Todavía hay en España cientos de vestigios de fortificaciones que sobreviven ocultos en los rincones más remotos de la geografía y que nos permiten dibujar los frentes de guerra. Buscarlos, encontrarlos e interpretarlos puede plantearse como un juego para los más pequeños, como una ruta ambiciosa para montañeros, como un pasatiempo para entusiastas de la historia… Además, cada vez afloran más centros de interpretación temáticos, muchos de ellos en refugios antiaéreos rehabilitados.
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