Tras largos meses de una pandemia que fue difícil para muchos en distintos aspectos, su evolución y los avances en vacunación nos permiten ahora salir de la inercia en la que nos sumió la cuarentena y, por qué no, aventurarnos y darnos un nuevo aire, revitalizador, poniéndonos en contacto con la naturaleza.
Este es un buen momento para hacer maletas y lanzarse con mente abierta a conocer y disfrutar los paraísos que ofrece el país y, de paso, contribuir a la reactivación de su turismo.
Solo, con la familia o los amigos, hay que atreverse a conocer los paisajes del norte del Chocó, una región que ofrece la perfecta combinación entre playa, mar y selva. Allí es fácil encontrar qué hacer en cualquiera de estos ambientes y conocer personas amables y con calidad humana.
Quizás el lugar más idóneo para hacerlo sea el municipio de Acandí, más específicamente las playas de los corregimientos de Sapzurro y Capurganá, dos destinos imperdibles que lo ayudarán a deshacerse de la pesadez de la cotidianidad y a reencontrar la felicidad.
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Acandí: paisaje y vida
Al llegar al aeropuerto Alcides Fernández se sienten los 28 grados de temperatura promedio de Acandí, municipio del Chocó ubicado en la frontera con Panamá, rodeado por las aguas del mar Caribe.
Numidia Córdoba, gestora de turismo del lugar, cube que quienes visitan Acandí pueden hacer una caminata hasta la cascada Batatilla y ser testigos del milagro de la vida al ver el arribo de las tortugas caná.
En Batatilla puede disfrutar de una tarde refrescante, gracias al típico paseo de río en medio de un paisaje reverdecido y cálido. En la noche, lo perfect es hacer un recorrido por el playón para ver de cerca las tortugas caná. Esta es la más grande de todas las tortugas marinas. Ellas, las ‘turistas’ ilustres, visitan este territorio entre marzo y abril para desovar.
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Tenga en cuenta que para verlas no debe vestir de blanco o colores claros ni llevar ningún tipo de luz o linterna, pues puede desubicar a estos reptiles e interrumpir su proceso de anidación. De allí la importancia de ir acompañado por un guía.
Sapzurro: magia y desconexión
Para llegar a Sapzurro, el último ‘pedacito’ de Colombia al noreste, debe movilizarse en lancha. Desde allí podrá apreciar el paraíso que es este lugar, toda una obra de arte en medio de la selva, que se destaca por sus tonos azules y verdes.
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Mientras va en la embarcación se puede sentir la bienvenida del océano, pues la brisa salpica su rostro con unas gotas de mar, como pellizcándolo para demostrarle que no es un sueño: es actual. Está en la gloria disfrutando de un paisaje seductor.
Usted puede quedarse en la playa regocijándose con las aguas coloration turquesa, la area y las palmeras. Sin embargo, no debe perderse el trayecto por el sendero ecoturístico para ver la cascada La Diana y apreciar a los monos aulladores y gran variedad de aves.
También pude subir hasta el mirador de Sapzurro por unas escaleras de madera, en medio del follaje de la montaña, un trayecto en el que sus oídos estarán complacidos de escuchar la hermosa melodía que nace de la combinación entre el apacible sonido del mar y los fascinantes murmullos provenientes de la selva.
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Una experiencia enriquecedora es sentarse a la orilla del mar y permitirse sentir: deje que sus sentidos despierten con cada cosa que perciben. Observar la inmensidad de esas aguas cristalinas es hipnotizante, dan ganas de que el mar se lleve en su oleaje todo lo negativo. Si tiene que llorar, hágalo. Deje que sus emociones vibren con la fuerza del océano. Allí, sentado, contemplando la naturaleza y reflexionando sobre su vida, se dará cuenta de que en ese instante lo ha conseguido todo, aun estando en medio de ‘la nada’.
Capurganá: refugio y renovación
Este bello corregimiento parece fruto de la imaginación, pues reúne armónicamente la costa Caribe con la selva del Chocó. Además, su gente es tan cálida como su clima.
Después de una estadía introspectiva en Sapzurro, en Capurganá renacerá y se llenará de buena vibra, en especial por la majestuosidad de sus paisajes y las múltiples actividades que puede hacer.
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Es conveniente que cuente con la guía de una persona que conozca la zona, de tal forma que aproveche al máximo cada atractivo, no se pierda en los senderos y no se quede únicamente en la playa.
Enrique Pérez, guía y dueño del alojamiento Darius Capurganá, es uno de los gestores turísticos de la zona, un enamorado de su región que aboga por que logre ser reconocida en el mundo entero. Conoce como la palma de su mano cada rincón de este destino y, mientras lo acompaña, lo ilustrará sobre la flora y fauna de la región, lo hará reír y le aconsejará sobre los mejores escenarios para una buena fotografía.
Entre los planes que destaca de Capurganá está la caminata hasta la reserva privada La Coquerita, un complejo de piscinas de agua dulce y salada con una vista indescriptible.
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Para llegar tendrá que caminar unos 40 a 50 minutos por la falda de la montaña, una ruta llena de rocas, árboles y todo tipo de vegetación. El paisaje es tan asombroso que no querrá parar porque con cada paso deseará conocer más de ese bello cuadro impresionista.
Otra de las actividades imperdibles es la visita a la bahía El Aguacate, donde conocerá el Hoyo Soplador y la vereda La Mora. De camino, notará que el océano se torna verde cristalino y la brisa se cuela entre su piel para recordarle que está vivo y justo en el lugar perfecto.
En El Aguacate no dejará de maravillarse con los paisajes. Allí también hay un famoso Hoyo Soplador, el cual, como se sabe, es una cavidad, rodeada de otros orificios más pequeños, de la que sale aire y un poco de agua del mar cuando la marea está fuerte y hay buen oleaje.
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Infaltable que viva la experiencia del coco. Enrique Pérez le enseñará cómo bajar esta fruta de la palmera y cómo pelarla con sus propias manos, apenas si necesitará una superficie plana y una piedra. Usted degustará un alimento fresco, de pulpa suave y agua dulce, que se destapa como una champaña, culminando con éxito un viaje lleno de descubrimientos.
¡Salud! Por la aventura vivida, por la magia de la zona, por sus pobladores y por la nueva persona que regresa del municipio de Acandí.
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Si usted va…
– Para llegar a Acandí desde Bogotá puede tomar un vuelo a Medellín; en el aeropuerto Olaya Herrera se aborda una avioneta que lo lleva a ese destino.
– A Sapzurro y Capurganá se llega en lancha por el mar desde la zona rural de Acandí o Necoclí.
– Lleve dinero en efectivo, pues en esta región no hay cajeros; además, hay zonas sin web o con señal inestable, lo que impide realizar transferencias.
– Son muy pocos los establecimientos que cuentan con la opción de pago con tarjeta.
– Apoye el comercio native con la compra de artesanías en la bahía de Capurganá.
– Lleve ropa y zapatos cómodos, bloqueador y repelente. Tenga en cuenta que las caminatas no son apropiadas para adultos mayores, niños pequeños o personas con problemas de movilidad.
Viaje por invitación de Fontur
JESSIKA D. BONILLA BRAN – TENDENCIAS EL TIEMPO
ENVIADA ESPECIAL DE VIAJAR
En Twitter: @ViajarET
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” Fuentes www.eltiempo.com ”