Esta franja de tierra que se adentra en el Tirreno, fragante de limoneros, como un balcón suspendido en el mar, alberga diminutos y encantadores pueblos y villas majestuosas. La sinuosa carretera que traza toda la línea del litoral es una maravilla en sí misma con espléndidas vistas, su nombre no puede ser más elocuente, Nastro Azzuro (cinta azul). La costa Amalfitana se halla a pocos kilómetros de Nápoles, conectada con diversas ciudades españoles por avión. Desde allí hay que dirigirse hacia Salerno donde comienza este maravilloso viaje que ya emprendieron artistas y bohemios hace siglos; un recorrido en diez etapas para disfrutar de estos pueblos y paisajes en una época del año en la que las temperaturas son muy agradables y la zona todavía está serena y sin demasiada gente.
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