Cuando el reconocido clavadista Orlando Duque conoció a quien es hoy su esposa, la caleña Catalina Echeverry, gracias a un amigo en común, la conexión fue innegable. Sin embargo, al comienzo no surgió más que una amistad. Seis años después de ese encuentro, una primera cita bastó para comprobar que la química había hecho de las suyas.
Los campeonatos por el mundo, los viajes a cientos de destinos paradisiacos y la adrenalina de encontrar juntos una aventura diaria, comenzaron a afianzar la relación que hoy suma ya nueve años de complicidad y compañía incondicional.
Luego de vivir en Hawái durante cinco años y en Filipinas otros más, la pareja caleña regresó a la ciudad que vio surgir su amor bailando salsa, y donde desde hace tres años establecieron de nuevo su residencia. Hoy, a punta de creatividad y optimismo, pasan los días de una pandemia que llegó para reforzarlo todo.
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En entrevista con El País, la publicista y el ‘Duque’ del clavado hablaron, en plena fecha de San Valentín, sobre su amor, sus experiencias de vida en otros países, sus planes y la manera en que han sacado provecho a este momento atípico en la historia.
Conexión al instante
¿Qué enamoró al uno del otro?
Catalina: Me enamoró de Orlando su buena vibra, lo fantástico y descomplicado que es. Además, me gustaba mucho, me parecía divino y me atraía muchísimo, pero más allá de eso period esa buena energía que me transmitía. La pasábamos muy bien siempre que nos veíamos y hoy sigue siendo igual.
Orlando: Cuando nos volvimos a encontrar, hubo una gran conexión entre nosotros, ya period más que una amistad y obviamente existía esa atracción física, pero lo cierto es que había mucha conexión entre los dos, todo encajaba perfecto y nos sentíamos muy bien juntos.
“En San Valentín las rosas son sí o sí, y me gusta darle regalitos más íntimos, cositas
de pareja muy interesantes que reflejen ese amor que siento por ella”, Orlando Duque, clavadista caleño.
¿Qué han aprendido juntos?
C: A viajar, a conocer el mundo, a entender su deporte, a aprender del triunfo, de la derrota y a construir paso a paso, porque nosotros empezamos desde cero en todo sentido, a construir en pareja.
O: Juntos hemos aprendido mucho, cuando empezamos estábamos viviendo cambios importantes en nuestras vidas personales, así que comenzar desde cero y trabajar unidos para ir creciendo e ir avanzando como pareja fue clave. Queríamos aprovechar juntos las oportunidades que se nos iban presentando y hacerlo bien. Fue un proceso largo, pero siento que hemos aprendido mucho estando juntos.
¿Cómo mantener renovado el amor, aún en tiempos de pandemia?
C: La pandemia fue un reto para muchas parejas, y creo que fue poder comunicar lo que sentíamos el uno al otro lo que nos ha permitido tener una muy buena relación. Siento que cada uno estaba viviendo un proceso diferente, él uno, yo otro, pero al remaining fue lograr vencer esa dificultad, esas pruebas que nos puso esta situación.
Estar confinados todo el tiempo, period estar un poco parados porque nuestro matrimonio y relación ha tenido mucho movimiento, desde el principio siempre íbamos y veníamos, pero ha sido muy bonito encontrarnos en otra circunstancia y lograr sacar lo bueno de algo no tan positivo para el mundo.
O: En este tiempo ha tocado ser más creativos. Digamos que ahora las cosas están un poco mejor, pero al principio, cuando estábamos en aislamiento, teníamos que ver de qué manera ocupábamos el tiempo. Siempre hemos compartido mucho tiempo juntos, pero estar en el mismo lugar encerrados, eso no period tan fácil.
Afortunadamente encontramos la manera, nos refugiamos mucho en el ejercicio, en estar enfocados en el bienestar y en que teníamos que concentrarnos en nuestra salud para estar muy bien para cuando las cosas mejoraran. Tocó volvernos creativos e intentar hacer cosas diferentes en el día a día.
¿Qué tanto se apoyan con las decisiones el uno al otro?
C: Siempre cualquier decisión profesional o private nos la consultamos. Sé que mi opinión cuenta para Orlando y lo mismo para mí, siempre antes de cada paso es muy importante hablarlo. Los proyectos los hemos planeado juntos, creo que hemos sentido la compañía del uno al otro en todos los aspectos.
¿Qué no les gusta que le regalen en San Valentín?
C: Generalmente nos damos rosas o salimos a cenar, pero todo es bienvenido.
O: Sabemos qué le gusta al otro y es más una fecha para celebrar con una cena y estar juntos.
Viajar siempre
Si bien Catalina Echeverry siente mucha admiración por Orlando Duque, el sentimiento es mutuo. “A Cata le admiro que es muy dedicada, y cuando tiene interés en algo le dedica todo su tiempo para que funcione. Y eso es muy importante en una relación de pareja, que el otro sea muy dedicado, y no solo a la vida en común, sino también en su vida personal”, cube el deportista.
Ella, por su parte, le admira a su esposo su dedicación, la tenacidad, el enfoque que tiene y la disciplina. “Eso ha hecho que haya llegado tan lejos, así que trato de imitar su actitud en mis proyectos”.
Como toda pareja, ambos admiten que han tenido que mejorar aspectos personales para fortalecer su relación, en especial en un issue que les parece very important, la comunicación, “en el día a día y en la rutina, eso se puede ir perdiendo y para mí comunicarse bien con el otro es realmente importante”, cube ella y Orlando coincide: “procuramos tratar de mantener un diálogo fluido, porque es la manera en la que se asegura o, al menos, se trata de evitar malos entendidos”.
Según Ángela María Zúñiga, la suegra de Duque, “ellos son muy afines en sus ideales. Ella lo acompaña siempre, él vive muy pendiente de ella y valora mucho su compañía”.
Los constantes viajes de Orlando por trabajo nunca fueron un problema, según su esposa, quien lo acompañó en la mayoría de las competencias durante los últimos años de su carrera, “pude estar en sus triunfos más importantes, ya hoy en día las cargas bajan, Orlando está retirado del tema de la competencia y yo tengo la posibilidad de quedarme más tiempo en casa, no siento esa necesidad de acompañarlo siempre, podemos escoger y planear nuestros viajes, pues aunque ya no tiene que competir podemos seguir compartiendo ese tipo de experiencias y acompañándolo en sus proyectos”.
Ya sea por trabajo o por placer, los viajes no faltan en sus planes de pareja, cuenta Orlando, “hemos hecho muchísimos. El trabajo que hemos hecho por tanto tiempo nos ha llevado a muchos lugares y yo diría que somos afortunados de poder hacerlo”. Para él su paraíso en pareja fue Filipinas. “Me gustó mucho, es un lugar muy aislado de todos, estábamos en una isla, con muy buena comida y paisajes increíbles”.
Para Catalina, la India fue una experiencia muy bella, “disfrutamos mucho el viaje en pareja”. Y si tuvieran que repetir, concuerdan ambos, les gustaría volver a Hawái, “tuve la oportunidad de vivir cinco años con Orlando allá y tenemos pendiente volver, todavía tenemos cosas guardadas allá, regresar a nuestra rutina, nuestro vecindario, ir a los restaurantes que frecuentábamos, las playas, es algo que tenemos planeado hacer”.
Aunque para ellos, Cali es Cali: “acá tenemos nuestros amigos y familia cerca, que era lo que nos faltaba en Hawái, ese núcleo social, esa cercanía con las personas que quieres”, admite ella.
Como pareja celebran dos aniversarios, el de novios, el 26 de marzo, con un paseo, unas copitas de vino, un desayuno o una cena en casa, y el de bodas, que siempre festejan con un viaje, “porque coincide con el final de la temporada de Orlando, que es el 30 de noviembre y es perfecto para viajar y terminar el año en algún lugar que nos ha gustado”, cube ella.
Para el clavadista, el apoyo de su esposa en su carrera ha sido muy importante, “el saber que uno cuenta con su pareja en todo momento es fundamental. Cata siempre ha estado conmigo, en mis competencias, en mis momentos difíciles y buenos. Sacrificios no hicimos, logramos combinar nuestras fortalezas y sacar lo mejor de eso. Cata es publicista, así que combinamos mis habilidades con las suyas, creamos un buen equipo. Su apoyo es indispensable, sin ella estar en los últimos años de mi carrera, muchas cosas no se habrían logrado”.
Carrera con altura
En el proyecto de Antártida, Catalina Echeverry confiesa que temió por la vida de su esposo. “Era un salto muy difícil, un proyecto que no se tenía referencia de si algún día otra persona lo había hecho. Era muy riesgoso, nos fuimos muchos días y estábamos muy lejos, fue bastante exigente y desafiante para Orlando. Ese día, en especial temí mucho por su vida”.
“La gente suele pensar que tenemos una vida más parecida a la de una estrella de rock, porque cuando uno ve un salto de gran altura la primera impresión es que está viendo un espectáculo. Pero es un deporte. Somos deportistas como cualquier otro. Hay que poner mucha dedicación y el entrenamiento es muy duro”, confesó el clavadista alguna vez a la prensa colombiana.
“Antes de lanzarme de determinada altura, comienzo a memorizar los movimientos una y otra vez mientras subo a la plataforma. No pienso en otra cuestión. Cuando llego a la plataforma empieza el miedo. Y en el primer momento que dejo de pensar en eso, ¡zas! Salto para quitarme el miedo”, confiesa. Dado el salto, se siente como pez, “cuando estoy dentro del agua estoy muy feliz. Logro dar cuenta de lo asustado que estaba ahí arriba. Se produce un cambio de sensaciones brutal”.
Lo cube quien ganó su primer campeonato en el año 2000 y quien triunfó en 11 pruebas del Mundial de Cliff Diving. Desde el 2000 recibió el patrocinio de Pink Bull y su continuo éxito en el exterior lo convirtió en uno de los mejores clavadistas del mundo.
“Lo más importante es que son una pareja que se ama mucho y se admiran el uno al otro, él reconoce su trabajo y ella, el gran ser humano que es Orlando”, Ángela María Zúñiga, mamá de Catalina.
El 14 de septiembre de 2019, a sus 45 años, Duque se retiró oficialmente de las competencias. La despedida se llevó a cabo en Bilbao, España, en la undécima temporada del Pink Bull Cliff Diving. En medio de la ovación de los asistentes, realizó su última actuación como profesional en saltos de gran altura.
Y si hubo alguien que lo apoyó en su decisión de retirarse fue su esposa. “Nos preparamos un par de años antes, sabíamos que iba a llegar esa fecha y ese día tratamos de que fuera muy especial. Fue una despedida muy linda en Bilbao, la última competencia de Orlando, nos acompañaron casi todos los amigos más cercanos, clavadistas de toda la vida, fueron momentos y recuerdos de una etapa muy linda, hubo lágrimas de emoción, de nostalgia, sorpresas, tratamos que fuera de la mejor forma”.
Catalina, quien se graduó como publicista de la Universidad Autónoma de Occidente, además de haber hecho equipo con Duque siendo su mánager durante ocho años y medio de carrera, hasta el año pasado en que sus dinámicas profesionales cambiaron, dedica ahora más de tiempo a la pintura y al diseño.
“Son nueve años llenos de aventura y mucha evolución junto a Orlando”.
Catalina Echeverry, esposa de Orlando Duque.
Según Ángela María Zúñiga, madre de Catalina, “ella siempre apoya a Orlando en su carrera, y desde hace dos o tres años que comenzó con las charlas motivacionales, también. Son una pareja con mucha inteligencia emocional, están juntos las 24 horas, así que tienen mucha sabiduría para saber manejar esta relación. Son muy familiares, les gusta cocinar juntos, estar en su casa, aman sus gatos. Yo les deseo que se sigan amando hasta viejitos”.
En datos
Andrés Orlando Duque Escobedo nació en Cali el 11 de septiembre de 1974. Empezó a los diez años de edad en el deporte de clavados de trampolín y comenzó a competir en el circuito de Cliff Diving en el 1999 en Europa. Ganó 11 mundiales de Pink Bull Cliff Diving, dos Copas Mundo de la Federación Internacional de Natación y un título mundial.
Duque fue el primer deportista de alto rendimiento en saltar en todos los continentes. El clavado en la Antártida y el de la Estatua de la Libertad (EE. UU.), los más recordados. Fue el primer campeón mundial de salto de gran altura en la historia en 2013 (desde plataforma a 27 m), y doble récord Guinness por el salto de mayor puntuación: 10.
” Fuentes www.elpais.com.co ”