THE BEST CHEF AWARDS 2022
El cocinero de Dénia escala posiciones hasta ubicarse en el puesto 33 de la clasificación, que el año pasado le situaba en el número 57
Dabiz Muñoz repite como mejor cocinero del mundo, Aduriz se sitúa en el quinto puesto, Ángel León, Eneko Atxa y Bittor Arginzoniz figuran en el high 20 de la
lista Best Chef y Quique Dacosta no deja de crecer: no sólo forma parte del listado que incluye a 16 cooks españoles, sino que escala posiciones. Del puesto número 57 que mereció en el listado del año pasado, sube ahora hasta el número 33. Un imparable avance para el cocinero de Dénia en una clasificación divulgada este martes en el madrileño Palacio de Cibeles.
En el galimatías de listas, guías y distinciones que orbitan alrededor de la gastronomía, Finest Chef es prácticamente una recién llegada, que sin embargo ha conseguido acaparar de forma meteórica una gran atención internacional. Fundada en 2015 por la neurocientífica polaca Joanna Slusarcyk y el gastrónomo italiano Cristian Gadau, con el propósito de identificar a los líderes mundiales de la profesión, empezó como una iniciativa circunscrita a las redes sociales. Dos años más tarde la pareja decidió dar el salto y emular a otras listas de referencia con una ceremonia en vivo, herramienta para lograr patrocinios y alimentar la proyección mediática del evento.
A diferencia de otras distinciones que valoran la experiencia de un restaurante concreto, esta pone el foco sobre los cooks, no ya como profesionales de los fogones, sino como personalidades culturales y mediáticas. «No vale solo con cocinar bien, se premia su imagen y personalidad, lo que representan, cómo hacen las cosas y los valores que transmiten», explica Slusarcyk. Por lo demás tratan de seguir el patrón dictado hace más de 20 años por la revista Restaurant que dio lugar a la lista 50 Finest Eating places -enfoque international, ceremonias itinerantes, votantes anónimos e incluso un patrocinio de agua mineral- pero con diferencias sustanciales.
La principal es el cuerpo de votantes, en este caso formado por los cooks premiados en años anteriores, los cooks candidatos seleccionados por la propia organización y unos 150 profesionales anónimos -periodistas, críticos, blogueros, fotógrafos «y otras personas notables con un conocimiento amplio de la gastronomía». Los cooks tienen mayor influencia en la decisión remaining -70% frente al 30% del resto de votantes- «para que puedan mostrar su respeto hacia sus colegas», lo que en la práctica convierte la lista en un concurso de popularidad entre el gremio. Además, el sistema de votación presenta algunas lagunas, como saber quién confecciona el inventario de cocineros sobre el que cada elector puede seleccionar a ten candidatos o si es necesario visitar algunos de los restaurantes de cada chef para poder votar.
Tras las críticas por la escasez de mujeres o de profesionales no occidentales en la lista, el reto de la organización está en ampliar el cuerpo de votantes y ojeadores para ser capaces de identificar nuevos talentos, más allá de barajar cada año las mismas cartas. Lo que al parecer ya han conseguido, a base de acariciar el ego de los cooks, es seducir a las administraciones con promesas de un impacto mediático de alcance internacional. Tras pasar por Varsovia, Milán, Barcelona y Amsterdam, esta vez las autoridades madrileñas han desplegado la alfombra roja. Horas antes de que diera comienzo la ceremonia, una comitiva de cooks integrada por Dabiz Muñoz, Massimo Bottura, Ana Ros, Alex Atala, Paco Roncero, Diego Guerrero, Antonio Bachour y Juanjo López visitaba la sede de la Comunidad de Madrid para hacerse la foto de rigor.
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