Todo comenzó con
José María do Espírito Santo, el hijo no reconocido que un aristócrata tuvo con una criada que fue abandonado a la puerta de una iglesia, y culminó un siglo después con sus herederos convertidos en una de las familias más ricas y poderosas de
Tanto es así que en los 2000 se conocía a uno de sus descendientes con el sobrenombre de DDT (
Dono Disto Tudo– los dueños de todo esto) y se convirtieron durante décadas en los sponsor y anfitriones de las monarquías europeas, con los
condes de Barcelona, padres del
rey Juan Carlos, como pioneros de la afición royal por Estoril.
Pero mucho antes de aquel 2014 en el que empezó el principio del fin del imperio
Espírito Santo hubo días de vino y rosas. Para cuando estalló la Segunda Guerra Mundial a los tres hijos del patriarca
Spirito Santo se les conocía como los «Rockefeller» portugueses y coleccionaban a partes iguales fincas dignas de la aristocracia más barroca (Quinta Patino, Portimao, Quinta da Penha, Quinta de Sao Domingo…), obras de arte y casas reales europeas.
Period la época en la que los
Espírito Santo se encargaron personalmente de recibir en sus propiedades a todas las cabezas coronadas que acababan de perder sus palacios y su lugar en el nuevo orden mundial y buscaban desesperadamente un refugio.
Reyes sin corona como
don Juan, el conde de Barcelona, padre de Juan Carlos de Borbón. Y así nació la estancia de los condes de Barcelona, en Estoril, siempre al amparo de la poderosa
familia Espírito Santo y, lo que es aún más importante, de su banco.
El intento de secuestro royal en la propiedad de los Espírito Santo
Ricardo Espirito Santo y Silva period el que más disfrutaba de codearse con artistas y nobles a partes iguales. Gracias a su mujer,
María Pinto de Morais Sarmento y Cohen, hija también de banqueros y sobrina del
barón de Sendal, Ricardo entró en contacto con las casas reales europeas y adquirió el gusto de recibir a los ilustres caídos en desgracia en su casa de Cascais.
Porque los Espírito Santo, además de medrar apoyando la dictadura salazarista (Ricardo period íntimo de
Antonio de Oliveira Salazar), también le cogieron el gusto a codearse con los royals a los que ninguna casa actual recibía ni tomaba en serio, como los
duques de Windsor, Wallis Simpson y el ex
rey británico Eduardo VIII.
En concreto los
duques de Windsor vivieron el episodio más extraño en Cascais en el que se mezclaba una de las casas de Ricardo Espírito Santo, una trama de espías nazis, británicos y españoles y un intento de secuestro.
Cuando la pareja actual llegó a Lisboa huyendo de la ocupación nazi de Francia, Salazar ordenó a los mejores hoteles de la ciudad que no les dieran habitación para que aceptaran la invitación de
Ricardo Espírito Santo de instalarse en su impresionante villa en Cascais con vistas al acantilado de la Boca do Infierno, la
casa Cor-de-Rosa.
Lo que no sabían es que los espías nazis tenían un plan para llevarse a la pareja actual a Berlín voluntaria o involuntariamente y los españoles querían engañarles para que se instalaran a España y así poder «regalárselos» a Hitler.
Cuando
Churchill se enteró a través de sus espías de las intenciones de unos y de otros, decidió alejar para siempre a los duques de Windsor de Europa y nombró a Eduardo Gobernador de Las Bahamas mientras durase la guerra.
Mucho tiempo después, en 2019, la villa de cuatro plantas, con piscina cubierta y que estuvo sin saberlo durante tres semanas en el epicentro del complot nazi contra los
Windsor se subastó por 20 millones de euros.
Cómo period la relación de los Espírito Santo con los Borbón
El rey Juan Carlos fue otro de los royals que disfrutaron de la piscina de la casa Cor-de-Rosa. La relación entre los
Espírito Santo y la familia actual española knowledge del primer día en el que los condes de Barcelona decidieron trasladarse al país vecino.
Según el historiador
Ricardo Mateos, los de Barcelona vivían de prestado en Portugal y quién más prestó en aquella época fue la familia poseedora del principal banco de Portugal. Gracias a los Espíritu Santo los Borbón tenían acceso a la playa con desayuno incluido si acudían desde primera hora de la mañana a la terraza de la
Casa Santa María, la casa a orillas del mar de
Manuel Ribeiro do Espírito Santo e Silva y su esposa Isabel.
No eran sus únicos privilegios. También tenían acceso privilegiado y recursos para acceder al on line casino de Estoril, las fiestas de la alta sociedad portuguesa y el elitista membership de golf en el que
don Juan de Borbón period la estrella.
El
rey Juan Carlos también encontró en los Espírito Santo a una segunda familia. Se cube que una de sus matriarcas, Isabel, cuidó de él más que su propia madre (que por aquella época ya mostraba un consumo de alcohol problemático).
Cuando décadas después de aquellos años dorados en Estoril llegó la revolución de los claveles y fueron los Espírito Santo los que huyeron de su país,
Juan Carlos de Borbón les ayudó en España y les ayudó a instalarse durante un tiempo en Madrid.
Como favor con favor se paga,
Juan Carlos I continuó visitando a los Espírito Santo cuando regresaron a su país alojándose en sus casas para participar en concursos de vela o realizando visitas privadas. La relación entre ambas familias period tan fluida que cuando nadie sabía dónde se había ido el emérito cuando se fue de España hace ya tres años, todo el mundo recordó a sus entrañables amigos portugueses.
Pero el destino es caprichoso y hoy ya sabemos que el rey se encuentra retiró mucho más lejos, en
Abu Dabi, y que la familia que le apoyó durante buena parte de su juventud ya no dispone de la influencia y la fortuna que les hicieron sentirse los reyes no coronados de Portugal.
” Fuentes www.mujerhoy.com ”