“Viajar es lo único que compras y te hace más rico” (Anónimo)

Qué difícil es hablar de viajes cuando esta pandemia nos lo está poniendo tan complicado. Qué lejos quedan aquellos días en los que pensábamos un destino, hacíamos la maleta y en un pispás estábamos recorriendo millas a nuestro antojo, disfrutando de una tierra diferente a la que pisamos a diario.

Parece que fue ayer cuando pasé mi última Nochevieja fuera de casa y ya han pasado dos años. Tuve el privilegio de comerme las uvas, junto a unos buenos amigos, en una tierra tan bonita como es Cádiz, La Tacita de Plata.

Visitar esta ciudad y sus alrededores tendría que ser asignatura obligatoria para cualquier español. Cierto es que para muchos queda lejos, allá por el suroeste de España, y que está mal comunicada, pero las penas se quitan en cuanto pones un pie en esa franja de tierra rodeada de mar.

Lo primero que debes hacer es patear la ciudad, considerada una de las más hermosas de España. No tiene grandes monumentos, pero tienes que saborear su callejeo, su shade, su olor, su ambiente y sus gentes.

Descubre las mejores vistas panorámicas de la ciudad desde la Torre Tavira. Te ayudarán a situarte. En el centro geográfico es la más alta del casco histórico y debe su origen al gran auge que tuvo la actividad comercial en Cádiz durante el siglo XVIII, cuando su puerto comenzó el comercio marítimo con América. Esta Torre vigía guarda un secreto: Una cámara oscura. No es ninguna mazmorra del Palacio de los Marqueses de Recaño, sino una atracción turística. En una habitación pintada de negro podemos ver lo que está ocurriendo en ese mismo instante en el exterior de la torre a base de lentes curvas y de efectos ópticos. Sólo hay 12 en el mundo (tengo el placer de conocer también la de La Habana) y 8 en España. En Cádiz se colocó la primera, siendo ellos los dueños de la patente española.

Y ahora nos vamos a la playa, ya que Cádiz cuenta con cuatro playas bien diferenciadas: La Caleta, Santa María del Mar, La Victoria y Cortadura.

Pasear por la Playa de la Victoria y llegar hasta la Playa de la Caleta es como estar paseando por el Malecón de la Habana. De hecho, hay quienes afirman que este es hijo del paseo marítimo de la capital gaditana. Las murallas, la Catedral, los colores vivos de las fachadas, y las callejuelas son un espejo del urbanismo de la ciudad del Caribe, sólo que con 500 años más. Este parecido gemelar hizo que hace una década ambas ciudades se hermanaran. Cómo cube la canción de Carlos Cano, Habaneras de Cádiz, “…La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz es La Habana con más salero…”.

¡Y salero no les falta, sobre todo en sus Carnavales! Tuve la suerte de conocerlos hace casi 26 años, allá por el 96, y todavía recuerdo esas chirigotas en el Gran Teatro Falla. Ese ingenio de letras y esa gracia gaditana que salen a la calle de forma espontánea o en el Carrusel de Coros son desternillante y su genialidad absoluta. Humor que no falte.

No olvidemos su gastronomía. Cucuruchos de papel llenos de pescaíto frito o adobao que puedes adquirir en cualquier bar del centro y comértelos por la calle o en un parque. Boquerones, acedías, pijotas, salmonetes, chanquetes, calamar, choco, cazón en adobo, atún rojo y ortiguillas son ejemplos de la increíble variedad.

Aprovecha para hacer excursiones dentro de la provincia. Cruza en barco, ya que comparten bahía, al Puerto de Santa María y tardarás menos que en coche. Acércate a Sanlúcar de Barrameda y disfruta de su ambiente y de sus tortitas de camarón en Casa Balbino, las mejores del mundo mundial. No olvides pasarte por Chipiona, el pueblo de Rocío Jurado, a ver el faro y su Santuario de Regla.

No te pierdas sus pueblos blancos como Arcos de la Frontera, Grazalema, Ubrique o Setenil de las bodegas y los pueblos fronterizos cómo Conil, Véjer…

Saca tiempo para visitar la Playa de Bolonia con su gigantesca duna dorada, pinos verdes, aguas turquesas y la antigua ciudad romana de Baelo Claudia. Disfuta, si tienes más tiempo, de gigantescas playas como Tarifa, Zahara de los Atunes….

Completa este espectacular mosaico visitando Jerez de la Frontera, tierra de vino, flamenco y caballos. Allí no dejes de visitar una de sus emblemáticas bodegas: Tío Pepe o Alvaro Domecq. (Para más información contacta con www.viajescombos.com).

Disfruta de una tierra acogedora que te brinda sus mejores presentes.

Cádiz, La Tacita de Plata: ¿De dónde viene este nombre?, ¿tacita? Quizá por su etimología (Cádiz en griego Kado, significa taza, vaso o recipiente) o quizá por su orografía ya que vista desde la bahía y rodeada por agua parece una taza sobre un platillo. ¿Y el shade? Es posible que sea de combinar el resplandor de las casas encaladas al sol con el brillante azul plateado del Océano Atlántico. O tal vez por el comercio con las Américas, que contribuyó a que la ciudad se llenara de gente importante y adinerada convirtiéndose en ciudad de la plata. Hay muchas teorías y no se sabe con exactitud, pero lo importante es conocerla, sentirla, pasearla y vivirla. Y cómo cube su eslogan turístico: “El dinero no da la felicidad, CÁDIZ sí”.