HERMOSILLO, Sonora.-Brayan Abarca Chana, de 14 años de edad, no pudo asistir al preescolar o la primaria como la mayoría de los niños de su edad, pues tuvo que trabajar para ayudar a su mamá.
Hace apenas dos años no sabía leer ni escribir, pero las ganas de superarse y de alcanzar sus sueños lo impulsaron para romper la barrera del analfabetismo.
Brayan vive en la invasión Tres Reinas y desde hace dos años asiste tres veces a la semana a una de las plazas comunitarias del Instituto Sonorense de Educación para los Adultos (ISEA) para recibir su educación básica.
El adolescente camina algunos kilómetros hacia el Centro Hábitat de la colonia Los Olivos para labrar su futuro.
INICIÓ SU EDUCACIÓN
Después de aprobar su examen de alfabetización, Brayan inició su educación primaria, situación que aseguró lo tiene muy contento, pues su sueño más anhelado es estudiar la secundaria e ingresar al Ejército Mexicano.
“Quise estudiar porque no quise quedarme abajo, quiero seguir estudiando y aprender un poco más”, expresó, “sólo sabía escribir mi nombre, pero un amigo que también va al ISEA me invitó y así fue como inicié, antes de la pandemia”.
Te puede interesar: Hermosillo tiene a 10 mil personas que no saben leer ni escribir
Al llegar la contingencia por Covid-19 sus estudios se vieron interrumpidos, por lo que tuvo que ponerse a trabajar en los que se pudiera, como limpia vidrios en los cruceros o volver a su trabajo de antes, como ayudante de albañil, ya que así pudo ayudar a su mamá y a sus ocho hermanos.
“Yo quiero ser soldado, siempre ha sido mi sueño y quisiera estudiar, le estoy echando ganas”, comentó, “se batalla porque pues tuve que trabajar para comprarme los cuadernos y pues la mochila me la prestaron”.
AYUDA A SU MAMÁ CON LAS PROPINAS QUE RECIBE
Brayan mencionó que le gustaría tener una bicicleta para poder ir a la escuela y no tener que caminar tanto, ya que tiene que dirigirse a la colonia vecina.
Cuando no está estudiando, Brayan acude al crucero situado en los bulevares Manuel Clouthier y Libertad, al Sur de la ciudad, donde limpia vidrios y con las propinas que recibe le ayuda a su mamá, quien lo considera un “buen niño y muy trabajador”.
“Es muy lindo mi niño, él trabaja, me da el dinero, cuando se iba a trabajar en la obra llegaba bien sucio, acarrea cemento y le digo: ‘Mijito, no te vaya a salir una hernia, mejor estudia’. Fui y pregunté si lo recibían y me dijeron que sí.
“Ahorita está estudiando la primaria y quiere seguir la secundaria y después la prepa, pero le digo: ‘Mijito, pues lo que sea, vas a estudiar, como se pueda vas a estudiar para que aprendas algo”, externó.
“Tiene muchas ganas de estudiar, pero pues a veces no se puede”, expuso, “pero me cube: ‘Mamá, yo quiero ser alguien, quiero ser militar’.
” Fuentes www.elimparcial.com ”