El enigma del viajero: ¿Por qué nos afecta más el jet lag cuando volamos hacia el este?
En el vasto mundo del turismo, hay un fenómeno peculiar que todos hemos experimentado al menos una vez en la vida, pero que pocos comprenden a fondo: el jet lag. Este compañero no deseado de nuestros viajes puede convertir una aventura soñada en un desafío de fatiga y desorientación. Sin embargo, ¿sabías que la dirección hacia la que volamos influye significativamente en cómo experimentamos el jet lag? Acompáñanos en este artículo mientras exploramos este intrigante fenómeno.
Viajar ha sido siempre una actividad que enriquece el alma, nos expone a nuevas culturas, gastronomías y panoramas. Pero también nos somete a una prueba: ajustar nuestro reloj biológico a una nueva zona horaria. El jet lag es ese sentimiento de fatiga y confusión que surge cuando nuestro cuerpo lucha por sincronizarse con el tiempo local después de cruzar varias zonas horarias. Aunque es un pequeño precio a pagar por explorar el mundo, entender por qué nos afecta más cuando viajamos hacia el este puede ayudarnos a mitigarlo.
El cuerpo humano opera según un ritmo circadiano, un ciclo de aproximadamente 24 horas que regula nuestras funciones fisiológicas, incluido el sueño. Cuando viajamos a través de múltiples husos horarios, este ciclo se desajusta. La peculiaridad radica en que, para la mayoría de las personas, este reajuste es más sencillo cuando se viaja hacia el oeste. ¿La razón? Nuestro ciclo circadiano natural tiende a ser un poco más largo que 24 horas, lo cual se alinea mejor con el proceso de extendernos para adaptarnos a un día que, efectivamente, se siente más largo al viajar hacia el oeste.
Por contraste, cuando volamos hacia el este, nos encontramos intentando acortar nuestro día, algo que va en contra de nuestra tendencia natural a extender el ciclo circadiano. Esta discrepancia hace que adaptarse sea más desafiante y, como resultado, el jet lag se siente más intenso y duradero. La clave para entender este fenómeno radica en el hecho de que ajustarnos a "días más cortos" requiere una mayor velocidad de adaptación de nuestro reloj interno, lo cual no es tan fácil de conseguir.
Entonces, ¿qué podemos hacer para aliviar este incómodo compañero de viaje? Aquí van algunos consejos:
- Anticípate: Si es posible, comienza a ajustar tu horario de sueño unos días antes de tu viaje, acercándolo gradualmente al horario de tu destino.
- Luz natural: Una vez en destino, trata de exponerte a la luz natural tanto como puedas, ya que esto ayudará a reajustar tu reloj biológico.
- Mantén un horario regular: Intenta comer y dormir a horas que correspondan con las del lugar al que has viajado.
- Hidrátate: Mantenerse hidratado es clave durante el vuelo y al llegar a tu destino.
Comprender el impacto del jet lag no solucionará por completo el problema, pero sí nos equipa mejor para hacerle frente. La próxima vez que planees una travesía hacia el este, recuerda que la ciencia está de tu lado, ofreciéndote estrategias para adaptarte más rápidamente. No dejes que el temor al jet lag te detenga. El mundo está lleno de lugares maravillosos esperando ser explorados, con la cantidad justa de preparación, tu aventura puede ser tan emocionante como siempre soñaste. ¡Felices viajes!
” Sources www.xataka.com ”
” Fuentes www.xataka.com ”