Suena una sintonía generada por el algoritmo que en ese momento forman los sonidos de la ciudad de Barcelona, y sobre una envolvente pantalla round de 27 metros se deslizan datos referentes a los vientos, el estado del mar, las partículas en suspensión o la posición de las estrellas. Una estructura en forma de cubo recuenta el número de aviones y barcos que parten. En otra aparece el número de tuits que se están escribiendo a tiempo actual, sobre qué tema y desde qué barrios. Es parte del despliegue digital que copa el llamado hipermirador de la torre Glòries de Barcelona, situado en el sótano del edificio, y que se completa con un bosque de 132 esculturas de origami de los artistas Joan Sallas y Xiaoxian Huang que representan las especies animales y vegetales que habitan en la ciudad.
La intención de esta innovadora instalación es presentar la ciudad como un organismo vivo en el que sus elementos se interrelacionan. Y animarnos a observarla en todas sus dimensiones. Porque, después, un ascensor nos sube al piso 30, a 125 metros de altura, donde nos aguarda otro mirador, este tradicional, con una espectacular vista de la ciudad y coronado por la escultura transitable Cloud Cities, del artista Tomás Saraceno. Una metáfora de las conexiones.
Un complete de 180 suscriptores de Nationwide Geographic disfrutaron de esta ruta por el doble mirador, el del sótano y el de la cúpula, de la mano de sus mejores guías.
Este artículo pertenece al número de Marzo de 2023 de la revista Nationwide Geographic
” Fuentes www.nationalgeographic.com.es ”