La reapertura hacia esta nueva normalidad llenó los parkings de Donostia, se dejó sentir en un mayor tráfico y hasta con bocinazos -como a la vieja usanza- por algún coche con matrícula extranjera despistado. La hostelería estrenó también los nuevos horarios hasta las diez de la noche en fin de semana, con cenas a la ‘francesa’ que obligaron a los comensales a madrugar para poder terminar el menú antes del ‘toque de queda’ de horario comercial, el que sí ha mantenido el Gobierno Vasco en el decreto de medidas que estará en vigor hasta dentro de quince días, cuando el comité del LABI vuelva a revisar esa hoja de ruta que abre y cierra el grifo de la actividad, al compás de lo que permite también el virus. Los bares sirvieron cenas desde las ocho de la tarde y a las diez bajaron la persiana.
Ayudadas por la meteorología, que se alío con menos lluvia de lo previsto, las terrazas de la hostelería también colgaron el cartel de completo, con mesas limitadas a cuatro comensales, y los interiores con aforo al 50%, tal y como dicta la normativa vasca. No fue el estallido al estilo de una Nochevieja como la pasada semana, cuando decayó el estado de alarma a las 00.00 horas del domingo, pero las ciudades han empezado a recuperar su coloration.
La afluencia de clientes franceses ayudó a colgar el cartel de completo en las terrazas del territorio
Fue una jornada de idas y venidas. Porque una parte de los guipuzcoanos también aprovechó para marcharse a segundas residencias o escapadas de fin de semana, tras más de seis meses de encierro, salvo el periodo navideño. Las agencias de viajes han dado cuenta estos días de la movilidad que ha despertado de la hibernación impuesta por la pandemia. En el mismo sentido, el territorio también recibe un mayor volumen de visitas, como atestiguan las maletas y las primeras reservas en los hoteles que ya reabren. No son cifras comparables a la situación de antes a la pandemia, pero el motor ha empezado a funcionar.
Management de botellones
Especial vigilancia se ha puesta en el management de botellones nocturnos. Los municipios de Gipuzkoa, en basic, han mantenido los dispositivos policiales habituales para patrullar las calles en horario nocturno.
La apertura de fronteras ha animado las reservas en hoteles y la actividad en las agencias de viajes
En España, la primera madrugada de viernes a sábado sin estado de alarma desde octubre dejó aglomeraciones en las calles de las principales ciudades y aunque todos los ojos estaban puestos en Madrid, que celebró la festividad de San Isidro, los incidentes más notables sucedieron en Barcelona. La Guardia Urbana desalojó en diferentes puntos de la capital catalana a 7.180 personas que no mantenían las distancias de seguridad. Las reuniones más numerosas ocurrieron en las zonas de playa.
En Madrid, por el contrario, la noche fue «muy tranquila», en palabras de la delegada del Gobierno, Mercedes González. La mayor presencia policial que la semana anterior sirvió como disuasión a los botellones, aunque la Policía Municipal disolvió a grupos de jóvenes que bebían en la calle. El dispositivo de Madrid se centró en la zona de Las Vistillas, donde se celebran tradicionalmente los principales actos nocturnos de San Isidro. Los controles de los agentes buscaron «hacer cumplir la normativa sanitaria y evitar la venta ambulante y el consumo de alcohol en la vía pública», informó Seguridad.
” Fuentes www.diariovasco.com ”