Después de casi 17 meses con los puertos cerrados al turismo, la Región de Magallanes comenzó a ver “brotes verdes” en los primeros días de noviembre con el reinicio de la actividad de cruceros hacia la Antártida.
El desconfinamiento en la zona y la rebaja a las exigencias sanitarias a los extranjeros, que llegan en “modo burbuja” directo desde Santiago, han permitido la reactivación y también iniciar una intensa competencia con Ushuaia, Argentina, por convertirse en la puerta de entrada al continente blanco.
“Estamos súper contentos, porque ya tenemos las primeras recaladas y por primera vez un chárter viajó directo desde Miami, en Estados Unidos, a Punta Arenas” para embarcarse a la Antártica, cube, entusiasta, la directora de Sernatur en Magallanes, Ximena Castro, quien también destaca la habilitación del aeropuerto native para recibir vuelos internacionales.
Esta semana, dos cruceros zarparon a la Antártida, uno de Punta Arenas y otro de Puerto Natales, ambos en Chile.
Castro destacó el “trabajo en equipo de muchos actores”, ya que busca convertir a Magallanes en opción de zarpe de los cruceros y del abastecimiento respecto de Ushuaia, que se llevaba el 95 % del movimiento de unos 70,000 pasajeros al año, los que dejan ingresos que hasta antes de la pandemia oscilaban entre $ 600 y $ 700 millones, puntualiza Castro.
En tanto, Jaime Vásquez, de Antarctica 21, operador que lleva pasajeros a la Antártica, considera como un alivio la reactivación y que “las cuarentenas obligatorias de cinco días eran una barrera infranqueable”. Mientras, Nicolás Pivcevic, gerente de DAP, proveedora de logística y servicios para el turismo antártico, que hasta hace poco tenía nubes en el horizonte para un exigente mercado, cuenta desde Punta Arenas que “apenas se hizo el anuncio del retorno, empezaron a llegar llamados”.
El alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich, también destacó la labor del mundo privado y público, y valoró el nuevo trato que se establece a partir de esta temporada con la industria de cruceros con la compra de productos locales para el abastecimiento de las naves. “Nuestra ciudad ha cumplido con creces las alianzas que están estableciendo con los cruceros” y eso ayuda a todos los productores locales, precisó Radonich.
En Puerto Williams también sacan cuentas alegres con el regreso de los cruceros, ya que estos “dejaron de salir de Ushuaia y se vienen a Puerto Williams, al menos por dos años”, cube, muy contento, el alcalde de Cabo de Hornos, Patricio Fernández. Ya se ha reunido con representantes de dos líneas de cruceros.
Por ejemplo, con el operador del “Silver Sea”, que va a llegar con ocho recaladas, “con un promedio de 120 a 130 pasajeros”, cuenta Hernán Visillac, de DAP Antarctic Airways. Su primer zarpe será el miércoles desde Williams, que será puerto de partida y recalada (“home port”) , con pasajeros que viajan directo entre Santiago y el aeródromo en Cabo de Hornos.
“Son todas externalidades positivas, abastecimiento, logística, por ello es una gran oportunidad para la región”, comenta Castro y cube que “consolida la soberanía antártica chilena”.
En tanto, el gerente normal de la Empresa Portuaria Austral, Rodrigo Pommiez Aravena, destacó que “hemos instalado equipos de sanitización, control de temperatura y señalética alusiva a medidas de prevención covid-19 en el salón de pasajeros del Muelle Prat. En el caso del Muelle Mardones y en Puerto Williams, se operará la atención en forma directa a la nave”.
” Fuentes www.elnuevodia.com ”