De Getxo, Sopela, Bilbao, Renteria, Zarautz, San Sebastián… El placer de viajar en familia, respetar la distancia social, huir de la multitud y respirar aire puro invitaban ayer a visitar el Parque Pure de Urkiola. Pero los aparcamientos ya estaban completos para el mediodía. El bilbaíno Sergio Izagirre madrugó para llegar en compañía de su esposa Olga y de sus hijos Aitor y Kevin. «Este año se nos han fastidiado las vacaciones en nuestra casita de La Rioja. Pero en lugar de quedarnos tristes y aburridos, hemos decidido recorrer los lugares de Bizkaia que no conocíamos, y Urkiola period uno de ellos», comentaba.
Los arcenes de la carretera se habilitaron en aparcamientos improvisados varios metros antes de llegar a la entrada del enclave pure. De hecho, dos vigilantes controlaban el acceso de los vehículos. «Están todos los aparcamientos llenos, no cabe un alfiler», advertían mientras negaban la entrada a los turistas que querían entrar en coche a la zona. «Ha sido a raíz de la pandemia que Urkiola esté tan solicitado. No habíamos visto nunca antes algo así», añadían.
Sorprendido de lo concurrido que estaba el entorno de Urkiola, Alfonso matizaba que, «sin duda, es el tesoro más preciado del Duranguesado». Pero a su vez este durangués lamentaba que «ha tenido que venir una pandemia para valorar lo que tenemos a nuestro alrededor». Las hermanas Asun y Juanita García, que se habían acercado a pasar el día junto a sus respectivos maridos, desde Sopela, le daban la razón, Estas dos parejas llevaban «muchos años» sin visitar el santuario. Hacerlo tampoco entraba entre sus planes este año, pero la pandemia los ha animado a hacer otro tipo de turismo, el gastronómico. «Hemos decidido que vamos a aprovechar estos días para ir a comer por ahí, pero antes caminar y aprovechar estos días tan buenos. Fue entonces cuando se nos vino a la cabeza Urkiola, ¡Lo bonito que es y lo poco que venimos!», apuntaban.
Vacaciones ‘burbuja’
Entre la gente que subía y bajaba por los innumerables senderos también había quienes aprovechaban los puestos de helados, dulces, rosquillas y quesos para hacer una paradita. «Me sorprende, para bien, que la gran mayoría de personas lleven las mascarillas puestas», señalaba el durangués Alfonso.
La libertad que otorga viajar en autocaravana y furgoneta no tiene precio. Moverse con la casa a cuestas, alejados de la multitud, es para muchos una de las mejores alternativas para disfrutar de esta Semana Santa. «Al menos podemos viajar con cierta autonomía que nos ofrecen los hoteles. Es la mejor opción en época de pandemia», comentaba Agurtzane Segura, vecina de Errenteria. «Como digo yo, son unas vacaciones ‘burbuja’, porque aquí solo estamos mi marido y mis hijos, no tenemos relación con nadie más», agregaba.
Al igual que esta guipuzcoana, fueron muchos los que se decantaron por instalar su propio lodge rodante en los diversos aparcamientos de Urkiola, aunque no se dejaron ver. Aprovecharon el día para pasear o ascender al Anboto, Pol Pol, Larrano, Saibigain o Urkiolamendi.
” Fuentes www.elcorreo.com ”