El primer Ave ha salido de Burgos a las 7 de la mañana con 90 pasajeros a bordo, incluyendo a familias regresando de viajes, parejas con intención de hacer turismo en Madrid o amantes de los trenes
Había ganas. Y sueño. Un whole de 90 pasajeros, incluyendo a un nutrido grupo de periodistas, han viajado hoy en el
primer Ave entre Burgos y Madrid, que ha salido a las 7 de la mañana de la estación Rosa Manzano y ha tardado una hora y 33 minutos en llegar a Chamartín, donde por cierto ya se frisaban los 30 grados a primera hora de la mañana.
Ha sido un viaje tranquilo y «cómodo», según relataban los viajeros, que en algunos casos han estrenado el Ave de Burgos por casualidad del calendario. Eso es precisamente lo que les ha pasado a María, su hija Oiane y sus nietos Jaume, Mireia y Toni, que tras pasar unos días en las tierras del Cid visitando a unos familiares se han pegado el madrugón para coger el Ave y trasladarse hasta Alicante, donde viven.
En su caso, el viaje les obligaba a hacer un trasbordo en Madrid, trasladándose en taxi desde Chamartín hasta Atocha, donde debían coger otro tren hasta el levante español. Un viaje sin duda largo, pero mucho más «práctico» que en coche, sobre todo con los tres pequeños, que han ido dormidos casi todo el viaje. «La verdad es que es un relámpago. A las 11 y pico estaremos en Villena. Si no es por el Ave, hubiésemos tardado siete horas en llegar», resumía Oiane.
Ese recorte de tiempos de viaje también lo han notado en carne propia Manal y Bilal, que tras pasar unos días en Burgos de viaje se trasladaban hasta su casa en Jaén haciendo parada en Madrid. «El Ave es mucho más cómodo que un autobús y va muy rápido. Merece la pena», señalaban mientras el convoy alcanzaba los 300 kilómetros por hora camino de Valladolid, donde hace la única parada del viaje.
También destacaban la comodidad del viaje María José y Ramón, una pareja de burgaleses que se trasladaban a Madrid por puro placer. Ida y vuelta en el mismo día aprovechando la oferta lanzada por renfe para los primeros billetes. «Nos gusta mucho viajar en tren y hasta ahora, ir a Madrid podía suponer cuatro o incluso cinco horas de viaje», explicaban. Por eso, añadían, «teníamos muchas ganas de inaugurar la línea».
Eso sí, los dos reconocían que, sin la oferta, el trayecto entre Burgos y Madrid es «caro», una impresión que compartía Angélica, quien confiaba en que los precios se vayan ajustando. En su caso, el viaje hasta Madrid venía motivado por un curso que debía afrontar en la capital. «Prefiero coger el tren que el coche. Es mucho más cómodo y te permite seguir haciendo cosas mientras viajas», señalaba.
Pero quizá, los que más han disfrutado el trayecto hasta Madrid han sido Javier, Alexander y Gonzalo, tres jóvenes amantes de los trenes que ayer se trasladaron desde Bilbao y han pasado la noche en Burgos para poder inaugurar el Ave de Burgos, ver «más trenes« en Madrid y regresar en el día.
Puede sonar a locura, pero lo cierto es que lo suyo es casi vocacional. No en vano, según explicaban a los periodistas presentes en los vagones, dos de ellos estudian Ingeniería de Caminos y pertenecen a la Asociación del Ferrocarril de Bilbao. Para ellos, la puesta en servicio de la línea entre Venta de Baños y Burgos supone una «alegría» porque consideran que es una obra que se lleva «retrasando» y que además es un «paso» para acercar la línea desde Madrid al País Vasco, donde todavía «queda obra para rato».
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