El hombre es el único animal capaz de tropezar con la misma piedra”
― Conseja fashionable
¿Qué debe hacer un país para salir de la miseria, alcanzar el desarrollo, construir una economía al alcance del grueso de la población, permitir a los hombres y mujeres lograr niveles de vida decorosos, y para algunos, los más esforzados o visionarios, la riqueza con que las sociedades más avanzadas premian a quienes le aportan mayores beneficios?
Todo ello manteniendo los incentivos que permiten a las sociedades superarse, premiando a los más capaces y a los más productivos.
Para superar el subdesarrollo, un país debe abrir su economía y competir con el mundo, las economías se cierran para defender actividades improductivas, a grupos de poder leales al gobierno, a las actividades asociadas generalmente a las empresas estatales que buscan monopolizar a la economía.
Mientras que las actividades sean controladas por el Estado, el resultado se mezclará invariablemente con la corrupción, y el privilegio de las minorías a las hay que premiar aprovechando su situación, generando atraso científico y técnico.
El “abrir la economía”, debe buscar que sea la sociedad en su conjunto la que haga uso de ella, y no solo la pequeña minoría que maneja el gobierno, agradeciendo su lealtad y fomentando el enriquecimiento de las clases y de los empresarios leales al gobierno.
En una sociedad libre, el empresario se adelanta al futuro con más rapidez que sus colegas, advirtiendo las necesidades próximas, arriesgando su dinero, pagando sus impuestos, creando empleos y facilitando el progreso de la sociedad.
Los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, deben ofrecer entornos y políticas atractivas y absolutamente seguras, si quieren atraer capitales.
Un país que busca la justicia en la libertad debe invertir sumas importantes para establecer una educación pública de muy alto nivel, invirtiendo en los mejores maestros e impulsando los colegios y las escuelas que puedan competir con las escuelas privadas.
Francia estableció una educación pública de altísimo nivel, que llevó a su sociedad a puestos de primera. Argentina de principios del siglo XX, tuvo un sistema de educación pública, que el mundo entero miraba con envidia y admiración.
La igualdad de oportunidades debe aplicarse en todas las áreas sociales y no sólo en la educación, aunque es en este campo en el que es preciso apuntalar los cambios, pues es en esta esfera donde se hacen sentir los privilegios que dan los altos ingresos y las diferencias intelectuales entre los distintos sectores sociales.
Un país que se “abre” al mundo y hacia sí mismo, debe invertir sumas considerables en el campo de la educación pública y privada.
“Desde diciembre del 2018 AMLO es presidente de México, un hombre con mandato; un mandato inaudito, descomunal… Nadie en un siglo había gobernado con tanta concentración de poder”, generando una gran dosis de esperanza, que por desgracia se convirtió en una gran pesadilla, con un patético regreso al pasado. “Un parabrisas es 50 veces más grande que el espejo retrovisor, para que prestemos atención 50 veces más a lo que está delante en lugar de lo que está detrás”.
La economía estatizada fue el sello de los gobiernos de los años 70 y 80. En el sexenio de Miguel de la Madrid existían 1,155 empresas estatales y el gobierno administraba el 90% de los recursos financieros de la economía. Tenía presencia en todos los sectores: bancos, telefonía, aeropuertos, líneas aéreas, balnearios, hoteles, televisión, fertilizantes, equipos de soccer, minería, acero, fábricas de bicicletas y centros nocturnos.
Y jamás fue capaz de consolidar su competitividad y los mecanismos de distribución del ingreso adecuados, ante las carencias educativas y de educación, beneficiando solo a los grupos leales al poder, lo mismo que ocurre hoy en día.
” Fuentes www.eleconomista.com.mx ”