Los colonos llamaban al té “bebida de los pobres”, ya que period mucho más barato que el té negro importado de Europa y Asia. Sin embargo, en la década de 1930, tras apropiarse de los conocimientos tradicionales de los mismos pueblos que los compartían con ellos, los colonos europeos empezaron a exportar rooibos cuando se hizo posible su cultivo comercial.
En la actualidad, Sudáfrica produce unas 20 000 toneladas anuales de esta infusión aromática, más del triple de lo que producía en la década de 1990. Cada año se exportan al menos 8000 toneladas a más de 50 países. El extracto de rooibos también se añade a cientos de productos, como cosméticos, productos de panadería y bebidas alcohólicas.
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Wupperthal, cuna del rooibos
“El rooibos forma parte de la cultura de aquí”, cube Barend Salomo. “No se puede separar el rooibos de la gente”.
Salomo nació y creció en Wupperthal, un pueblo de Cederberg. De su padre aprendió a recolectar rooibos en la naturaleza; de su madre, a prepararlo para el consumo. Ahora su hijo sigue sus pasos.
En la WORC, Salomo ayuda a gestionar una cooperativa de 66 productores de rooibos que cultivan 360 kilómetros cuadrados de tierra, utilizando métodos de agricultura biodinámica. Cuando, en 2018, los khoisan se enteraron de que por fin se les reconocían sus conocimientos y contribuciones, Salomo lloró de alegría.
El acuerdo con el Consejo de Rooibos, que representa a la industria, pretende aportar unos 15 millones de rands (unos 962 000 euros) anuales a perpetuidad para los miles de khoi y san de Sudáfrica. Un porcentaje de los fondos permanecerá en un fideicomiso destinado a la educación, el desarrollo de la juventud y el desarrollo de habilidades, y puede incluir la atención sanitaria y la tierra.
“Estos fondos devuelven una especie de dignidad a nuestro pueblo”, cube Salomo. “Aun así, es sólo el principio”.
Siguiendo el rastro del rooibos
Los viajeros curiosos pueden aprender más sobre el hogar del rooibos conduciendo hacia el norte por la N7 desde Ciudad del Cabo hasta la pintoresca ciudad de Clanwilliam, en las Cederberg. Clanwilliam, que se anuncia como la “Capital del Té Rooibos”, ofrece la posibilidad de degustar el té en la Casa del Té Rooibos y en la nueva Casa del Rooibos. Los visitantes pueden visitar Skimmelberg, una granja de rooibos orgánicos a 29 kilómetros al sur de Clanwilliam.
” Fuentes www.nationalgeographic.es ”