Hidalgo está en semáforo naranja y, hace unos días, se anunció la reapertura de sus 7 Pueblos Mágicos en fin de semana con ciertas restricciones. Anteriormente solo estaba permitido la entrada a los viajeros entre semana.
Restaurantes, balnearios, hoteles, centros recreativos, recorridos y los atractivos turísticos operan con aforo limitado, así que antes de lanzarte a alguno de estos increíbles Pueblos Mágicos, solicita información a los prestadores de servicio para saber cuáles son sus protocolos de protección y as actividades no esenciales que siguen estando restringidas.
Estas localidades con encanto fueron incluidas en el Programa de Pueblos Mágicos por parte de la Secretaría de Turismo federal porque conservan su historia, arquitectura, tradiciones y están rodeadas por una naturaleza única. En teoría, otro de los requisitos para obtener el nombramiento es que deben demostrar ser pueblos sostenibles, cuya actividad turística beneficie social y económicamente a las comunidades, sin que provoque un impacto ambiental en el entorno.
Hidalgo cuenta con 7 Pueblos Mágicos, destinos en los que puedes encontrar espacios abiertos para mantener la sana distancia y con muchas actividades al aire libre. Si ya crees estar listo para visitarlos, evita las aglomeraciones y participa en los protocolos de bioseguridad.
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1. Zempoala
Foto: Comisión Mexicana de Filmaciones/ Flikr/ Artistic Commons
Zempoala es el más nuevo de los Pueblos Mágicos. Apenas recibió este nombramiento el 1 de diciembre de 2020.
Sin duda, el atractivo más renombrado de la zona es el Acueducto del Padre Tembleque del siglo XVI y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es el más largo y antiguo de la época del virreinato en la Nueva España. Sus arcos alcanzan casi los 40 metros de altura y tiene 48 kilómetros de longitud, mismos que se pueden recorrer por tramos, en bicicleta o a pie, mediante un paseo guiado. Ese monumento lo comparten Hidalgo y Estado de México.
Visita antiguas haciendas pulqueras. Algunas funcionan como lodge, otras cuentan con jardines para eventos (especialmente bodas), también ofrecen degustaciones y recorridos para conocer las instalaciones y el proceso de elaboración del pulque. Un ejemplo de ello es la Hacienda Casa Grande, una construcción de 1860.
Algunas de las vías ferroviarias de Zempoala son icónicas por su relación con la Revolución mexicana.
También hay una zona arqueológica: un centro ceremonial llamado el Tecolote, al pie del cerro Xihuingo. Se cree que fue un lugar importante para la observación de astros.
Zempoala fue habitado por culturas precolombinas como los chichimecas y los toltecas. Su nombre en náhuatl significa “lugar de los veinte” o “lugar de mercado cada veinte días”.
Qué comer
Pruebas sus platillos con hongos, escamoles, gusanos de maguey, quelites, caracoles, gualumbos, entre muchos más. El ximbote es una preparación de penca de maguey rellena de nopales con pollo o cerdo; puedes agregarle gusanos de maguey. Todo esto, cocinado a la leña.
Y no te vayas sin probar los deliciosos mixiotes, el consomé y la barbacoa. Además del pulque, también se produce cerveza artesanal.
2. Huasca de Ocampo
Foto: Unsplash/ Dave Monte
Huasca de Ocampo es un pueblo pequeñísimo, de calles empedradas, paredes blancas y tejados rojos enclavado en la montaña. Fue el primer Pueblo Mágico de México. Recibió su nombramiento en 2001. Ubicado en el llamado Corredor de la Montaña, de clima fresco, en la antigüedad fue un pueblo minero próspero, al igual muchos de los que están en los alrededores.
Su máximo atractivo son los Prismas Basálticos, formaciones rocosas que se formaron hace millones de años, bañadas, por temporadas, por cuatro casdadas. Aquí se instaló un centro ecoturístico con puente colgante y tirolesa.
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Huasca es un lugar ideally suited para el ecoturismo. En sus alrededores están surgiendo glampings, cabañas y casas del árbol escondidas en el bosque.
Destaca un par de exhaciendas que antiguamente estuvieron dedicadas a la minería. Ahora ofrecen alojamiento, cuentan con restaurante y jardines para la realización de bodas.
Y para las noches de misterio, se organizan caminatas al Bosque Mágico de los Duendes donde también hay un pequeño museo dedicado a estos seres mitológicos de los que se cuentan muchas leyendas en esta zona.
Qué comer
La barbacoa, los pastes, las truchas frescas y los helados también son un imperdible de la comida a la hora de turistear por Huasca.
3. Zimapán
Foto: Istock
En la Sierra Gorda hidalguense se encuentra Zimapán, incluido en la lista de Pueblos Mágicos, en 2018. Fue un pueblo minero, ahora conocido por sus presas, bosques, altos cerros y el huapango.
Zimapán también es la puerta de entrada a los amantes del turismo de aventura y ecoturismo.
Hay cañones espectaculares como el de Infiernillo, con paredes de más de 400 metros de altura; formaciones de piedra como El Vigilante, la cual pareciera tener dos rostros: uno con expresión apacible y otro malévolo (según la leyenda, debes pedir un deseo al presenciar esta colosal cabeza para mantener lejos las malas energías); y miradores desde donde se pueden observar los amaneceres y atardeceres sobre la presa Fernando Hiriart Valderrama, rodeada por un paisaje rocoso y donde se ofrecen paseos en lancha.
Para darle gusto a tu espíritu aventurero, contrata solo a touroperadores expertos y autorizados que dispongan de equipo de alta calidad para hacer descenso a rappel, escalada, espeleísmo, bici de montaña y acampada.
Además de sus cañones, explora Villa La Encarnación, un pequeñísimo pueblo colorido fundado en 1815 que conserva una fundidora de hierro. Se encuentra dentro del Parque Nacional Los Mármoles.
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Si te animas, podrás volar en parapente en el cerro Muhí Xhindó, donde se hacen rituales para recibir el equinoccio de primavera.
Zimapán se encuentra a tres horas y media de Ciudad de México y a 2 horas y 20 minutos de Pachuca.
Qué comer
Tu visita a Zimapán no está completa si no pruebas los tradicionales tamales dulces con relleno de mermelada. También prueba sus pastes, las chalupas, el pan casero, las enchiladas y la cecina. Elaboran vinos artesanales y pulque.
4. Actual del Monte
Foto: Wikemedia Commons/ Diego Delso.
A solo 15 minutos de Pachuca, hay un pueblo minero de influencia inglesa de calles empedradas y casitas coloridas con tejas rojas donde se establecen talleres de platería.
Los ingleses llegaron en 1824 para fundar minas con tecnología avanzada. Aún se conserva un panteón inglés que está de fotografía. Debido a la presencia de los británicos, se cube que Actual del Monte es la cuna del futbol en México.
El Museo del Paste narra la historia de este alimento, herencia de los mineros ingleses: entérate cómo llegó a este punto del Corredor de la Montaña y su historia en tierras hidalguenses. En el museo tendrás la oportunidad de preparar tu propio paste.
La Mina de Acosta es una visita clásica en este Pueblo Mágico. Con casco y botas puestas, desciendes 450 metros de profundidad para escuchar por parte de un guía, la historia de la mina y leyendas de fantasmas.
En Bosque el Hiloche es posible hacer picnics y caminar por sus parajes.
Por las mañanas, Actual del Monte se cubre de neblina.
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Qué comer
Como es tradicional en Hidalgo los pastes son un tentempié que todo visitante debe probar en cada una de sus localidades mineras, y Actual del Monte no es la excepción. Saborea las enchiladas mineras de pollo, caldositas, con queso y crema
5. Tecozautla
Foto: Secretaría de Turismo del Gobierno de la Ciudad de México.
En 2015 Tecozautla adqiuirió el título de Pueblo Mágico. Se encuentra en una zona semidesértica con varias fallas geológicas y domos volcánicos por lo que es rica en aguas termales. Es por eso que aquí se concentra un buen número de balnearios como el Géiser, que también cuenta con un lodge.
Después de haber disfrutado de unos chapuzones y de un buen clima que te invita a refrescarte, tienes la opción de hacer un recorrido para descubrir pinturas rupestres y la zona arqueológica de Pañhú (“camino caliente”, en náhuatl). Sus antiguos templos escalonados, ahora en ruinas, fueron dedicados al sol y a Tláloc.
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Si crees que le hace falta un toque de emoción a tu escapada de fin de semana, hay touroperadores que organizan actividades un poco más extremas, como vuelos en parapente.
El pueblo está lleno de historia. Su reloj municipal, el Torreón de Tecozautla, es un gigante de 31 metros construido por mandato del expresidente Porfirio Diaz.
Qué comer
Sus famosas chalupas de pollo y papa son algunos de los platillos tradicionales que tienes que probar en Tecozautla. Los moles rojo y verde de gallina o guajolote te encantarán. Si te gustan los insectos, no dudarás en pedir escamoles, gusanos de maguey o de mezquite.
6. Mineral del Chico
Foto: Wikimedia Commons/ Víctor Martínez.
Este pueblo pintoresco, igualmente ubicado en el Corredor de la Montaña, está cubierto bajo un manto de neblina constante. Es un lugar enclavado en las montañas, fundado hace más de 400 años para explotar sus yacimientos de oro y plata.
Mineral del Chico, además de su historia, tradiciones y arquitectura, fue nombrado Pueblo Mágico en 2011 por su riqueza pure al estar rodeado por un bosque espeso, el gran pulmón verde del estado de Hidalgo: el Parque Nacional El Chico.
El parque es una de las mecas del turismo de aventura en México. Aquí se formaron cascadas, espejos de agua, grandes peñascos, monolitos y rocas de formas caprichosas donde es posible descender a rappel, hacer tirolesa, escalada y, una de las actividades más emocioantes: un recorrido de vía ferrata.
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Se cube que se pueden apreciar unas 32 formaciones rocosas en esta Área Pure Protegida ubicada a 20 minutos del Pueblo Mágico.
También hay senderos para caminar o andar en bici; miradores para contemplar este paisaje verde; cabañas, centros ecoturísticos y zonas para acampar.
Qué comer
Las tortitas de flores de madroño en salsa roja o verde es uno de los platillos más exóticos, pero también de los más deliciosos. Si tu paladar es más conservador, prueba los tacos de barbacoa, enchiladas y huaraches.
7. Huichapan
Foto: Istock
Aún se conserva El Chapitel, una vieja casona con un balcón donde se conmemoró, por primera vez, en 1812, el Grito de Independencia. A dos horas y media de CDMX se encuentra esta pequeña localidad cuyos atractivos fueron suficientes para que en 2012 la Secretaría de Turismo federal incluyera a Huichapan en el programa de Pueblos Mágicos.
Además de su arquitectura colonial, en Huichapan está el Acueducto Monumental Arcos de San José Atlán levantado en el siglo XVIII. Está formado por 14 arcos y mide 155 metros de largo y 44 de altura, por lo cual es consideradro el más alto de Latinoamérica.
El acueducto se localiza en el Bioparque El Saucillo. Aquí, mismo hay tirolesa, paseos en bici, caminatas nocturnas y zona de campamento.
Otro de los atractivos se localiza en El Boyé, donde se resguardan pinturas rupestres que, en la actualidad, tienen acceso al público.
Para quienes aman las albercas, en Huichapan hay un corredor de balnearios y varios centros ecoturísticos.
Huichapan es famoso por sus leyendas de fantasmas y, sobre todo, de brujas que se reúnen en un cerro y rondan las casas de sus habitantes. Dicen que en este pueblo hay tanta actividad paranormal, que hasta se organizan recorridos nocturnos.
” Fuentes www.eluniversal.com.mx ”