Considerada, a menudo, como la ‘capital cultural’ de Rusia, San Petersburgo es, sin duda, una ciudad deslumbrante. Merece la pena visitarla solamente por ver sus magníficos palacios o, sin duda, por sus grandes museos, su animada escena artística y sus espectaculares canales.
Pero muchos viajeros también eligen ‘Piter’, como así la apodan, como punto de partida para explorar el resto de Rusia. Es una de las ciudades clave incluidas en la ruta del llamado ‘Collar de Plata’ del noroeste del país, y como pocos turistas quieren perderse la oportunidad de visitarla, también se suele incluir en los recorridos clásicos del conocido ‘Anillo de Oro’. Ambas rutas son lo suficientemente variadas como para incluir destinos adecuados a cada estación, así que, tanto si lo que tiene en mente son paisajes urbanos invernales como paisajes bañados por el sol, el viajero los encontrará en estos circuitos.
Palacios y fiestas: San Petersburgo
Para sentir realmente la esencia de San Petersburgo, debería comenzar con una visita a la magnífica Plaza del Palacio. Allí podrá descubrir el histórico Palacio de Invierno, con su llamativo exterior verde, dorado y blanco y sus salones fantásticamente ornamentados. También se encuentra en el lugar el colosal museo estatal del Hermitage, que alberga una de las mayores colecciones de arte del mundo. Así que, reserve algo de tiempo para admirar algunas de las grandes obras de Picasso y de Rembrandt, la escultura del “Joven en cuclillas’ de Miguel Ángel, el ‘reloj en forma de huevo’, de Fabergé para la familia Rothschild, y mucho más.
Otra visita obligada en San Petersburgo es la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada, una iglesia increíblemente lujosa con cinco cúpulas de estilo ortodoxo ruso clásico. En 1881 se produjo en la zona un atentado en el que falleció el zar Alejandro II de Rusia, entre otras personas, de ahí su evocador nombre.
Para el entretenimiento nocturno, se puede disfrutar de una ópera o un ballet en el Teatro Mariinsky, donde han actuado casi todos los grandes bailarines y músicos rusos a lo largo de los años. Es una experiencia memorable. Pero, la vida nocturna de San Petersburgo adquiere su máximo esplendor durante las ‘Noches Blancas’ del verano, cuando la ciudad tiene luz las 24 horas del día y se celebran festivales, conciertos y fiestas al aire libre hasta altas horas de la madrugada.
Salir de ciudad en ciudad: Moscú
Es muy fácil combinar una visita a San Petersburgo con un viaje a Moscú, ya que el tren de alta velocidad Sapsan tarda menos de cuatro horas en ir directamente del centro de una ciudad al centro de la otra. Una vez en la capital, hay un sinfín de lugares emblemáticos entre los que elegir. El Kremlin, la Plaza Roja y la Catedral de San Basilio son inolvidables. Si está en Rusia entre abril y octubre, intente visitar el Kremlin a mediodía para ver el cambio ceremonial de guardia en el centro de la fortaleza.
Después de todas las visitas turísticas, descubrir la famosa ‘bania’ del Sanduní es la forma perfecta de relajarse y entrar en calor, especialmente durante los meses más fríos. Esta histórica casa de baños públicos, que information de 1808, es el mejor lugar de Moscú para experimentar una sesión en una sala de vapor caliente seguida de un masaje ‘venik’ tradicional, en el que se utilizan ramas con hojas de roble o de abedul, generalmente, para estimular la circulación.
Rusia histórica: la Ruta del ‘Anillo de Oro’
Es hora de conocer una cara completamente diferente de Rusia, en un recorrido por las hermosas ciudades medievales del noreste de Moscú. Aunque la Ruta del ‘Anillo de Oro’ puede contemplar numerosas opciones, tradicionalmente incluye Sérguiev Posad, Pereslavl-Zaleski, Rostov Veliki, Yaroslavl, Kostromá, Ivánovo, Súzdal y Vladímir.
Seguir el circuito o, simplemente, elegir un par de paradas es también una oportunidad para conocer de cerca la vida rural de Rusia, los ríos sinuosos y los campos llenos de flores, además de las iglesias maravillosamente conservadas y el arte widespread. La época que comprende los meses de verano es el mejor período para disfrutar de temperaturas suaves, ideales para pasear al aire libre.
Súzdal es una de las paradas favoritas del ‘Anillo de Oro’. Esta pintoresca ciudad está repleta de bonitas iglesias y monasterios, y a menudo, se escucha el repicar de sus campanas mientras se exploran sus calles.
El Kremlin de Súzdal, incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, con la Catedral de la Natividad de la Virgen, y el Monasterio del Salvador y San Eutimio son los principales lugares de interés.
Yaroslavl es otra de las mejores opciones: la ciudad más antigua del ‘Anillo de Oro’ se remonta al año 1010 y está repleta de antiguas y grandiosas casas de mercaderes y de las características cúpulas de las iglesias ortodoxas rusas. Además, los ríos Volga y Kotorosol, que atraviesan la ciudad, completan un bello escenario. No se pierda el Museo de Arte de la ciudad, que exhibe una gran cantidad de arte ruso de los siglos XVIII, XIX y XX.
Cultura y artesanía: la Ruta del ‘Collar de Plata’
La Ruta del ‘Collar de Plata’ lleva a los visitantes a realizar una inmersión en el noroeste del país, y abarca un área mucho mayor, pasando por 11 regiones diferentes y ciudades importantes, entre las que se encuentra San Petersburgo. Carelia es uno de los puntos más destacados de la ruta. Sus iglesias de madera en la isla de Kizhi representan un espectáculo único, mientras que la ingente cantidad de lagos y bosques se prestan a disfrutar de aventuras al aire libre.
Los interesados en la artesanía tradicional hallarán un lugar especial en Vólogda, famosa por sus intrincados encajes hechos a mano (también hay un museo dedicado a la artesanía), así como por las tallas de madera y la producción de esmalte. La ciudad es un gran destino invernal, ya que la nieve cubre sus calles, las temperaturas no son extremas y está decorada con numerosas luces, lo que confiere a todo el lugar un acogedor ambiente de ‘país de las maravillas invernales’.
” Fuentes es.euronews.com ”