En el tenis todo bien, su revés paralelo es cada día más sólido y recorre la cancha con más soltura, pero nada de eso sería posible sin una preparación psychological, y en las condiciones que vive el mundo, Diego supo darle la relevancia indicada a este aspecto del entrenamiento: “Si se vio modificado mi entrenamiento mental, es duro, la situación del mundo es muy difícil. Nosotros estamos compitiendo e intentando hacerlo de la mejor manera, pero sí hay altibajos en la cabeza a la hora de viajar, a la hora de competir también. Pero en lo personal lo vengo llevando muy bien e intento mantenerme enfocado, estar acompañado de la mejor manera y disfrutar para evitar esos altibajos mentales”.
Schwartzman inicia su recorrido en Acapulco frente a el italiano Lorenzo Musetti, joven de Carrara, Italia, a quien nunca ha enfrentado. Las participaciones del argentino en Acapulco no han sido las mejores, pero con los argumentos más sólidos que en otras ocasiones, podría encontrar las respuestas necesarias.
“Las expectativas son siempre altas, este es un torneo que me encanta. Lamentablemente no pude jugar de la mejor manera, como a mí me gusta en las ediciones anteriores. Vengo bien, las condiciones son distintas. Vengo bien y esperemos ir de menos a más”.
La sobriedad en las palabras que elige es la misma que denota cuando tira un drop shot, y también es la misma que outline sus placeres y favoritismos, por ejemplo, en el mundo de los automóviles. Cuestionado sobre qué tiro de su repertorio sería el mejor y a qué automóvil se asemejaría, Schwartzman no dudó: “Mi revés paralelo, a una Mercedez Benz GLC300”.
” Fuentes lifeandstyle.expansion.mx ”