Este viaje se inicia saliendo de Miami hacia el sur por la autopista Florida Keys Abroad Freeway, una gran obra de ingeniería terminada en 1912, con 22 puentes y 180 kilómetros que atraviesan la zona más meridional de Estados Unidos y unen un rosario de cayos e islotes sobre el océano Atlántico.
Durante las cuatro horas del trayecto, el mar Caribe con su suave oleaje acompaña el recorrido y solo es interrumpido por verdes islas en cuyas orillas se ven pescadores, yates, lanchas y proyectos hoteleros o de vivienda que le dan vida a esta región. El trayecto más llamativo es el puente de las Siete Millas, que durante 15 kilómetros parece flotar sobre las aguas.
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Desde este punto del viaje ya se percibe la riqueza pure del estrecho de la Florida, esa fracción de tierra y barrera coralina integrada por más de 1.500 cayos. Los más destacados: Cayo Largo, Islamorada, Marathon, Massive Pine, Cayos Inferiores y Cayo Hueso.
Así que vale la pena parar en alguno de ellos. Hacer un alto en un sitio como Robbie’s Marina, en Islamorada, un concepto de feria, bar y gastronomía que invita a pasar un par de horas. El plan estrella es alimentar los sábalos que viven en un acuario pure o disfrutar viendo cómo los demás juegan con estos peces de gran tamaño. Su restaurante y bar Hungry Tarpon ofrece platillos para todos los gustos. Eso sí, tenga paciencia, deberá esperar su turno para la mesa (más de 45 minutos) y darle su buen tiempo al chef.
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La meta es conquistar el punto más al sur de Estados Unidos (continental): Cayo Hueso o Key West, que está a 140 kilómetros de Cuba. Con 24.000 habitantes (30 por ciento de la población del archipiélago), 6,4 km de largo y 1,6 km de ancho, esta isla es divertida, llena de propuestas y de historia, por eso recomendamos dedicarle un par de días o más.
Llegamos justo para ver el atardecer, sin duda de los más impactantes, con todos sus tonos rojizos. Allí es tan especial este evento pure que ofrecen decenas de planes para disfrutarlo: desde el multitudinario y carnavalesco programa del muelle Mallory Square, donde se reúnen cientos de turistas, malabaristas, cantantes, fotógrafos y aventureros para ver decenas de barcos y yates que navegan al frente esperando también el ocaso. En medio de toda esta algarabía, el sol se pone y los alelados espectadores captan con sus cámaras hasta el último rayo y los mil colores que se producen en pocos minutos.
Otro imperdible atardecer es el que se ve desde uno de los muelles o, mejor aún, desde los balcones de los restaurantes que dan al mar y que, aprovechándose de este beneficio pure, ofrecen deliciosos platos y unas buenas copas para que los comensales disfruten el ocaso. ¿Qué más se puede pedir?
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La noche cae y la música nation, cantantes y guitarristas se escuchan a lo largo y ancho de la isla. La oferta gastronómica es amplia, pero bien vale la pena detenerse en El Mesón de Pepe (llegar antes las 9 p. m.) para saborear deliciosa comida cubana y gozar de la buena música y el divertido ambiente de un sitio amplio y al aire libre (ahora que es tan importante la ventilación). Ropa vieja, cerdo jugoso, fríjoles negros y maduritos ruedan por las mesas del lugar.
Entre tierra y mar
Amanece en Cayo Hueso. No dude en madrugar y caminar rumbo al muelle y busque Sebago Key West (keywestsebago.com) para matricularse en las actividades acuáticas que ofrecen: buceo, snorkel, parasailing o simplemente navegar. Son planes que demandarán toda la mañana y que lo llevan mar adentro para ver la fauna y flora del Caribe (en esta zona está el único arrecife de coral vivo de EE. UU. continental), y escuchar las historias de piratas, pescadores, comerciantes y buscadores de tesoros que habitaron en estos cayos en otras épocas.
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Al regreso el apetito no se hace esperar, así que en el mismo muelle una buena opción es Conch Republic Seafood Company, con todo el sabor de los deliciosos frutos del mar, buena cerveza y la mejor vista a un puerto lleno de actividad o a las aguas transparentes del mar en las que se pueden ver los cardúmenes pasar. Vale anotar que el nombre de este restaurante hace honor a la República de la Concha, apelativo que se utilizó por primera vez en una protesta que pedía la separación de los cayos de Estados Unidos, el 23 de abril de 1982.
En la tarde, sin duda, el plan debe ser el recorrido por toda la isla en el tranvía Outdated City Trolley, que hace 13 paradas a lo largo y ancho, va por las pintorescas calles del casco antiguo, las principales playas, hoteles y atracciones.
Lo recomendable es dar primero una vuelta completa para luego bajarse y disfrutar de los lugares que desee. El tiquete de día entero vale 40 dólares y le permite al turista subir y bajar del tranvía las veces que quiera.
Las paradas que no se debe perder son Southernmost Level, la enorme boya que marca el punto más sur de Estados Unidos. Siempre habrá fila porque todos quieren una foto allí. Poniciana Plaza es la zona norte con las mejores playas y grandes hoteles. Duval Avenue, una de las principales calles de Cayo Hueso, con las tradicionales casonas de madera, y también la más animada por su comercio, bares, terrazas y almacenes de artesanías. Allí está Sleepy Joe’s, el bar frecuentado por el escritor Ernest Hemingway quien durante más de diez años, a partir de 1931, pasó largas temporadas en esta ciudad. “Es el mejor lugar en el que he estado; hay flores, tamarindos, guayabos y cocoteros”, dijo Hemingway, quien tenía 29 años cuando pisó Key West.
Otra opción más corta pero interesante es el Conch Train, que tiene un recorrido más corto y concentrado en la zona antigua, con paradas en Truval Village: a unos pasos de la Casa y Museo de Ernest Hemingway, el faro de Key West, el Southernmost Level y el Conservatorio de Mariposas y Naturaleza de Key West.
Durante el recorrido se escuchan historias como la huella que dejó Hemingway en la isla, su paraíso de inspiración.
Se puede visitar la enorme casa en donde escribió durante más de diez años y en la que aún habitan los gatos descendientes de Snow Ball (Bola de Nieve), la mascota del escritor. Hoy son más de 50 mininos los que viven en esa casa, bautizados con nombres de escritores, estrellas de Hollywood y artistas, siguiendo la tradición del escritor.
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También conservan sus muebles, artículos personales, libros, fotografías y jardines, que ayudan a imaginar cómo fue la vida del escritor en ese pequeño paraíso y entender por qué sus años allí fueron los más prolíficos en su producción literaria.
Hablando de animalitos, vale la pena hacer un paréntesis para reconocer que, más que gatos, la isla es el paraíso de gallos y gallinas. Pululan por doquier. Son los reyes del lugar, gracias a una herencia del pasado, cuando los cubanos organizaban peleas de gallos, que luego fueron prohibidas en los 70. Actualmente están protegidos por ley y viven libremente por toda la isla.
Y el último dato: no se vaya de aquí sin endulzar la vida con un delicioso trozo de Key lime pie, su postre típico. Ahora sí: ¡a pisar cayos!
* Invitación de Go to Florida: fla-keys.com
Fb: @floridakeysandkeywest
Twitter e Instagram: @thefloridakeys
A la hora de dormir
La oferta hotelera es vasta. Desde las grandes cadenas de hoteles en la zona norte hasta los boutique en las construcciones tradicionales de la zona antigua. Recomendamos The Backyard Resort, por su céntrica ubicación y encantadora arquitectura. Ofrece cabañas, algunas con su propia piscina; habitaciones espaciosas y bien equipadas, cada una decorada con un estilo antiguo que transporta a otras épocas, y todas las comodidades del momento. The New York Instances lo reseñó como el “hotel más bonito de Key West”. www.gardenshotel.com/
El Consejo de Turismo lanzó un sistema de reservas en línea en fla-keys.com con todas las alternativas de alojamiento. Dentro del sistema de reservaciones, las categorías de habitaciones y tarifas de las instalaciones de alojamiento están segmentadas, y en la sección Información privilegiada se encuentran las comodidades de cada propiedad.
A la hora de comer
La oferta gastronómica de Cayo Hueso es amplia, suculenta y para todos los bolsillos. Estos son los lugares que no se puede perder:
Para empezar el día:
-Blue Heaven. No se puede pasar por Key West sin ir a este sitio, tan unique y delicioso. Lo llaman el ‘Hogar del desayuno más celestial en Key West’ por sus platos estrella, como huevos benedictinos con mariscos o pan de plátano casero. Es una gran casona azul esquinera en Petronia Avenue, en el histórico barrio Bahama Village. A lo largo de los años, el lugar ha albergado peleas de gallos, juegos de azar y combates de boxeo. Otro punto favorito de Ernest Hemingway.
-Croissants de France & le Bistro: un restaurante con 30 años de tradición, en una casa en el centro histórico, ofrece una mezcla de comida francesa con un toque caribeño. Recomendamos disfrutar del ambiente de jardín y saborear las deliciosas tostadas francesas, los huevos benedictinos y un buen café. También es una buena opción para almorzar.
Para terminar el día:
-Half Shell Uncooked Bar. Situado en el puerto histórico de Key West, es un restaurante casual; sirve mariscos frescos, desde el famoso fish and chips hasta su ceviche de caracol half shell. Desde sus balcones se ve la movida de los barcos y yates y, cómo no, ¡el famoso atardecer!
-The Waterfront Brewery. Al almuerzo o a la comida, este native es la única cervecería local de Key West con una gran selección de cervezas artesanales y un completo menú de fusión caribeña. Allí se puede ver el proceso de elaboración de la cerveza y disfrutar de una sala de juegos.
” Fuentes www.eltiempo.com ”