Martín Miller debuta en un protagónico de cine con “Sublime”, cinta que se estrena este jueves en salas del país y con la que fue aplaudido en Europa gracias a su interpretación adolescente en este delicado filme de iniciación, música y amistad, de Mariano Biasín.
“Es una película muy cotidiana del mundo adolescente. Es algo que le puede pasar a cualquiera. No muestra la noche ni nada de eso, sino la vida diurna. Lo que más me gustó de la propuesta fue la forma en que Manuel (su personaje) está con sus amigos. Es un chico bastante para adentro, pero siempre presente para mirar todo”, le dijo Miller a Télam.
La película tuvo su estreno internacional en el Pageant Internacional de Cine de Berlín, tras lo cual pasó por Zurich, San Sebastián y Mar del Plata, antes de llegar a los cines comerciales de Argentina. (estará en salas del AMBA, el inside de la Provincia de Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Rosario),
“A Berlín no pude ir por las vacunas y me dio bastante bronca. Pero pude viajar a Zurich, San Sebastián y Mar del Plata. En Zurich fue muy loco porque el público era bastante mayor. Al terminar la película me venían a felicitar y era muy raro que personas viejas feliciten a un adolescente con una historia que pareciera tan lejana para ellos”, recordó, entre risas, el intérprete.
Miller interpreta a Manu, un adolescente de 16 años que está de novio, pero un día se despierta atormentado por un sueño: se ve junto a Felipe, su mejor amigo, acariciándose desnudos y acostados en una cama. A partir de allí, Manu comienza a sentirse incómodo en todos los lugares que frecuenta.
¿Habrá sido un sueño sin mayor explicación o simplemente sacó del inconsciente algo que siente desde niño? No se trata de una película sobre la sexualidad, sino de cómo se traspasan los amores en la adolescencia, mientras se comienza el paso al mundo adulto.
“Siendo adolescente tenés que estar pendiente que sos el futuro de la sociedad”, dijo el actor, hijo del productor Juan Pablo Miller, de Tarea Fina, reconocido por tener un gran ojo para las óperas prima como “Las acacias”, de Pablo Giorgelli, “Las Buenas Intenciones”, de Ana García Blaya, o la misma “Sublime”.
Sin embargo, el hecho de ser “el hijo de” no le ayudó en nada para obtener el papel. “La oferta me llegó porque ya había filmado un corto con Mariano. Hicimos un casting y luego de un largo proceso quedé. En realidad, había otro elenco y se iba a filmar antes de la pandemia, pero como se retrasó el rodaje, yo llegué a tener la edad de Manu. Mariano se acordó de mí y así llegué”.
La película gira en torno a la amistad y al amor. Manu tiene un grupo de rock con el que está muy contento de tocar, pero también mira de reojo al hermano baterista de su exnovia, quien es más grande y tiene un nivel profesional. Se nota la tensión no sólo del adolescente respecto a su amigo, sino también a ese mundo adulto que de a poco se le empieza a presentar.
“Yo creo que Manuel siempre esperó tocar en una banda mas sofisticada, pero tampoco quiere salirse de su zona de confort y hacer canciones con sus amigos y disfrutar de forma más amateur. Quizá recién al final de la película construye un pensamiento más adulto porque se dio cuenta todo lo que hizo mal. Y es como una construcción general de ser más adulto y pensar bien las cosas que hiciste”, reflexionó Miller sobre su personaje.
“En otro momento -dijo respecto a las peleas entre amigos que se ve en la película-, siendo más chicos, quizá hay más rencor. Pero en estos adolescentes se muestra una mirada más adulta y la intentan procesar de la manera más positiva”.
Pese a que en pantalla se lo nota con aplomo, aseguró que le dio “miedo” cuando Biasín le confirmó el protagónico. Demasiado presión para su primera actuación en cine, mientras, además seguía con la cursada en el Liceo 9. Sin embargo no sólo se fue a rodar una semana a Villa Gesell, sino que, además, hasta se animó a hacerle recomendaciones al director sobre los diálogos.
“Con Mariano, como es más grande, había cosas que nosotros las diríamos de otra manera, aunque sin querer marcar una época. Le recomendamos cosas y las fuimos pactando para que quede mejor. Ayudó mucho el equipo y el lindo ambiente que se armó”, sostuvo.
Un plus que Biasín quiso para la película fue el de que la música sea tocada en vivo y no que los actores lo hicieran por encima de las pistas. Esto llevó a que tres de los cuatro integrantes del grupo tuvieran que ponerse a estudiar guitarra, bajo y canto para interpretar las canciones de Emilio Cervini (quien también colaboró en el aprendizaje). El baterista ya tenía un acercamiento con el instrumento.
“Las canciones que toqué con la segunda banda que aparece en la película eran mucho mas complejas. Me costaron mucho y me frustraba mucho no poder sacarlas. Cuando estábamos grabando las escenas, de tan fuerte y rápido que tenía que tocar, me salió una ampolla y me sangró el dedo. Mariano hizo lo posible para que no saliera en la escena”, recordó Miller, quien una vez que termine quinto año comenzará el CBC para Diseño de Imagen y Sonido, aunque tampoco quiere dejar de lado la actuación.
“Ojalá que caigan más proyectos. Quiero seguir filmando y actuando”, sostuvo sobre un futuro que recién comienza.
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