La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, mantiene su firme rechazo a la llegada de cruceros al puerto de la ciudad. Recientemente, ha vuelto a apostar por una política de reducción de este tipo de turismo, para, teóricamente, acabar con la masificación. (Ada Colau: su plan para reducir el turismo en Barcelona)
En su opinión, “dejan poco beneficio económico en el grueso de la ciudad”, ya que “el 40% están cuatro horas y generan colapso en la movilidad del centro, son cuestionados a nivel ambiental y las limitaciones planteadas en otras partes del mundo”.
De este modo, carga contra el presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, quien ha apuntado que su institución no puede limitar la llegada de buques. “El Ayuntamiento y el Puerto tenemos las competencias que tenemos. No podemos decir el año que viene habrá tantos cruceros, pero sí puede decir tantas terminales”, ha señalado.
Por ello, Colau lo ha puesto en el punto de mira por estar “en contra de regular” este asunto. Asimismo, ha criticado que la única medida que ha tomado es recurrir a la tasa que se aprobó hace algunos meses para los cruceros.
Este nuevo enfrentamiento se ha producido por el elevado número de cruceros que se espera que atraquen en el puerto de la ciudad condal. Para este mes de abril hay previstos un complete de 80, con 15 que ya llegaron el pasado fin de semana (ocho el viernes, tres el sábado y cuatro el domingo).
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