Debido a las fronteras cerradas durante la pandemia, el turismo de proximidad se ha desarrollado en Estados Unidos, Europa y China. Esta tendencia podría marcar el futuro de los viajes internacionales, que tardarán más de lo previsto en recuperarse.
Las llegadas de turistas internacionales se hundieron 83 por ciento en el primer trimestre de 2021 por el mantenimiento de las restricciones generalizadas sobre los viajes, según la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Con una caída de las llegadas del 73 por ciento, el 2020 fue considerado el “peor año de la historia del sector”, según la organización.
Sin poder viajar al extranjero, los turistas se han quedado en su país, a menudo alentados por los gobiernos, que buscan apoyar la recuperación de las economías locales.
En China, “hace ya tiempo que las jóvenes generaciones se han reapropiado de la cultura china y que hay una voluntad del gobierno de repatriar el dinero” del turismo, según la especialista de la tendencias socioculturales Cécile Poignant.
Con la pandemia, los chinos han viajado por su “extenso territorio”, “entre Tíbet, Hainan, Sishuan, hay muchos lugares interesantes para visitar” y “las agencias de viajes se desarrollan en ese sentido”, según ella.
Para impulsar el turismo doméstico, el gobierno chino autorizó, por ejemplo, el “duty-free” en su provincia insular de Hainan, una iniciativa que triunfa entre los jóvenes con más recursos.
En un estudio de principios de año, que apuntaba que el mercado interno sería el motor de la recuperación, el gabinete McKinsey destacó el “aumento de China”, que ya recuperó “80 por ciento de su actividad turística”, y resaltó una “búsqueda de los destinos de naturaleza” entre los jóvenes clientes más ricos.
“Un fenómeno duradero”
En Estados Unidos, los turistas locales representaron 95 por ciento de los ingresos de turismo en 2020, 10 puntos más que en 2019, según el World Commerce and Tourism Council (WTTC), que reúne a los grandes operadores del turismo mundial.
En Europa, las autoridades también incitan a viajar localmente, como en Francia, donde el gobierno habla de un “verano azul, blanco y rojo”, o en Luxemburgo, donde se regalan vales de compra. Los viajes también serán intraeuropeos.
“El verdadero movimiento que hemos observado y que todavía vamos a observar este verano es la suma de los turismos domésticos. Es un fenómeno que es duradero”, según Sébastien Manceau, experto en turismo en el gabinete Roland Berger, preguntado por la AFP.
En basic, 60 por ciento de los expertos esperan un aumento del turismo internacional en 2022, según la OMT. La mitad de ellos estima que no se volverá a los niveles de 2019 antes de 2024.
“Esta crisis ha favorecido mucho el turismo doméstico”, confirma a la AFP Didier Arino, al frente de la consultoría Protourisme. Según él, es algo “muy bueno”.
“No se puede querer reducir el impacto del turismo en el medio ambiente, y no alegrarse del desarrollo de un turismo de proximidad o doméstico. La llegada de la clientela extranjera supone 70 por ciento de las emisiones de CO2 relacionadas con el turismo”, añade.
“Hacer mercados domésticos durante dos veranos, deja huellas, pero huellas positivas”, insiste Sébastien Manceau, para quien “la consideración del medio ambiente cada vez es más importante”.
Según un estudio realizado por su gabinete, 58 por ciento de los europeos tienen en cuenta criterios ecológicos cuando organizan su estancia.
“La crisis del covid-19 aceleró las transformaciones que se estaban produciendo en el sector del turismo: lo que habría llevado cinco años o más, sólo tardó unos meses”, señala Manceau.
srgs
” Fuentes www.milenio.com ”