Viajar durante la infancia contribuye al desarrollo social y emocional de las personas, además de que fortalece valores, habilidades y actitudes hacia la vida, sin contar que aporta muchos elementos al bagaje cultural.
Así que salir a conocer nuevos lugares con tus niños será una experiencia muy formativa, además de divertida, por lo que es algo que no debes dejar de hacer, aunque tengas que ir sola con ellos.
Considera que no faltarán los comentarios de terceras personas: “¿cómo piensas viajar sin alguien que te ayude con los niños?” o “¿y qué vas a hacer si quieren ir al baño?”.
Recuerda que, como mamá, tú conoces mejor que nadie a tus pequeños, así que piensa cuál será el mejor plan y el destino ideal para que tú y ellos la pasen de lo mejor.
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El secreto para que tu viaje sea seguro y exitoso es no dejar nada sin planificar; cuidar todos los detalles antes de partir hará que te quede tiempo suficiente para disfrutar el momento único que pasarás con tus peques.
Lo primero que debes hacer es verificar la documentación que necesitas; no importa si el viaje es nacional o internacional.
Un buen tip es tener una carpeta virtual en servicios como Google Drive en la que concentres imágenes escaneadas de documentos como actas de nacimiento, cartilla de vacunación, CURP y pasaporte, por lo que llegara a ofrecerse. Recuerda proteger todo con un password.
Infórmate con anticipación sobre los documentos solicitados en cada destino y considera si es requisito tramitar un consentimiento firmado por el padre para salir del país, según su situación jurídica (estés casada o no). Lleva impresos todos los documentos que puedan solicitarte, incluido el pasaporte, si es viaje internacional.
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Para subirte a un avión o, en algunos casos, a un autobús, deberás presentar la CURP de los niños, así que no olvides imprimirla para presentarla en el filtro de seguridad.
Es indispensable contratar un seguro de viaje con servicio de asistencia. Cualquier imprevisto, como una fiebre o un hueso roto pueden estropear la experiencia, así que más vale prevenir. La mejor que te puede pasar es que no tengas que usarlo.
Como mamá, tampoco dejes de avisar a tu pediatra que saldrás de la ciudad para que esté disponible, si debes hacerle alguna consulta de emergencia.
Si vas con niños más grandes, instala en su celular un software para que puedas dar seguimiento a su ubicación en caso de ser necesario, marcas como Kaspersky o Microsoft tienen ese tipo de productos.
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Aunque quieras tener una experiencia independiente, comunícale siempre a tus amigos o familiares en dónde estarás cada día. Recomendamos no publicar en redes sociales las fotos del viaje; si quieres hacerlo, espera hasta que regreses a casa.
Tu conocimiento del destino, los gustos de los pequeños, el clima, las actividades que harán juntos y el tiempo de los traslados son cosas que deberás considerar con base en la personalidad y edad de tus hijos.
En el pasado quedó aquella idea única de que un viaje con niños era ir a la alberca de un hotel a pasar todo el día o dejarlos en un kid’s club durante horas. Hoy existe una gran oferta de experiencias que van desde tours hasta caminatas, deportes o experiencias para cocinar o hacer trabajo social. Así, ni tú ni ellos se aburrirán y pasarán grandes momentos juntos.
Si comparten algún gusto en especial —como los parques de diversiones, la música, la naturaleza o el teatro— elige un lugar en donde puedan vivir una experiencia que disfruten tanto ellos como tú.
Si reservas tu vuelo vía internet, no olvides especificar que viajas con niños para que te asignen asientos especiales. Y, cuando hagas check in en el mostrador, infórmale al personal de la aerolínea que viajas con menores de 14 años para que te ubiquen en asientos cercanos sin costo adicional. Esto ayudará también a evitar retrasos cuando estés a bordo.
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Si viajas con un bebé, investiga en la aerolínea qué puedes llevar a bordo dependiendo de la reglamentación de cada país y aeropuerto.
Leche, papillas y otros alimentos suelen tener restricciones, además de que no todos los aviones tienen posibilidad de refrigerar o calentar la comida.
Los bebés lloran y eso será prácticamente inevitable en algún momento del vuelo. Hay quienes recomiendan llevar algunos obsequios —como una bolsita de dulces— para los vecinos de asiento, con una nota para comunicarles que el pequeño podría incomodarlos en algún momento durante el vuelo, pero que, por favor, tengan paciencia.
El entretenimiento a bordo no está disponible en todos los aviones, por lo que llevar colores y un cuaderno para iluminar o algún pequeño juego de mesa es buena idea. Si no te queda de otra y solo puedes entretenerlos con videojuegos o películas en una tablet o teléfono, colócales unos audífonos sin cancelación de ruido y modera el volumen del dispositivo, así serás cortés con el resto de los pasajeros.
Si vas a conducir un auto, recuerda que debes estar 100% concentrada en el camino, por lo que las distracciones, por ningún motivo, tienen cabida durante el trayecto.
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Si las condiciones de seguridad y climatológicas lo permiten, una excelente opción es viajar de noche. Procura que tus hijos estén cómodos en su silla de seguridad y dales una cobija, botella de agua, un juguete para abrazar, una almohada y todo lo que necesiten para que duerman plácidamente.
El problema más común al viajar en carretera es el mareo, por lo que en ningún caso debes “distraerlos” con una tablet o un celular, ya que esto sería contraproducente. Observar el paisaje por la ventanilla del coche les ayudará a estar conscientes del movimiento, lo que a su vez reduce la probabilidad de náuseas y vómitos.
Mantén el auto bien ventilado y evita que los pequeños vayan sin comer o que hayan comido demasiado. También evita que, durante el viaje, coman cosas muy dulces o grasosas. Pregunta a tu pediatra si les puedes dar un medicamento contra el mareo. Eso también les ayudará a dormir un buen rato. No olvides programar paradas para ir al baño.
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Por último, recuerda que es normal que suceda algún imprevisto fuera de tu control, como un problema con el clima, cambios de itinerarios, un proveedor que no te cumpla o que les haga daño el cambio de alimentación. Estas cosas son normales y forman parte de la experiencia. Mantener la calma y tener todo en orden desde el inicio del viaje te hará tomar mejores decisiones. Así que ya no tienes pretexto para hacer maletas y salir de viaje sola con tus niños. ¡Disfruta!
- Durante el viaje no solo deberás estar al pendiente de tu maleta o de los itinerarios, también de tus hijos, por lo que viajar ligero es lo más recomendable. Si ellos ya son más grandes, es bueno que lleven su propia maleta, acorde con su tamaño y habilidad.
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- Lleva contigo una mochila con cosas básicas: agua, algún snack o toallitas húmedas, además de los documentos necesarios. Recuerda que debes tener las manos libres para no “hacerte bolas” y poder estar al pendiente de tus pequeños.
- En las maletas de los niños guarda ropa para los cambios de temperatura y los recorridos de ida o regreso. Los accidentes pasan, así que lleva una muda extra de emergencia. Esta te salvará si hay vómitos o alguna otra cosa inesperada.
- No olvides llevar contigo un botiquín con cosas básicas –como gasas, banditas o gel desinfectante–, pero también con los medicamentos que recomienda tu pediatra para dolores de estómago, mareos, alergia o fiebre.
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