En la terminal de ómnibus nacionales de Santa Clara todavía queda demasiado silencio. El salón principal tiene decenas de filas de asientos, metálicos y brillosos, que aun esperan por pasajeros.
El andén, habilitado con varias posiciones, apenas recibe uno o dos ómnibus de forma simultánea. Es una quietud impropia para un lugar que antes de la llegada a Cuba de la COVID-19 estaba marcado por el bullicio y el movimiento.
A cientos de kilómetros de allí, la estación principal de Holguín también luce un silencio extraño. No obstante, en uno y otro lugar poco a poco regresa el ritmo routine. Despacio, calmados, los ómnibus comienzan a moverse. A fin de cuentas, hace apenas tres semanas que el país comenzó la reapertura del transporte interprovincial. Es un proceso que poco a poco toma calor.
Reabrir sin prisas
José Alejandro Morales González, Jefe Técnico de la UEB Ómnibus Nacionales Santa Clara, sabe que los próximos días serán fundamentales para cambiarle la cara al transporte interprovincial en Villa Clara. La concept no lo sorprende.
Así lo planificaron en su entidad cuando a mediados de octubre comenzaron los preparativos para reiniciar un trasiego que en los últimos 19 meses estuvo prácticamente paralizado.
Según cube, cuando el primer día de este noviembre abrieron las puertas de la terminal, solo pusieron en operación siete de las 19 salidas que gestionaban allí cuando la COVID-19 obligó a la pausa.
“La prioridad para el reinicio la pusimos en las rutas de mayor importancia dentro del esquema de transportación en la provincia. Por eso retomamos las tres salidas diarias hacia La Habana, justo como funcionaban en marzo de 2020. A su vez, incorporamos las salidas desde los municipios de Caibarién y Sagua la Grande hasta la capital del país, aunque de momento solo tienen dos frecuencias semanales. Antes esos ómnibus viajaban en días alternos”, explica.
Para completar las siete salidas previstas Villa Clara seleccionó una ruta hasta Santiago de Cuba y otra hasta Guantánamo. Escoger esos territorios del oriente del país ofrece la posibilidad de mover a personas que necesitan llegar hasta ciudades ubicadas entre Santa Clara y esos destinos.
La estrategia parece acertada: aun sin cubrir ni siquiera la mayor parte de la demanda, existen opciones para moverse casi hasta todas las provincias del país.
Esperanza Ramírez, una ingeniera acostumbrada a ir con frecuencia a Matanzas para visitar a su hija, reconoce lo factible de la concept. Ella aprovecha la ruta que enlaza a Santa Clara con La Habana a través de la Carretera Central. “De momento no hay viajes directos hasta Matanzas, pero al menos así uno puede solucionar su problema”.
A ella no le falta verdad, aunque otros como el enfermero Rubén Torres le encuentra algunas fallas a su lógica. “El problema es que ahora hay más personas necesitadas de utilizar el mismo ómnibus para distintos destinos —dice—, porque todos los que necesitan moverse hasta municipios por los que pasa la Carretera Central dependen de la misma ruta”.
Del asunto están conscientes los directivos de Ómnibus Nacionales en Villa Clara. Entre ellos está Roberto Valladares, jefe del grupo de operaciones que dirige la estrategia para regresar a un escenario menos tenso. De pie en un andén totalmente vacío anuncia un cambio importante: este 20 de noviembre se incorporan nuevas rutas al panorama de la transportación interprovincial en Villa Clara.
Nuevas rutas hacia la normalidad
A la hora de reabrir nuevas rutas la UEB Ómnibus Nacionales Villa Clara tiene otro inconveniente importante: el precise estado de su parque de vehículos y las capacidades de partes y piezas de repuesto para responder a un incremento acelerado de la demanda.
Esa es una de las causas —asegura José Alejandro Morales, Jefe Técnico de la entidad— que condiciona un reinicio progresivo. Aun así, confirma estar listos para asumir sin problemas las rutas que vayan incorporando el esquema de transportación.
“Tenemos un coeficiente de disponibilidad técnica entre un 45 y un 50 por ciento, originado sobre todo a partir de problemas con los neumáticos y las baterías. También estamos hablando de ómnibus que asumieron otras funciones durante los meses de cierre de la terminal, como el traslado del personal de la salud o de las altas médicas de pacientes recuperados de la COVID-19. Todo eso crea desgaste”, apunta.
No obstante, asegura que cada día laboran para tener entre 17 y 18 vehículos listos para asumir todos los viajes planificados. De momento los números parecen suficientes, porque a las siete rutas ya funcionales desde el primero de noviembre, este sábado se incorporan otras siete. Luego de esa sumatoria, en la provincia solo restarían cinco viajes por cubrir para igualar el escenario de marzo del 2020.
Entre las nuevas rutas, José Alejandro Morales menciona algunas que aparecían entre los principales reclamos de la población, como Manicaragua-La Habana, Santa Clara-Varadero y Santa Clara-Trinidad. Todas ellas tendrán una frecuencia de tres veces por semana, todavía por debajo de lo acostumbrado.
Por su parte, los trayectos Santa Clara-Matanzas, Zulueta-La Habana y Placetas-La Habana tampoco cumplirán su ritmo routine y los pasajeros deberán utilizar alguno de sus dos viajes semanales para llegar a sus destinos.
De acuerdo a Roberto Valladares, jefe del grupo de operaciones de la UEB Ómnibus Nacionales Villa Clara, la estrategia en esa segunda etapa consiste en reabrir otras rutas y con ello acercarse a la cantidad de destinos habituales desde la provincia. Luego de consolidar esta segunda etapa solo quedarían los destinos de Morón, Cumanayagua y Fomento, previstos para incorporarse antes del fin de año.
“La idea es primero consolidar los destinos que vayamos abriendo y agregar las salidas restantes. Luego en dependencia de los recursos y la recuperación que tengamos iremos ampliando las frecuencias”, confirma.
COVID-19: El pasajero indeseable
Si se cuenta el número de pasajeros que hacen escala en la terminal de ómnibus nacionales de Santa Clara —punto de tránsito pure entre el oriente y el occidente de Cuba— cada día la estación recibe un promedio de dos mil personas.
Esa cantidad impone un reto para sus trabajadores en medio de la situación epidemiológica del país. Para ellos no existe más que una realidad: evitar la transmisión de la COVID-19 aun en la nueva normalidad.
Para Milagros Alonso, jefa de la estación, no solo es basic cumplir los protocolos que se repiten casi en cualquier lugar: lavado de manos, distanciamiento físico, limpieza constante de superficies. Para ella también resulta clave la adopción de medidas internas para garantizar una mayor seguridad.
Entre ellas, menciona la separación del área de lista de espera del resto de la terminal. Antes de la llegada del nuevo coronavirus, el salón principal también servía de estancia para quienes aspiraban a viajar utilizando las capacidades surgidas a partir de los fallos.
Ahora esa realidad cambió y a la terminal solo acceden las personas con un pasaje seguro. El resto tiene un lugar acondicionado incluso con una puerta por uno de los laterales del edificio.
“Otra medida que adoptaremos será la separación de los pasajeros en salones diferentes cuando los horarios de salida de sus ómnibus sean cercanos. No siempre tendremos esa posibilidad, pero tratamos de hacerlo para evitar las aglomeraciones”, explica.
Por su parte, el Jefe Técnico de la UEB también elogia los pasos dados en el comercio electrónico a través de la aplicación Viajando para asegurar que las personas lleguen a la terminal con sus reservaciones listas.
“Gracias a eso hemos visto una menor acumulación de personas no solo en las agencias de viajes —explica—, sino también en las propias terminales, porque los pasajeros no tienen que llegar con tanto tiempo de antelación”.
Ferrocarriles y transporte privado: Complementos necesarios
Aunque un reporte publicado en la televisión nacional asegura que un solo viaje en ferrocarril puede mover a más de mil pasajeros, aun este servicio no se consolida con toda la fuerza que podría en el escenario cubano.
En el caso de Villa Clara, la Agencia Cubana de Noticias indica que el restablecimiento del transporte interprovincial incluye la ruta Santiago de Cuba-Santa Clara, una de las más necesitadas en el centro del país.
Del mismo modo, la Estación Ferroviaria de Santa Clara sirve de parada intermedia para otras rutas que enlazan el occidente y el oriente de la Isla. En tal sentido, ofrece la oportunidad de usar esas líneas para asegurar la transportación de los pasajeros de la provincia, aun cuando todavía resulta insuficiente la cantidad de boletos disponibles para estas rutas.
Por otro lado, el transporte privado a través del sistema de piqueras también da pasos en su recuperación. A partir de la eliminación de las restricciones para la movilidad entre las distintas provincias, en Santa Clara renace el lucrativo negocio de ofertar justo a las puertas de la terminal de Ómnibus Nacionales la posibilidad de viajar hasta La Habana, Matanzas o Varadero.
En otros lugares de la ciudad también es posible subir a un vehículo con destino a Cienfuegos o Sancti Spíritus.
Para Ramón Benítez, un profesor universitario que en ocasiones debe terminar en esas piqueras como única opción para llegar hasta la casa de sus padres, el principal problema sigue relacionado con el incremento exagerado de los precios. “Hace muy pocos días me pidieron más de 300 pesos por un pasaje hasta Cienfuegos, casi ocho veces la cantidad que antes debía pagar”, lamenta.
Para un chofer como Rubén Díaz, en cambio, el aumento del valor de los pasajes no resulta tan alarmante, “porque uno tiene que comprar el combustible, las piezas, las gomas, y aquí todo esta caro”. Es el mismo argumento de siempre, tanto como el cierre de toda la conversación sobre el tema: “esto es oferta y demanda”. Lo demás ya está dicho.
No obstante, si se tiene en cuenta, por ejemplo, que el Estado solo aumentó de 57 a 80 pesos el precio de un boleto en ómnibus hasta La Habana —la ruta de mayor demanda—, tales incrementos en el sector privado no dejan de alarmar. Quedaría otra vez a los gobiernos locales evaluar cómo controlar los crecimientos exagerados en un servicio que funciona en piqueras estatales.
En medio de este panorama se cumplen tres semanas de la tan esperada reapertura del transporte interprovincial. Aun con más de un año de inactividad, los desafíos siguen mostrándose como vallas por franquear para asegurar una actividad esencial en pos de acercarnos al ritmo regular de la vida.
Eficiencia, management riguroso de los recursos, empleo oportuno de las nuevas tecnologías y un constante ejercicio de perfeccionamiento del servicio continúan al frente de las exigencias para un sector que reabre con el reto de marchar sin perder el impulso.
Holguín: Si de viajes nacionales se trata…
Luego de iniciada la transportación interprovincial, a partir de una flexibilización gradual de las medidas impuestas para frenar el aumento exponencial de casos positivos a la Covid-19 en Cuba, la Unidad Empresarial de Base Ómnibus Nacionales de Holguín progresa en la recuperación de las rutas existentes antes de la paralización por la pandemia. Pero, ¿Qué piensan los holguineros y usuarios de otros territorios del país que round por la provincia sobre esta medida?
“Después de tanto tiempo de cancela la transportación por ómnibus fue un paso muy importante esta apertura porque así podemos resolver nuestros problemas o ir a ver nuestros familiares, aunque no hayan abierto todas las rutas que existían antes de la paralización de este servicio”, refirió Lisandra Pérez Leyva, estudiante de cuarto año de la Carrera de Psicología-Pedagogía en la Universidad de Holguín que aguardaba por embarcar en la terminal de ómnibus interprovinciales José María Pérez Capote de Holguín.
“Cuando fui a hacer las reservaciones hubo alguna dificultad para hacerlo por la aplicación Viajando porque se bloqueó el sistema y cuando lo intenté por la tarde ya no quedaban pasajes”, argumentó José Raúl Arturo Silva
Susana González Días oriunda del municipio de Mayarí que viajaba con destino a Las Tunas, agradeció la flexibilización de las medidas, pero insistió en la necesidad de facilitar otras salidas desde Holguín hacia este otro territorio oriental. “No es fácil esperar desde las 9 de la mañana hasta las tres de la tarde que salga la otra guagua, agregó.
Juan Emmanuel, que está en su mismo caso, enfatizó que la apertura de la transportación interprovincial es muy buena porque la movilidad está apretada. “Los particulares están cobrando carísimo, a 200 pesos para allá, imagínate tú. Por lo menos con el estatal resolvemos más barato”, dijo también este entrevistado.
Sobre este último aspecto, Rafael Cabrera Terrero, expuso que, aunque habían abierto la terminal, period insuficientes las salidas para la Habana, la ruta más demanda y a donde se dirigía.
“Lo que aparecen son los particulares especulando con los precios. Nosotros no somos millonarios. Tres mil pesos piden por una plaza en un taxi particular hacia la capital. La gente se aprovecha de la coyuntura, de los problemas. El particular abusa del pueblo”, sentenció.
Roberto Martínez, con necesidad de hacer ese mismo recorrido, dijo que hace rato que no viajaba y aunque veía en la terminal poca gente, también eran insuficientes las guaguas.
Eliecer González Aguilar, director de esta entidad transportista informó que, aunque la reapertura hoy no cubre las expectativas de la población, hoy tiene dos salidas diarias a la Habana, una 7:30 am y otra 9:30 pm y a Las Tunas nueve de la mañana y tres de la tarde, así como salidas en días alternos para Cienfuegos, Santa Clara y Santiago de Cuba vía a Bayamo.
Añadió que, a partir de orientaciones del organismo central, este 20 de noviembre se suman otros itinerarios a la transportación de pasajeros interprovincial desde Holguín como es el caso de dos viajes semanales a Guantánamo, Ciego de Ávila, Camagüey y Manzanillo en la provincia de Granma.
Agregó que cuentan con un parque automotriz de 42 guaguas de las cuales solo 24 estaban en óptimas condiciones para prestar el servicio, pues las restantes poseen carencias de neumáticos y baterías.
“Con esos hemos estado cumpliendo todas las tareas, porque además nuestros choferes están dispuestos a llegar de viaje, preparar el ómnibus con los mecánicos para que otra tripulación salga a cumplir otras tareas”, añadió.
Por otra parte, Richard Benítez Pupo, jefe de Grupo Comercial y Estación de la UEB de Ómnibus Nacionales de la ciudad de los parques refirió que hasta el 20 de noviembre se estaban transportando un poco más de 4500 personas desde esta terminal hacia los diferentes destinos.
“Nosotros ahora como medidas de control para la covid-19, tales como los pasos podálicos a la entrada de la institución, distanciamiento entre las personas, la información que se les brinda por el sistema de comunicación local”, enfatizó el jefe del grupo comercial. Además, hizo alusión a que solo se están aceptando 50 personas en la lista de espera dentro del salón.
Otros de los que se dedican a la transportación de personas entre las provincias son los trabajadores por cuenta propia que cuentan con las licencias operativas y demás documentación para ejercer esta actividad.
“Hay poco pasaje porque la gente se sigue cuidando por la pandemia, explicó Pedro Turrulle González, encargado de organizar los camiones que tiran pasaje para otras provincias, a lo que del mismo modo agregó que los porteadores privados están saliendo fundamentalmente para la Habana y las provincias del centro del país.
“Ahora mismo no hay ningún camión porque espero que hayan 20 o 25 personas para armar un viaje y entonces los llamo”, relató Turrulle González.
” Fuentes www.cubadebate.cu ”