Félix Sánchez es director de Viagi, una agencia de viajes que opera con 12 empleados en la Ciudad de México desde hace 20 años. Para sobrevivir a la disaster turística que desató la pandemia de Covid-19, ha tenido que alternar los turnos de sus trabajadores, recortar los sueldos a la mitad, reducir costos de servicios y negociar con instituciones, entre otras medidas.
Conforme pasan los meses, el empresario va perdiendo la fe en que el gobierno lo apoye con la condonación o prórroga en los pagos de impuestos o servicios como la luz o agua, pues considera que los créditos de 25 mil pesos que la autoridad llegó a ofrecer no representaban nada para su negocio.
Félix tampoco ve en la banca un apoyo para salir adelante. “Es casi imposible que un banco preste dinero a las agencias de viajes, por eso yo la verdad no voy a pedirles, porque sé que hay muchas trabas para con nuestro sector”, lamenta.
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En julio del año pasado, la Secretaría de Turismo (Sectur) anunció junto con la de Hacienda, Nafin, Bancomext, ABM y otras organizaciones, el programa de financiamiento Impulso + Hoteles, que consiste en el otorgamiento de créditos con cobertura nacional dirigido a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) que están integradas al sector de hoteles, moteles, posadas, empresas del sector transporte y agencias de viajes.
Los montos van desde 200 mil pesos hasta 30 millones de pesos o su equivalente en dólares; la tasa máxima llega a 13.5% para créditos en pesos y hasta 9% para financiamientos en dólares.
El plazo de pago llega a 60 meses, incluyendo un periodo de gracia de hasta seis meses para empezar a pagar. Sin embargo, Félix cube que esta iniciativa fue destinada a otros sectores y no a las agencias de viaje.
El programa no ha servido para que la banca otorgue más préstamos al sector durante la disaster sanitaria, sino al contrario: los créditos han disminuido y los pocos que asignó fueron con tasas de interés elevadas.
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Caída sostenida
De acuerdo con el Banco de México (Banxico), el financiamiento vigente concedido a la llamada industria sin chimeneas se redujo 12.5% en junio de este año frente al mismo mes de 2020, una vez descontada la inflación, después de caer 10.7% en mayo y 13.2% en abril, siendo esta última la mayor disminución desde que hay registro comparable, a partir de diciembre de 2004.
Ocho de cada 10 pesos prestados fueron créditos asignados por la banca privada; el resto fue otorgado por la de desarrollo.
El financiamiento se redujo principalmente para las aerolíneas, en 15% durante junio; seguido del crédito a hoteles, con una disminución de 13.9%; a los restaurantes descendió 11.5%, y al transporte turístico bajó 6.1%. Solamente aumentaron los préstamos para museos, zoológicos y sitios históricos, en 2.4%, señalan las cifras del banco central.
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A principios del mes pasado, el titular de la Sectur, Miguel Torruco, reconoció que la banca está cobrando intereses caros a las Mipymes del sector.
“Sí hubo [créditos], pero los intereses son caros… Hubo personas que los fueron negociando a la baja, otros no”.
Recordó que en disaster pasadas no había ese tipo de apoyos para pequeñas y medianas empresas, “porque siempre nos argumentaban que no éramos sujetos de crédito y cuando iniciaba el papeleo era imposible cumplir con todos los requisitos, lo poco que se canalizaba a algunas empresas, siempre era para las mismas”.
Demasiado riesgo
Desde la segunda mitad del año pasado, Javier Pérez, director de Quinta Las Acacias, lodge boutique ubicado en la capital de Guanajuato, se ha abstenido, al igual que sus colegas del sector, de tomar nuevos financiamientos bancarios debido al alto riesgo.
“Una de las razones de no haber tomado créditos bancarios es que nuestro estado nos apoyó con financiamientos a tasas muy bajas, no pasaron de 6% anual, reembolsable el interés al final del crédito si no hay atraso, con plazos de tres a cinco años”, explica a EL UNIVERSAL.
Estos créditos fueron desde 20 mil pesos hasta 2 millones y se otorgaron entre abril y junio de 2020, cuyos pagos iniciaron apenas el mes pasado, “lo que ayudó al sector a sobrellevar la crisis”, expone Pérez.
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“La tasa es muy baja y proviene de un organismo del estado que se llama Fondos Guanajuato y es para apoyar a las Mipymes para nuevos negocios o la aplicación de sus servicios”, comenta el hotelero.
En su opinión, el interés máximo de 13.5% que cobra el programa Impulso + Hoteles “es una tasa normal de mercado, que no fue conveniente tomarla”.
Ernesto O’Farrill, presidente de Grupo Bursamétrica, organización que provee servicios de análisis a varios bancos para la calificación de riesgo sectorial, manifiesta que el crédito complete de la banca ha disminuido a raíz de la pandemia.
Los bancos cuentan con una administración de riesgos que los lleva a seleccionar hacia qué sectores canalizar el crédito y, en el caso explicit de las empresas turísticas, cobran intereses mayores por estar más sujetas a riesgo, debido a que consumen más capital ante la situación que atraviesan.
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“En los sectores con mayor riesgo, los bancos destinan menos recursos y cobran tasas de interés más altas, no porque sean malvados, sino para que los préstamos puedan ser rentables, debido a que el sector tendrá un mayor consumo de capital”, expone O’Farrill a este diario.
“[Miguel] Torruco tiene razón, están cobrando muy caro al sector, pero las reglas de la banca hacen que donde se observa mayor riesgo, el crédito sea más caro para que sea rentable”, añade.
Apoyo escaso
Armando Bojórquez, presidente de Viajes Bojórquez, una de las principales agencias del ramo del país y con más de medio siglo operando, comenta que, en basic, el financiamiento continúa siendo muy caro para el desarrollo en México y, en el caso de la industria sin chimeneas, los bancos únicamente han dado algunos meses de gracia para pagar, pero han sido mínimos los apoyos durante la pandemia.
“Falta un gran apoyo de la banca, pues mientras las tasas de interés rondan entre 1% y 3% en Europa y Estados Unidos, son de 10%, 20% o incluso más altas en México, pero seguimos esperando que la banca lo analice”, expresa el también presidente de la Comisión de Turismo de la Concanaco-Servytur.
“La tasa de 13.5% [del programa Impulso + Hoteles] es una grosería, considerando las que ofrecen en otras naciones. Por eso las cadenas internacionales vienen a invertir a México, porque consiguen financiamientos con tasas muy baratas en su país de origen”, agrega en entrevista.
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Señala que algunas empresas enfrentan problemas graves para pagar las cuotas del IMSS, las Afore y también créditos bancarios, pues nadie pensaba que la emergencia sanitaria se iba a prolongar tanto tiempo, por lo que requieren facilidades que incluyan una reestructura especial, con quitas y tasas bajas.
La cartera vencida de la industria sin chimeneas llegó a 3 mil 118 millones de pesos a junio pasado, después de reportar un saldo de 2 mil 305 millones en el mismo mes de 2020 y un valor de 569 millones en igual periodo de 2019, antes de la pandemia, de acuerdo con datos de la banca comercial y de desarrollo recabados por Banxico.
Las compañías aéreas fueron las que cayeron en mayor morosidad, pues su saldo vencido se disparó a mil 308 millones de pesos, tras registrar apenas 37 millones un año atrás. Le siguieron los restaurantes, cuyos incumplimientos crecieron en más del doble, de 199 millones a 443 millones en el mismo periodo.
“Para apoyar a la economía y a las empresas turísticas del país se deben cobrar tasas de interés de entre 7% y 8% para ser competitivos a escala mundial”, considera Bojórquez, quien también encabeza la Asociación para la Cultura y el Turismo de América Latina (Precise).
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Desde su punto de vista, las altas tasas de interés que los bancos cobran en tarjetas de crédito inhiben su uso para poder consumir productos y servicios, como podría ser un viaje de placer.
Cifras de Banxico muestran que los préstamos de la banca comercial concedidos mediante esos plásticos se redujeron 7.8% en junio y llevan 16 meses seguidos a la baja, pues desde que inició la pandemia, en marzo del año pasado, no han dejado de disminuir en términos reales.
Difícil panorama
Adolfo González es socio de la cadena Hoteles Casa Actual, que dispone de tres establecimientos. El más grande se ubica en Celaya, Guanajuato; otro en Matehuala, San Luis Potosí, y uno más en la capital de Zacatecas. Tiene un crédito con Bansí.
Ese banco mexicano le dio un periodo de gracia de seis meses sobre el capital prestado, pero no en los intereses, que venció en septiembre de 2020. Sin embargo, señala que, ante las dificultades para pagar el financiamiento, la institución le otorgó un plazo adicional a septiembre de este año, pero, a pesar de ello, González duda contar con recursos para hacer frente al compromiso.
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“Si los bancos no se ponen las pilas y no hacen esquemas reales de quitas y recortes de tasas de interés, les va a explotar una bomba, porque hay muchos hoteles que están sumamente apalancados y con sus ingresos no logran pagar ni los intereses”, advierte González.
” Fuentes www.eluniversal.com.mx ”