El pasado fin de semana saltaba el escándalo en Reino Unido. La prensa británica ponía el grito en el cielo tras conocerse que el primer ministro del país, Boris Johnson, iba a pasar junto a su esposa y su hijo de 17 meses unos días de vacaciones en una villa de lujo en Benahavis, localidad colindante a Marbella, justo en unos momentos en el que el país sufre una grave disaster de suministros por la falta de mano de obra tras el Brexit. Polémicas aparte, la visita supone una buena noticia para atraer a turistas británicos a la Costa del Sol, tal y como señala el sector turístico andaluz. Después de meses de duras restricciones, con el semáforo COVID de viajes y exigencias de cuarentenas y costosos check COVID, la escapada del premier británico, que junto a su Gobierno ha estado machacando a sus ciudadanos para que no viajaran al extranjero este año, da una imagen muy positiva sobre la seguridad de los viajes en basic y del turismo en la Costa del Sol en specific. “Se trata de una publicidad fabulosa”, aseguran desde el sector, desde donde apuntan que las vacaciones del líder del Partido Conservador constituyen un inicio “con buen pie” de la promoción para recuperar este mercado tan relevante para el destino.
“Viajar es peligroso. Este no es un año para viajar. Por favor, quédense en el país”. Este es el mensaje que ha lanzado una y otra vez el Gobierno de Reino Unido al estoico ciudadano británico, para reforzar así su campaña en contra de los viajes internacionales y a favor de las staycations.
El sector, que ya daba el verano por perdido, venía criticando duramente las restricciones -el duro enfoque del sistema de semáforos y test-, lamentando que el Ejecutivo no aprovechara el exitoso avance de la vacunación, algo que al fin se ha decidido a hacer. “El Ejecutivo aún no logra capitalizar completamente el éxito del lanzamiento de la vacuna y sigue con un enfoque muy cauteloso de la lista verde y fracasando en la relajación de las restricciones de viaje, incluidos los requisitos de numerosos test incluso cuando se visitan destinos de bajo riesgo”, lamentaba el director ejecutivo de ABTA, Mark Tanzer.
No obstante, las reglas de viajes se simplificaban sustancialmente a partir del 4 de octubre, cuando el país ponía fin al semáforo COVID y hace unos días eliminaba de su ‘lista roja’ de destinos a 47 de los 54 países y territorios que tenían mayores restricciones a los viajes internacionales.
Ni corto ni perezoso, a tan solo cuatro días de eliminarse el semáforo, Boris Johnson hacía las maletas y escogía la Costa del Sol para pasar sus vacaciones. El caso ilustra a la perfección esa demanda reprimida de británicos que no han podido viajar este año por la pandemia
Cabe recordar que hasta el día 4, España había estado en la lista ámbar del Gobierno, la clasificación que ha tenido prácticamente todo el verano, antes de que los países verde y ámbar se fusionaran en una sola lista.
Así, después de meses restringiendo los viajes desde su Ejecutivo, Johnson no lo ha dudado en salir de viaje a las primeras de cambio en el peor momento posible: el país atraviesa una disaster de suministros, con estaciones de servicio desabastecidas debido a la escasez de transportistas.
Una carestía de mano de obra en determinados empleos que ha provocado el Brexit que empieza a notarse también en algunas estanterías vacías en supermercados y tiendas de alimentación, e incluso en los hoteles y restaurantes. (Ver Reino Unido: la demanda reprimida se liberará en 2022).
Indignación vs celebración por la visita
En esta situación, las vacaciones de Johnson en un lujoso e idílico enclave malagueño desataban la indignación en Reino Unido. Desde el Partido Laborista pedían “respuestas urgentes sobre quién está exactamente al frente del espectáculo” ante la ausencia de Johnson. “Este no es el momento para que un primer ministro se vaya de vacaciones. Es un momento crítico”, censuraban desde el mundo empresarial. “Boris Johnson está tomando el sol en Marbella … mientras una nube de miseria envuelve Reino Unido”, denunciaba The Daily Mirror.
Por contra, mucho mejor acogida han tenido en España las vacaciones del político, vistas como agua de mayo por el sector turístico español, en un año en que el mercado británico ha sido el último en reactivarse. Desde la Junta de Andalucía celebran que la visita supone una imagen muy positiva para atraer al turismo británico y es señal de que ha mejorado mucho la situación sanitaria.
“Boris Johnson ha venido a Andalucía de vacaciones porque es muy inteligente, porque ha descubierto que el mejor lugar para invertir y para pasar unas vacaciones sin lugar a dudas es Andalucía”, asegura el consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Juan Marín
A su juicio, esta visita del primer ministro del Reino Unido a Andalucía es buena para esta comunidad y la prueba de que muchos comparten esta opinión son los datos que “están dando claras muestras de la recuperación”, con un 78% de ocupación en los hoteles andaluces el pasado fin de semana, informa Ángeles Vargas.
En el momento perfecto
La visita llega en el momento “perfecto”, a las puertas de la feria turística World Travel Market de Londres -que comienza el 1 de noviembre- y una vez que el Gobierno británico ha simplificado sus restricciones para los viajeros vacunados, aplaude el vicepresidente ejecutivo de la patronal hotelera Aehcos, Javier Hernández, según recoge Efe.
El viaje de Johnson, gran defensor del Brexit, a la Costa del Sol simboliza de alguna forma que “se abre la veda” para viajar a España, resalta Hernández, quien espera que tenga un efecto positivo a corto y medio plazo en la recuperación del turismo británico
Por su parte, el presidente de Turismo Costa del Sol, Francisco Salado, coincide en que la estancia de Johnson va a ser una “buena tarjeta de presentación” para la reactivación de este mercado, ya que el hecho de que el primer ministro “decida que el mejor destino para descansar es la Costa del Sol” es un “espaldarazo”.
En el mismo sentido se ha pronunciado el presidente de la Asociación Empresarial de Agencias de Viajes de Andalucía (Aedav), Sergio García, quien cree que las vacaciones del primer ministro del Reino Unido son un “balón de oxígeno” para el sector turístico.
La visita llega en un momento “magnífico”, en el que la Costa del Sol aspira a recuperar las cifras de visitantes británicos que tenía antes de la pandemia, admite.
Los agentes de viajes esperan que haya un efecto “imitación” y los británicos se animen a reservar sus vacaciones en los próximos meses en la Costa del Sol, que se reafirma como un destino seguro
Granja orgánica y helipuerto
¿Dónde ha estado Boris Johnson esta última semana? Con sus dos piscinas, una granja orgánica, pista de tenis, helipuerto y un bosque privado, la lujosa villa escogida por el premier parece el lugar ideal para desconectar de más de 18 meses de pandemia.
Una de las habitaciones. FOTO: Pink Savannah
La exclusiva villa Torre de Tramores -propiedad de Zac Goldsmith, secretario de Estado de Medio Ambiente del precise Gobierno del Reino Unido y amigo private de la familia Johnson-, tiene capacidad para alojar a 19 invitados (o albergar bodas de 100) en su histórica casa solariega, una villa de construcción moderna y anexo para invitados, según detalla The Telegraph.
La propiedad ha sido la casa de vacaciones de los Goldsmiths desde 1986, pero también está disponible para arrendamiento privado, a través del sitio internet de la propiedad, tramores.com, y los especialistas en viajes de lujo Pink Savannah.
Actualmente, el alquiler de una semana ronda los 26.000 euros o los 33.000 euros si se reserva para la semana de Navidad o la temporada alta de verano
De hecho, en ella ya se habían alojado antes la princesa Diana, Jemima Khan, Hugh Grant o el exprimer ministro británico Tony Blair.
” Fuentes www.hosteltur.com ”