Un «adelantado» a su tiempo. Entre otros muchos motivos, esa es una de las razones que han llevado a la editorial barcelonesa Montagud Editores, referencia de la alta cocina a nivel mundial, a reconocer la labor de Abraham García. La mente –y las manos– detrás del emblemático restaurante Viridiana recibió ayer el Premio Montagud-Toda una vida, que celebraron ayer su primera edición. El lugar escogido, el Resort Iberostar Las Letras. Y el contexto, inmejorable: la celebración, durante estos días, de la feria Madrid Fusión.
Allí se reunieron algunos de los mejores cooks y profesionales de la gastronomía del país, incluyendo destacados periodistas e influyentes del sector. De hecho, en la ceremonia también se homenajeó la labor de Ángel Pardo –responsable de comunicación de la Guía Michelin– y Javier Antoja Giralt –periodista gastronómico–. Del mismo modo, Montagud Editores también reconoció el trabajo de los cooks Toño Pérez –elegido como mejor del año–, Jordi Roca –Restaurante El Celler de Can Roca–, Ángel León –Restaurante Aponiente– y los jóvenes Javi Sanz y Juan Sahuquillo –Restaurante Oba–. Todos ellos fueron destacados como las grandes personalidades culinarias del pasado año. El acto contó con la presencia de la delegada del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy.
El galardón entregado recrea la icónica flor de almendro que se empleó por casualidad en 1906, año de la fundación de Montagud Editores, para pavimentar las calles del ensanche barcelonés.
Con todo, el «padre» espiritual de todos los premiados es Abraham García. «Tras seis décadas al pie del fogón, cuatro de ellas en Viridiana, cuelga la chaquetilla y deja colgada esa mala novia que para él es la cocina», aseguraban desde el jurado de los premios.
La noticia llegó a finales del pasado mes de noviembre. Durante una entrevista, Abraham puso fecha de cierre a su restaurante del barrio de Retiro: el próximo 24 de abril, día en el que cumplirá 73 años. «Son demasiados años con la cabeza enharinada», aseguró. Llegaba así el momento de una más que merecida jubilación.
Nacido en la comarca toledana de Robledillo y emigrado a la capital a los 13 años, Abraham comenzó como friegaplatos de restaurantes y hoteles hasta que en 1978 dio el gran salto abriendo Viridiana, nombre inspirado por la película homónima de Luis Buñuel. Por aquel entonces, el concepto de «cocina fusión» period inédito en nuestro país. Y sin embargo, aquel restaurante de la calle Juan de Mena fue pionero en esa senda. En los albores de la década de los ochenta, ya brindaba una guirnalda de ingredientes exóticos y desconocidos entonces, pero hoy imprescindibles. ¿Su máxima? «Si la comida es un viaje, la carta es un mapa».
Platos icónicos
Fue así como algunos de sus platos se convirtieron en iconos-. Entre ellos, los huevos con mousse de boletus y trufa fresca, las lentejas con curry suave y gambas rojas o el tocinillo hecho en el cielo a la flor de naranjo, que, como dicen en Viridiana, «hay que probar al menos una vez en la vida». «Comer en Viridiana es subirse a una montaña rusa y no poder parar», escribió la cocinera y crítica Patricia Wells, en las páginas de «Herald Tribune». Todo ello sin olvidar ese «peculiar y mordaz sentido del humor» del chef, como reconoce el jurado de los premios.
No hay que olvidar asimismo su labor pedagógica. Primero, por la publicación varios libros y la colaboración en varios medios de comunicación, en los cuales transmitió al público su pasión por los fogones. Y segundo, por haber formado a los cooks que hoy están en lo más alto. No en vano, el creador de DiverXO no ha dudado en calificar a Abraham García como «el mejor chef del mundo».
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