El fiscal federal de Argentina Diego Luciani pidió este miércoles una pena de tres años y nueve meses de prisión para la exsecretaria de Ambiente kirchnerista Romina Picolotti, por gastos insólitos “de clara ilegalidad” que ella pagó con la “caja chica” de la secretaría y que estuvieron “exentos de control”. Solicitó además que sea inhabilitada a perpetuidad para ejercer cargos públicos.
Picolotti, afirmó el fiscal, cometió el delito de “defraudación a la administración pública” porque hizo que el Estado le reconociera gastos que nada tuvieron que ver con la gestión. Desde compras de farmacia, regalos y una piedra aromática, hasta decenas de pasajes de avión y vuelos charters, almuerzos en Sushiclub, y habitaciones de lodge para su familia.
La exsecretaria está siendo juzgada por el Tribunal Oral Federal 6, integrado por los jueces Sabrina Namer, Néstor Costabel y Rodrigo Giménez Uriburu. La audiencia de hoy se realizó por Zoom y Picolotti siguió el alegato en su contra desde Estados Unidos, donde está radicada, con su cámara prendida y un fondo digital del espacio.
Picolotti fue secretaria de Ambiente durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, y había sido promovida a ese cargo por el entonces jefe de Gabinete Alberto Fernández. Cuando fue denunciada por estos gastos, el hoy presidente dijo que se trataba de “una clara operación política”.
En julio de 2007, Fernández brindó una conferencia de prensa en Casa de Gobierno junto a la Picolotti en la que aseguró que “todas las barbaridades que se dijeron son falsas”, en referencia a las denuncias.
Luciani afirmó hoy que la exfuncionaria “no puedo justificar ninguno de los cuantiosos gastos que registra la acusación en su contra” y que “debe rendir cuentas por sus acciones”. El daño al Estado por estos “actos graves de corrupción” -dijo el fiscal- asciende a un monto que, actualizado, es de US$ 70.900 aproximadamente.
Una defensa “pueril”
“Aducir una supuesta persecución política es una falacia”, dijo el fiscal, en referencia a uno de los argumentos que la exfuncionaria esgrimió en el expediente como defensa.
Luciani advirtió además que en el juicio no se están poniendo en juego los antecedentes profesionales de Picolotti y que nada tiene que ver este proceso con las persecuciones que puedan sufrir los ambientalistas.
“Sostener eso es un intento de banalizar una acusación grave con un argumento pueril”, dijo Luciani.
Las pruebas que llevaron a Picolotti a juicio incluyeron 60 cajas con los comprobantes de pago. Entre ellos, tickets de compra por analgésicos, apósitos, barras de cereal, pilas, la piedra aromática, galletitas, sopas instantáneas, alfajores, caramelos, mermelada, verduras, sahumerios, una chalina, un velón de noche y esencia, un whisky, ramos de flores y un reloj despertador, todos pagados con fondos públicos.
También hay un ticket de compra de productos “Rabolini” en una perfumería que tiene la leyenda manuscrita “Regalo Flor y Sofi cumpleaños” y otro comprobante de un consumo en un native de comidas que en su parte superior reza: “Muchas Gracias!!!”.
Los gastos más onerosos, sin embargo, fueron por vuelos, tanto en aviones de línea (desembolsó US$ 39.8829, a valores actualizados) como privados (registró viajes por US$ 21.4754).
También cuando se trasladaba en auto, Picolotti hacía que el Estado le cubriera los gastos. Luciani relató, como ejemplo, un viaje de fin de semana a Córdoba. La exfuncionaria pasó como gastos de gestión la nafta, los almuerzos y cenas para ella y sus acompañantes, consumos en estaciones de servicio durante el camino y hasta el lavado de su auto, el lunes siguiente. Todo para un viaje que, advirtió el fiscal, “no tuvo ningún motivo laboral”.
” Fuentes www.elpais.com.uy ”