Carlos Raúl Flores, hace 40 años atrás, se encontraba navegando como cabo segundo de la Armada en el Crucero Common Belgrano cuando fue atacado por un submarino inglés.
En la actualidad, a sus 61 años, el hombre de Los Hornos pero oriundo de La Loma, declaró “No sentía las manos, ni las piernas, no sentía nada. En esos momentos me creí muerto, y mentalmente me fui despidiendo de mi familia. Solo veía a mi alrededor olas de más de diez metros de alto, en medio de una tormenta terrible. Estuve unos diez minutos en esas aguas a nueve grados bajo cero, y sentía que era el final, cuando solo tenía 21 años”.
En aquella época, period solo un adolescente que se había alistado en la Armada en el ‘76 para brindarle una ayuda económica a su madre recién divorciada. Con el paso de los años, fue formando parte de diferentes embarcaciones las cuales tenían funciones variadas y en las que hizo diversos viajes.
Lamentablemente, fue el único soldado de la ciudad de La Plata en sobrevivir a ese ataque que provocó el hundimiento de ese buque tan monstruoso en el que murieron 323 tripulantes. Flores, en aquel momento, period cabo segundo y su función period la de artillero.
Cuenta con orgullo que aquel crucero period de los más peligrosos de la época, y se muestra seguro al afirmar que los ingleses lo hundieron por esa razón en especial, por la amenaza constante que significaba.
El día del ataque, Flores se estaba dirigiendo justo en ese momento a tomar el puesto de combate. Cuando escuchó el primer torpedo que impactó en la proa y el segundo que hizo lo propio en la popa, se encontraba por la mitad del barco.
Esa segunda explosión fue el verdadero problema ya que dio donde todos se encontraban disfrutando de su turno de descanso y donde, casualmente, estaba el flamable del crucero por lo que el incendio fue bestial.
Se estima que perdieron la vida más de 200 hombres gracias al segundo proyectil con 500 kilogramos de explosivos adentro que viajó 15 kilómetros.
Al momento de escapar del fuego, Flores no pudo subirse a la balsa de rescate más cercana ya que esta había sido pinchada accidentalmente por un compañero.
Debido a esto, se encomendó a Dios y se tiró al agua congelada entre un verdadero temporal con olas de más de 10 metros donde lo rescató un bote con compañeros.
Las balsas no eran para nada resistentes, por lo que todos los que se habían refugiado en su inside, estaban aterrados con que también se hundan estas.
“En esa situación nos teníamos que alejar del buque porque si se daba vuelta campana, nos atrapaba con la succión. Pero fue tan noble el crucero, que cuando se hundió fue por la popa, produciendo una marejada que ayudó a alejar a las balsas” Recordó Flores.
Los rescató el Gurruchaga. Un barco de 90 metros de eslora para 60 personas, pero que rescató a 450 náufragos, por lo que estaba repleto. Había gente hasta en los pasillos.
Los subieron con sogas, los atendieron en mesas como si fueran camillas y les dieron sopa de tomar y chocolate para comer. También los dejaron bañarse con agua caliente y les brindaron ropa nueva y seca.
“Tardamos más de 10 horas en el viaje de regreso, en el que el barco tuvo que cambiar de rumbo de navegación. Y era tal la tensión, que cuando una ola nos golpeó con tremenda violencia, muchos empezaron a gritar pensando que nos estaban atacando otra vez” Rememoró.
” Fuentes www.infoplatense.com.ar ”