Royal Caribbean anunció este lunes que su nuevo barco, ‘Odyssey of the Seas’, debutará en mayo próximo con cruceros desde Israel a las islas griegas y Chipre. En colaboración con las autoridades de salud y turismo de Israel, esa compañía será la primera de su sector en ofrecer viajes con pasajeros y tripulación completamente vacunados contra el COVID-19.
El 9 de marzo saldrán a la venta los pasajes para estos viajes de 3 a 7 noches por las islas griegas y Chipre, que se iniciarán en mayo desde el puerto israelí de Haifa.
“Navegar desde Israel es una oportunidad que tenemos en la mira desde hace bastante tiempo. Agradecemos enormemente al gobierno de Israel por su colaboración y confianza en nosotros para brindar experiencias de crucero memorables a sus residentes”, dijo Royal Caribbean en un comunicado.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó en el documento que le enorgullece que Israel sea el primer país del mundo en lanzar el nuevo buque insignia de Royal Caribbean y lo vincula con las “miles de vacunas” que se han suministrado en Israel, país líder en vacunación contra el coronavirus.
“La decisión de Royal Caribbean de venir a Israel es una expresión significativa de confianza en nuestra política. Este es un momento económico y turístico importante para el Estado de Israel”, agregó Netanyahu.
“Los viajeros israelíes buscarán escaparse, relajarse con total tranquilidad y disfrutar de las experiencias de viaje que tanto se están perdiendo; y eso es lo que mejor hacemos”, dijo Michael Bayley, presidente y director ejecutivo de Royal Caribbean Worldwide.
El Odyssey será el primer barco de la clase Quantum Extremely que tenga un puerto base en la región de Oriente Medio.
Los Centros de Management y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de EE. UU. establecieron en octubre pasado que para poder reanudar sus viajes desde puertos de este país las compañías deben cumplir con los requisitos de la Orden de Navegación Condicional. Esa orden hace necesario que las compañías “tomen las medidas adecuadas de salud y seguridad de los tripulantes, mientras aumentan la capacidad de sus laboratorios para testear a futuros pasajeros”.
Los CDC aludieron a la “evidencia” de que los viajes en cruceros “facilitan y amplifican la transmisión del COVID-19, incluso cuando los barcos navegan con una capacidad de pasajeros reducida”, y por ende con el riesgo de transmisión de la enfermedad en las comunidades a las que atracan los buques.
Las grandes compañías del sector han ido retrasando mes a mes la reanudación de sus actividades desde EE.UU., su principal mercado.
Según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, en inglés), la paralización del sector en 2020 supuso la pérdida de 77.000 millones de dólares en actividad económica a nivel international, de 518.000 empleos y de 23.000 millones de dólares en salarios.
” Fuentes www.pulzo.com ”