Por: Dr. Marco Antonio Polo Labarrios, profesor del Departamento de Ingeniería Química, Industrial y de Alimentos de la IBERO.
Los techos convencionales, compuestos principalmente de concreto, tienen una amplia utilización en el sector residencial, debido a que representan una menor inversión económica. Los techos verdes consisten, básicamente, en un arreglo de plantas y sustrato colocado sobre el techo convencional. Estos techos, también conocidos como techos con vegetación o techos vivos, son sistemas que permiten el crecimiento de diferentes tipos de plantas e incluso árboles en la parte superior de un edificio; por lo tanto, son una opción de reverdecimiento de las grandes ciudades donde la mancha gris de asfalto y concreto sustituye cada vez más las áreas con vegetación.
Puede haber muchas formas en las que se diseñe un techo verde, por sus características se dividen en varios tipos. Por mencionar algunos, existen los techos verdes extensivos, son ligeros, con plantas de bajo mantenimiento y poco peso para la estructura como pastos, perfectos para casas y edificios pequeños. Tienen la característica de que la capa de sustrato es de poco espesor entre los 5 y 15 cm. Se tienen los techos verdes intensivos, que pueden incluir incluso árboles, arbustos y vegetales. Son más pesados, pero ofrecen una biodiversidad increíble y un lugar agradable para pasar el rato.
Los techos verdes semi-intensivos, que son una mezcla de los dos anteriores, tienen más variedad que los extensivos, pero más fácil de mantener que los intensivos, ideales para un espacio urbano que desea un poco de vegetación. Además, están las bandejas modulares, que es una nueva modalidad de techos verdes que son prefabricados y solamente se tienen que colocar sobre la cubierta. Son bandejas de tamaño estándar que facilitan el proceso de fabricación, transporte e instalación. Este tipo de techo contiene en una bandeja de plástico las diversas capas que componen al techo verde.
En las casas la parte que recibe mayor cantidad de rayos solares es el techo y por ello es la parte que más se calienta. Ese calor se transfiere al interior, algo que se quiere evitar en primavera y verano. En un techo verde, gran parte de ese calor es absorbido por las plantas, y un menor porcentaje llega al interior, ayudando así a tener temperaturas más confortables dentro de la vivienda.
Esa energía solar absorbida es utilizada como alimento por las plantas, de modo que parte de esta energía se transforma en biomasa y otra se libera por evapotranspiración, que es la pérdida de agua o humedad provocada por la combinación de dos procesos: la evaporación desde el suelo cubierto por las plantas, y la transpiración desde las hojas de las plantas.
Los techos verdes ofrecen grandes beneficios para la vivienda en que se instala y también para la ciudad:
Absorben y retienen el agua de lluvia reduciendo el riesgo de encharcamiento e inundaciones.
Absorben los rayos del sol manteniendo el interior más fresco y reduciendo el uso de energía.
Mejoran la calidad del aire, ya que absorben partículas nocivas, producen oxígeno y filtran el polvo.
Son resistentes al fuego, porque las plantas que absorben agua funcionan como una barrera natural contra él.
Reducen ruidos del exterior, dado que el sustrato reduce las frecuencias altas y más molestas.
Ayudan al medio ambiente a contrarrestar el efecto de isla de calor (que se presenta en las ciudades densamente pobladas) reduciendo las superficies pavimentadas que afectan el microclima.
Con el proceso de la evapotranspiración gran parte del agua regresa a su ciclo natural, otra se queda en el sustrato y otra llega al sistema de drenaje. Esto ayuda a disminuir el riesgo de inundaciones.
Otro beneficio es la satisfacción y compromiso ecológico que representa para el usuario tener una azotea verde en su propio hogar.
Para construir un techo verde hay varios aspectos que se deben considerar: uno de ellos es la inclinación de la cubierta, ya que entre más plana sea será más fácil instalarlo. Se pueden instalar en cubiertas medianamente inclinadas ya que las raíces de las plantas se entrelazan entre sí en el sustrato formando un todo y dándole mayor sujeción a la cubierta verde. En techos más inclinados es más complicado, aun así, se pueden utilizar retenedores que eviten la caída del sustrato. Otro aspecto para considerar es que las plantas requieren exposición a la luz solar para crecer, por lo que las sombras producidas por las construcciones vecinas podrían afectar. También es importante considerar la velocidad del viento a la que están expuestas las plantas porque las podría afectar, sobre todo a las plantas más altas. Para construirlos es importante asesorarse con los expertos de cada temática que atiendan la parte estructural, los sustratos, el riego y la vegetación para poder lograr un resultado exitoso y duradero.
En la Ciudad de México se presenta el efecto isla de calor porque hay edificios y calles que absorben y almacenan el calor del sol, además de las fuentes de calor como los automóviles. Los techos verdes son una solución ecológica y efectiva para mantener los edificios frescos en verano y cálidos en invierno, de esta manera se ahorra energía al disminuir el uso de aire acondicionado y calefacción, y así mitigar las emisiones de carbono producido por la actividad humana que habita la urbe. En época de lluvias los techos verdes pueden absorber el agua de lluvia, reduciendo la escorrentía y así ayudar a evitar inundaciones. Los techos verdes hacen más estéticos a los edificios y a las ciudades, embellecen el paisaje urbano, convirtiéndose en espacios aptos para la recreación y mejorando la calidad de vida de las personas. Además, pueden servir para cultivar y cosechar alimentos. Otro de los beneficios es que protegen la estructura del techo aumentando su vida útil.