Viajar ligero y sin desperdicios fijaron sus raíces en la industria del turismo; de ahí que empacar las maletas para estas vacaciones aterriza con nuevos hábitos, más aún en época de pandemia por el covid. Tracy Arango, diseñadora estratégica de la Universidad de los Andes, asegura que “en la nueva normalidad, el viaje se nos da con restricciones de espacio y económicas”.
“Empacaremos pensando en cómo la familia, la pareja o uno piensa disfrutar ese momento y, de esta manera, identificaremos a qué queremos darle prioridad, qué queremos vivir y tendremos mayor claridad al elegir qué llevaremos”, expresa la cofundadora de Las Ordenautas, el three way partnership de talleres y asesorías personalizadas sobre orden de acuerdo con el método Konmari de la musa de la organización Marie Kondo.
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Adiós a los ‘por si acaso’
Para la abogada, socióloga y ordenauta Lina Pinzón, es clave no abrumarse con el proceso de empaque ni con los escenarios probables (y, por lo normal, asociados a la carencia u olvido de algún elemento de aseo, una prenda, and so on.).
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“No hay que preocuparse de llevar pocas cosas, y empezar a guardar ‘por si acasos’. Confíe en la capacidad que tenemos de solucionar eventualidades. Si olvidó su cepillo de dientes –un clásico–, podrá comprarlo en cualquier tienda o supermercado. Se trata de aproximarse al momento de empacar con una intención chévere y relajada”, agrega la discípula de Kondo.
Tres claves
Para disfrutar el viaje desde el inicio (no pasar la noche empacando) y no llevar más de la cuenta, Pinzón sugiere:
1. Versatilidad
Piense en la polifuncionalidad. Opte por las prendas con usos múltiples, como una salida de baño que funcione como vestido o el infaltable vestidito negro,
y, como asegura la diseñadora de la marca Lobo Rosa, Catalina Zuluaga, “una camisa blanca, unos jeans y unos zapatos en buen estado salvan la pinta.
La funcionalidad aplica para implementos de aseo. “Muchos aprovechan para llevar muestras gratis que tienen guardadas, pero resulta que estaban vencidos o producen alergia…”, cube Lina Pinzón, y sugiere vaciar el contenido de esos frascos y reenvasarlos con los productos que usamos.
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2. Piense en vertical
Si su maleta es rectangular, asuma que es un cajón del clóset que al abrirlo vea cada prenda. “Tan sencillo como llevar del cajón a la maleta porque sabe en dónde, por qué y cómo tiene cada cosa en el guardarropa”, añade Pinzón.
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3. Empaque por categorías
“Guarde ropa con ropa, lo electrónico como cables y cargadores en una cartuchera, un organizador para la ropa interior, una cosmetiquera para el maquillaje y el cuidado personal”, sugiere Pinzón, quien también considera empacar por atuendos para cada día, una opción válida y práctica cuando se viaja con niños.
“La máxima es que nos dé felicidad, alegría, gusto y tranquilidad, en el marco de la funcionalidad. Si usa cubos u organizadores de malla con cremallera, y luego hace Tetris en la maleta, bienvenida la posibilidad. Si hace lista de chequeo, hágala por día: ‘me levanto y lavo mis dientes, entonces uso cepillo y crema dental; me baño, entonces necesito champú y jabón’ y así sucesivamente”, añade.
Elija una maleta adecuada
Tanto la suitcase como la maleta dura, la stick with it, el morral o again pack, la weekender y el maletín desestructurado se empacan de una manera diferente. “Pero el común denominador es hacer un colchón al fondo (en la parte irregular) empacando las cosas pesadas al fondo para que la maleta gane estabilidad e ir metiendo las cosas menos pesadas arriba; otra opción es dejar a la mano las cosas del primer día y la primera noche y así sucesivamente”, agrega Arango la diseñadora estratégica experta en creatividad.
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Maleta de los niños. Cada quien se responsabiliza de sus cosas. Y, según Tracy Arango, esta sentencia se aplica a los niños. “Si le dejas armar su propia maleta al niño, querrá llevar sus disfraces; pero si le dices que guarde tres pantalonetas y tres camisetas, él tendrá cierta libertad de elección entre las opciones de funcionalidad que le pones. Asimismo, al empacar de regreso, la mamá solo debe recordarle: ‘Trajiste tres camisetas y tres shorts, así que empaca tú mismo’, y no se correrá el riesgo de olvidar algo”.
Para llevar en la maleta
Tracy Arango, certificada en el método Konmari, comparte estos suggestions:
Revise su itinerario. A partir de las actividades que realice, decidirá el vestuario para empacar. “Si voy a un clima cálido, debo llevar el vestido de baño. O si voy a clima frío, a un destino de naturaleza o a la montaña y sé que hay probabilidades de hacer una caminata, debo empacar una chaqueta abrigadora (o la llevo puesta); o si voy a un viaje con celebración incluida, debo llevar un vestido formal”, explica.
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Evite peso de más. Tenga en cuenta que deberá trasladar la maleta de un lugar a otro. “Busque que no pese y no lleve productos líquidos porque pesan, el jabón en barra pesa menos que el líquido. Evite llevar el champú, y si no puede dejar de usarlo, reenváselo en frascos de silicona que no pesan o elija champús en barra que además son ecológicos”, recomienda Arango.
No a los derrames. Lo textil y suave se dobla o se enrolla y todo lo que sea productos líquidos se empacan verticales para que no se rieguen. “En la bolsa en la que se empacan los artículos de aseo, estos se ubican de forma vertical para que así estén la mayor parte del tiempo y no se salga su contenido”.
Enrolle la ropa. Los textiles más suaves –como vestidos de coctel– y los denims ocupan más espacio si van doblados, es mejor enrollarlos y ubicarlos en las partes altas de la maleta; y al closing, los zapatos, electrónicos, libros…
Cubos de viajero. Son bolsas con forma cúbica llamadas packing cubes, hacen cajones o compartimentos dentro de la maleta evitando que sea una piscina de cosas y permiten organizar la ropa según las actividades o los días.
” Fuentes www.eltiempo.com ”