Hoy, observar la bóveda celeste vuelve a estar de moda. Tanto, que se ha convertido en un recurso turístico de importancia para aquellos lugares privilegiados que, por su posición y la ausencia de contaminación lumínica, permiten ver con mayor claridad ese gran fenómeno de la naturaleza que es un cielo cuajado de puntitos brillantes. Se ha creado incluso un sello, Destino Turístico Startlight, amparado por la Unesco que reconoce aquellos lugares visitables que gozan de excelentes cualidades para contemplar los astros y desarrollan actividades turísticas basadas en ellos.
Uno de esos Destinos Starlight es la isla de Gran Canaria, que, al igual que el resto del archipiélago, es un lugar excepcional para observar estrellas. Lo singular de la mayor de las Canarias es que por su situación permite una visión privilegiada de la zona central de la Vía Láctea y de casi el 80% del cielo austral, es decir, de constelaciones y estrellas del Hemisferio Sur como Centauro, Cruz del Sur, Canis Maior o las famosas Alpha y Beta Centauri, invisibles desde el continente europeo.
Estos son algunos de los mejores miradores de Gran Canaria para disfrutar de ese gran espectáculo nocturno.
Degollada de Las Yeguas
Ubicado en la zona sur, es uno de los miradores astronómicos más concurridos ya que se ubica a tan solo nueve kilómetros de Maspalomas y la playa del Inglés. A casi 500 metros de altitud, enmarca la visión del cielo en el barranco de Fataga y la cuenca de origen volcánico de Tirajana. Un enclave en el límite sur de la Reserva de la Biosfera y del área del Destino Turístico Starlight. La Degollada de Las Yeguas tiene cielos despejados gran parte del año (300 noches anuales hábiles), very best para la observación del cielo.
El Mulato
Se encuentra en el término municipal de Mogán, en la vertiente suroeste de la isla y protegido por crestas y barrancos. La orientación sur del mirador lo convierte en un especular observatorio pure hacia esta zona de la bóveda celeste. El Mulato presenta 300 noches al año de cielos despejados. Las jornadas sin Luna sorprenden por su oscuridad y la cantidad de estrellas que pueden observarse a easy vista, que iluminan sutilmente el casco urbano de Mogán y su valle.
La Cruz del Siglo
Desde el mirador de La Cruz del Siglo, sobre el casco urbano del municipio de La Aldea de San Nicolás, el cielo nocturno es un espectáculo. En este valle protegido por grandes riscos se crea un microclima especial muy valorado por los amantes de la astronomía. Es un lugar espectacular para observar la Luna.
Las Cañaditas
En la cumbre de Gran Canaria está el mirador de Las Cañaditas (en el municipio de Artenara), que forma parte del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas, declarado patrimonio mundial por la Unesco. El mirador se asoma a la cuenca de Tejeda, a los dominios donde el Roque Nublo o el Roque Bentayga prevalecen bajo la inmensidad del firmamento. Un paisaje incomparable para los astrofotógrafos pues reúne una bóveda azul única con dos de los principales símbolos naturales de la isla.
Pico de los Pozos de la Nieve
Situado en el punto más elevado de Gran Canaria, a 1.956 metros de altitud en el centro de la isla, es un gran balcón con vistas privilegiadas al Teide (en la vecina isla de Tenerife) y casi la mitad del círculo insular. El paisaje encierra grandes hitos geográficos como son el Roque Nublo, el Roque Bentayga, El Fraile, Llanos de la Pez y Pargana o las calderas de Tejeda y de Tirajana. Cuenta con un promedio mínimo de 310 noches anuales hábiles para la observación del cielo. Las puestas de sol aquí son también increíbles.
La Presa de los Hornos
También conocida como Presa de la Cumbre, en Tejeda, este mirador se ubica en el centro de Gran Canaria, en el entorno del parque rural del Nublo. La luz de las estrellas ilumina el entorno volcánico y el joven pinar canario de repoblación que convive con el matorral de retamas, codesos y salvias. En verano, la Vía Láctea dominando parte del cielo estival.
Los Pinos de Gáldar
Una amplia panorámica del norte y oeste de Gran Canaria se domina desde este mirador abierto en el entorno pure del Montañón Negro. Cada tarde se oculta el sol detrás de la montaña del Pinar de Tamadaba y empieza el espectáculo nocturno hacia los cielos del norte y oeste. A los pies del mirador se encuentra la Caldera de los Pinos de Gáldar, un aparato volcánico del ciclo más reciente en el proceso de construcción de esta isla oceánica emergida del Atlántico.
La Caldera de los Marteles
Desde aquí se vislumbran en la vertiente norte los Roques de Tenteniguada y el Roque Grande. Y en días despejados, si los alisios lo permiten, se llega a avistar La Isleta y la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. La Caldera de los Marteles es una formación de unos 80 metros de profundidad y 550 de diámetro, con menos de un millón de años de antigüedad. En ella, la niebla más densa da paso a cielos despejados en cuestión de minutos gracias al efecto Föhn. El promedio mínimo de noches anuales hábiles para la observación del cielo es de 290. La vista del mirador se orienta al sur austral.
La Degollada de las Palomas
Es la cabecera de un barranco labrado por la erosión del relieve a lo largo de milenios. Además de ser uno de los miradores paisajísticos más espectaculares en torno al perímetro de la Caldera de Tejeda, este lugar es una ventana por la que se observan los hitos del Roque Nublo y Roque Bentayga, lugares sagrados para los antiguos pobladores de la isla. Una privilegiada atalaya donde la bóveda celeste corona las serranías y la Caldera de Tejeda.
El Balcón
Un lugar icónico en el municipio de La Aldea de San Nicolás, colgado del acantilado con espectaculares propiedades para la visualización de las estrellas. La estrella Polar, la Osa Mayor y Casiopea son habituales sobre el Atlántico todo el año desde aquí.
La Sabinilla
Ubicado en el canal de El Parralillo, en las faldas de la montaña de El Viso. Es uno de los enclaves más oscuros para disfrutar de la astronomía en el entorno urbano del valle de La Aldea. En verano, la Vía Láctea luce espléndida.
” Fuentes elpais.com ”