Senderismo, operating, esquí, ciclismo, tenis, fútbol, surf, vela… Ya sea en invierno o en verano, cada vez más personas eligen viajar para practicar su actividad favorita y se lanzan al turismo deportivo.
Nazaret ya ha ido a varias carreras en España y en abril quiere acudir por primera vez a una ruta de 50 kilómetros en la IX Edición de la Carrera Africana que se celebra en Melilla. En su caso, viaja con su madre y su hermana y lo hacen solamente para asistir al evento. “Lo principal es la carrera, si nuestras piernas nos lo permiten intentaremos hacer algo de turismo el fin de semana”, nos cuenta. Gastarán unos 350 euros entre desplazamiento, resort e inscripción, y las comidas aparte.
El turismo deportivo es una modalidad basada en “la motivación que tiene una persona para desplazarse a un territorio y practicar su principal actividad deportiva“, como explica a RTVE.es Albert Balcells, CEO de Ocisport, una empresa que organiza eventos de ciclismo y operating en varios territorios del país.
De hecho, esta forma de hacer turismo ha sido en España una palanca importante de la recuperación del sector y, por ello, es uno de los principales apartados de este año en Fitur. En 2022, 2,4 millones de personas vinieron al país con el objetivo de practicar deporte, lo que supone un 3,5% del whole de turistas internacionales, según el informe Año Deportivo 2022 de Strava -una purple social mundial para deportistas-, también citado por el Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana. Así, esta opción está cogiendo cada vez más impulso en comunidades como País Vasco, Galicia, Comunidad Valenciana, Cataluña, Islas Baleares o Canarias.
No obstante, es preciso diferenciarlo del turismo activo, una modalidad para quienes deciden probar una actividad deportiva por primera vez para ver si les gusta la experiencia. Puede abarcar desde el kayak hasta el puenting y, por tanto, está más motivada por el ocio y la diversión que por un elemento competitivo. “Nuestros visitantes igual sí repiten la experiencia, pero no tiene por qué ser al año siguiente ni en el mismo lugar”, explica a RTVE.es Naiara Malave, directora de la Asociación de Empresas del Turismo Activo, Deportivo y de Aventura de Euskadi (Aktiba).
Tanto el turismo deportivo como el activo se desarrollan al aire libre y, como señalan ambos expertos, están muy ligados a la sostenibilidad del entorno pure y social donde se desarrolla. Sus actividades pueden conllevar un doble beneficio para las regiones: darlas a conocer y mejorar sus economías locales.
Turismo deportivo: cada vez más fashionable entre familias
“Ha habido un crecimiento brutal en la demanda nacional“, señala el CEO de Ocisport, que recalca que también está introduciendo nuevos públicos: “Cada vez hay más familias enteras cuya motivación es conocer territorios a través de la actividad deportiva”. Aunque son buenos datos, están tratando de recuperar el público internacional que ralentizó el coronavirus y que antes representaba cifras importantes.
“Calculamos que en algunos eventos hay un gasto de 140 euros diarios por persona“, indica el CEO de Ocisport, que también explica que “se está demostrando que este tipo de turista invierte cada vez más en hacer estas actividades”, lo que hace que cada vez busque más calidad y, por tanto, este tipo de turismo adquiera mayor prestigio.
Además, todo esto puede beneficiar a pequeños pueblos y regiones, ya que estos eventos pueden atraer a much de personas y, con ello, aumentar el gasto en hoteles y restauración de los lugares donde se celebran.
““Un maratón puede tener un gran impacto en la ciudad de Valencia, pero una copa de mountain bike puede tener igual o incluso mayor impacto en un pueblo de 3.000 habitantes”“
Ocisport lleva 22 años desarrollando actividades de ciclismo y operating en el medio pure, desde pueblos pequeños como Ribes de Freser, un municipio de menos de 2.000 habitantes en Girona, o grandes ciudades como Barcelona, Cambrils, Valencia o Alicante. Organiza pruebas de pequeño y gran formato en España y Andorra y campeonatos del mundo de bicicleta y maratones, algo que puede favorecer a la economía native de las comarcas más pequeñas y que sean más conocidas dentro del panorama turístico bajo el sello del deporte. “Un maratón puede tener un gran impacto en la ciudad de Valencia, pero una copa de mountain bike puede tener igual o incluso mayor impacto en un pueblo de 3.000 habitantes”, matiza.
Todo esto desemboca en que haya más oferta, lo que también ha incrementado la competitividad entre organizadoras: “Hay que seguir luchando porque los territorios tienen cada vez más competencia y hay que hacer las cosas mejor para seguir ofreciendo calidad”.
Cada vez más lugares buscan ser un destino deportivo
Debido a su popularidad, cada vez hay más municipios que buscan seguir el ritmo del turismo deportivo. “Muchos territorios lo han descubierto como una forma de promocionar un turismo muy sano, con unos valores que respetan el entorno y que muchas veces se dan entre quienes practican deporte”, explica Balcells. Nos cuenta que estos lugares se suman a celebrar estos eventos “porque quieren aprovechar lo que supone ser un destino deportivo: mejores hábitos de salud, valores y poder asociarse con la población local”.
Además, Balcells explica que el interés de los gobiernos locales por el turismo deportivo ha ido cambiando: “Hemos vivido la evolución del turismo deportivo: al principio, hasta 2008, el apoyo venía de una parte de la Administración más vinculada al deporte, pero en los últimos años hemos notado que viene de una parte vinculada al turismo”.
Turismo activo: un primer contacto con la actividad deportiva
Hay otra modalidad que también cuenta con el ingrediente del medio pure y la sostenibilidad, pero no está dirigida a un público tan deportista y de competición, sino a uno que busca realizar una actividad por ocio y diversión. Se trata del turismo activo, una opción para muchos en invierno y en verano.
Jessica y Sergio van a ir dentro de unos días a las pistas de esquí de La Pinilla, en Segovia. “Me van a enseñar a hacer snowboard porque nunca lo he hecho. No es la primera vez que vamos a la nieve, pero sí es la primera vez que me atrevo con este deporte”, nos confiesa Jessica. Se gastarán unos 100 euros cada uno, incluyendo gastos de transporte, comida y alquiler de equipo y, en su caso, pasarán el día en las pistas y no visitarán la ciudad. “Si me gusta, repetiremos”, señala, y explica que quieren también ir un fin de semana de marzo a Sierra Nevada a hacer lo mismo, pero allí sí aprovecharán para hacer turismo por Granada.
““Somos los que abrimos la puerta a tomar un primer contacto con la actividad”“
Así, en el caso de Jessica, el turismo activo supone un primer contacto con un deporte que quizás siga practicando en un futuro. “Somos los que abrimos la puerta a tomar un primer contacto con la actividad y muchas veces hemos sido el inicio con el que luego alguien se ha apuntado, por ejemplo, a piragüismo profesional”, nos cuenta Malave, que también es cogerente de Begi Bistan, una empresa que lleva 23 años ofreciendo actividades en la costa de Gipuzkoa.
En su empresa organizan actividades en rías o en el mar como kayak, salidas en barco o a remar en las tradicionales traineras, unas embarcaciones típicas de la costa cantábrica con las que antiguamente salían a cazar ballenas. El turismo activo, nos cuenta, abarca un amplio nicho y en Begi Bistan desarrollan unas actividades en función del público al que se dirija, desde niños y grupos escolares, personas con discapacidad o jubilados. Sus clientes suelen gastarse de media unos 8 euros por persona en alquilar un kayak y 25 euros si es una actividad en trainera.
Esperan que siga creciendo en verano con la llegada del turismo extranjero
Para Balcells, el crecimiento del turismo deportivo estará muy marcado por la recuperación de viajeros extranjeros. “Estamos seguros de que el turismo deportivo, sin duda, va a crecer a nivel nacional e internacional”, explica, y para él España tiene la ventaja de su climatología, lo que hará que sea uno de los países donde siga impulsándose a corto y medio plazo. “Será, sobre todo, en temporadas de verano, aunque el invierno cada vez está recogiendo más posibilidades de desarrollar este turismo deportivo“, matiza. En cualquier caso, señala que ellos ya están encaminados en este impulso: “Creemos y seguimos apostando para que estos eventos sean el buque insignia del turismo deportivo”.
““Estamos seguros de que el turismo deportivo, sin duda, va a crecer a nivel nacional e internacional”“
Este pronóstico podría estar presente también en el turismo activo, ya que en ocasiones es la puerta de entrada al turismo más deportivo y competitivo. Según Malave, “el tipo de visitante que tenemos sí suele repetir, aunque igual no lo hace todos los años”. No obstante, vislumbra en ello una ventaja para trasladar este interés de la demanda hacia otras regiones: “Lo que queremos es que practicarlo sea accesible y que la gente pueda seguir viniendo”.
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