Cada día se ven más personas pidiendo dinero, en los semáforos y cruceros.
La diferencia de ésta nueva gente, a las que tradicionalmente se encuentran pidiendo, aunado a los migrantes que van de paso, es que ahora son personas solicitando y hasta implorando ayuda para comprar medicamentos.
Estas personas que por necesidad solicitan ayuda, en semáforos y cruceros, se ven evidentemente enfermas, muchas veces van en sillas de ruedas, sin extremidades inferiores o con muletas, los cuales reflejan un rictus de dolor, por el gran esfuerzo que les representa acudir a dichos cruceros, son enfermos que no simulan algún padecimiento, todo lo contrario, están viviendo un calvario, además de exponerse a ser atropellados por algún vehículo, aunado a soportar temperaturas de 40º centígrados.
El motivo por lo que ha proliferado tanta gente pidiendo, se debe a que les fueron retirados los beneficios que tenían, unos en forma económica por conducto de una ONG, y otros porque ya no les entregan los medicamentos en el sector salud o por el seguro in style, por lo que ahora deben conseguirlos aun pidiendo limosna.
Si la gente no solicita ayuda en los semáforos y cruceros, (Que por cierto la ayuda en dichos semáforos proviene de la “aspiracionista” clase media) su vida está de por medio, pues al suspender los medicamentos a los cuales tienen derecho y obligación el Estado de proporcionarles tanto atención médica, como sus respectivas medicinas.
Pero no solo son medicinas y consultas también se han limitado tratamientos muy costosos y vitales para los pacientes, como son las quimios en personas adultas y niños con cáncer, que resulta imposible pagarlos para casi cualquier familia.
Desafortunadamente cada día se ven más personas vulnerables en la calle, implorando, ya no para comer sino para medicamentos, situación que jamás se había visto en épocas anteriores ni del PAN ni del PRI, tal vez se llegaron a tardar una semana, pero llegaban, ahora en esta administración federal, el desabasto de medicamentos está a la orden del día.
Lo peor de dicho desabasto de medicamentos y tratamientos, es que le está pegando de lleno a las clases más vulnerables, a las que se pregonó que serían “primeros los pobres” primero en atención servicio y medicamentos, pero no en desabasto y deficiente servicio médico.
Para que un enfermo se atreva a salir a la calle, a pesar de sus dolencias, a pedir limosna a temperaturas de 40º o más, es porque están desesperados, por haber acudido a hospitales públicos, donde les negaron una y otra vez, medicinas y tratamientos, a los que tiene derecho.
” Fuentes www.milenio.com ”