 28.000, en ferrocarril.
Encarecidos por la inflación
Los viajes también han sufrido los efectos de la inflación galopante. Brigitte Hidalgo, directora de operaciones de Weekendesk –página net que ofrece escapadas temáticas enfocadas al turismo native– asegura que su facturación ha crecido entre el 5% y el 10% en comparación con la de 2019. “En algunos casos, por un aumento de reservas, pero, en otros, como efecto directo de la inflación”. De hecho, han subido los precios de sus packs porque tanto los alojamientos como los servicios que incluyen lo han hecho, de media, el 20%.
El precio sigue siendo el principal condicionante a la hora de preparar un viaje pero no parece que la inflación esté dilapidando las ganas de viajar. Las reservas en Reserving.com han crecido el 8% y sus ingresos el 20% en el último año.
Buscar lo insólito
Los viajeros demandan cada vez más innovación en sus itinerarios y los empresarios se estrujan los sesos para conseguir sorprenderles.
De una experiencia gastronómica ya no solo se espera catar un plato, sino realizar un tour por la huerta donde se cultivan esos alimentos o mantener una charla con los cooks que lo elaboran. Predomina la búsqueda de planes insólitos y privados, con tintes culturales, y que incluyan actividades variopintas que añadan valor a la actividad de viajar.
El Principado crea una oficina para captar nómadas digitales y ayudarlos a encontrar casa
E. L.
La extensión del teletrabajo tras la pandemia ha potenciado el atractivo de Asturias como un lugar para teletrabajar en ciudades, villas y aldeas con una elevada calidad de vida. En todos los concejos asturianos del medio rural se han multiplicado los casos de nuevos pobladores que, bien se han decidido a ocupar todo el año lo que hasta la fecha period su segunda residencia, o quienes han alquilado o comprado una nueva vivienda donde combinar el teletrabajo con una nueva forma de vivir.
El Gobierno regional ha visto en este atractivo de la región un nuevo valor con el que captar residentes. Así la consejería de Ciencia e Innovación ha establecido contactos con los alcaldes y la Federación Asturiana de Concejos para que se impliquen en este nuevo programa para atraer a los “nómadas digitales”, teletrabajadores que buscan atractivos emplazamientos para su “oficina” doméstica. La administración pondrá en marcha una página net en la que los distintos concejos podrán difundir “sus fortalezas y servicios” y los “beneficios de vivir en su territorios. La misma plataforma “también se pondrá a disposición de las empresas interesadas en captar profesionales que desarrollen su labor de forma telemática”. Además, el Principado hará una campaña de difusión en redes sociales “dirigida a los colectivos y sectores profesionales identificados con este movimiento del teletrabajo fuera de su lugar de residencia”. También se abrirá una oficina que prestará asesoría y acompañamiento a los posibles nómadas digitales para ayudarles “a buscar vivienda o resolver trámites administrativos y las acompañará en cuestiones familiares como escolarización, servicios médicos o sociales”.
El consejero de Ciencia, Borja Sánchez, cree que Asturias es un destino idóneo para los nómadas digitales por sus servicios, calidad de vida y comunicaciones. “Esta iniciativa es, además, una forma de intentar llevar población a la zona rural y contribuir a reactivar las economías locales. Puede convertirse en una vía para facilitar el retorno de talento, ya que hablamos en muchos casos de profesionales que trabajan en el sector de las altas tecnologías, con gran demanda en Asturias”, afirmó.
” Fuentes news.google.com ”