Los participantes de la última Expedición VIAJAR recorrieron el doble cruce de los Andes, primero desde Bariloche, en Argentina, hasta Puerto Varas, en Chile, y luego desde el Parque de las Torres del Paine, en Chile, hasta El Calafate, Argentina. Y lo hicieron acompañados del fotógrafo Tino Soriano, que los guio por estos parajes de ensueño llenos de lagos, cumbres imposibles, glaciares y volcanes. Con él hablamos unos minutos para que nos contase cómo ha sido la experiencia y nos compartiera cuáles fueron las imágenes más increíbles que captó en este viaje.
¿Puedes elegir tus tres fotografías favoritas de este viaje?
Cuando uno recorre el continente sudamericano desde el Pacífico al Atlántico genera muchos y muy variados registros. Esta es una pregunta difícil de contestar, pero recurriré a los tópicos porque a lo largo de los mil setecientos kilómetros que hay entre la isla de Chiloé en Chile y la capital de Argentina, te apetece ver unos destinos determinados: voto por el glaciar Perito Moreno, por el majestuoso Parque Nacional de Torres del Paine y por el colorido barrio de Boca en Buenos Aires. También me gustaría mencionar la belleza de los lagos con el majestuoso volcán Osorno (y otros) al fondo.
¿Nos puedes explicar las condiciones y peculiaridades de cada una de estas fotografías?
En el Perito Moreno tomé docenas de fotografías, desde cerca (porque un barco nos aproximó a escasos metros de las paredes del glaciar), pero al closing opté por crear una imagen panorámica que mostrara sus seis kilómetros de frente, más descriptiva que no una pequeña parte. El día que visitamos el Parque Nacional de Torres del Paine en Chile llovió a mares y una niebla pertinaz que no se levantó en toda la jornada impedía visionar sus famosas agujas; pero al día siguiente, en nuestro camino hacia argentina, observé en la distancia que la niebla se levantaba por la acción de unos tímidos rayos de sol, de manera que el conjunto ganó en dramatismo.
Y, por último, como autor del libro Los colores y tú, para mí visitar el espectacular barrio de Boca en Buenos Aires fue un peregrinaje obligatorio. Me desplacé temprano, anticipándome a la hora que acuden los turistas, pero por suerte topé con un viandante que iba vestido con la camiseta de la selección argentina. Triangulaba con los muñecos que con la misma indumentaria cuelgan de los balcones.
¿Habías estado antes en esta zona? ¿Cuándo?
Sí, hice un reportaje para la revista VIAJAR en el año 2009 sobre los glaciares en la Patagonia Chilena y la travesía con el crucero Skorpios. Salió publicado como El barco del Fin del Mundo.
¿Qué es lo que más te atrae, fotográficamente hablando, de esta parte del mundo?
Es una zona de paisaje telúrico, barrida por vientos eventualmente poderosos que cambia el aspecto de lo que te rodea en pocos minutos. Como dicen en la Patagonia, las cuatro estaciones del año las puedes contemplar en un solo día.
¿Con qué equipo fotográfico viajas?
Habitualmente para captar los temas sociales y antropológicos que tanto me gustan llevo una cámara Olympus con un objetivo angular de 35 mm y otras dos lentes, un tele corto de 90 mm y un angular más extremo de 24 mm. Todo ópticas fijas. Pero en este caso utilicé también un zoom 40-150 mm (el mismo que uso cuando fotografío safaris) porque sabía que su concurso sería imprescindible para resaltar los paisajes que visitaríamos con la Expedición VIAJAR.
¿Cuál crees que es tu fuerte como fotógrafo?
Las historias humanas. Rituales, fiestas, modos de vida… adoro documentar las infinitas manifestaciones del ser humano, en todos los sentidos. Aunque como fotógrafo de viajes las asignaturas de paisaje rural y urbano también las debes resolver.
¿Cuáles son tus fotógrafos de referencia?
Entre los clásicos Robert Capa, Cartier Bresson y Eugene Smith; pero en fotografía de viajes he aprendido mucho de Alex Webb, David Alan Harvey y James Standfield. El español José Manuel Navia también ha sido una gran referencia para mí, y también mis amigos César Lucas Abreu y Álvaro Leiva. Por desgracia ambos emprendieron su último viaje hace tiempo.
¿Cuándo y porqué decidiste ser fotógrafo?
En realidad cuando alguien se refiere a mí como fotógrafo le suelo dar las gracias. Yo he vivido de la fotografía, pero ha sido una manera de canalizar mi deseo de viajar y conocer el mundo en la época que me ha tocado vivir. Me considero más viajero que fotógrafo, y creo que sencillamente escribo usando la fotografía. Pero mis imágenes son muy sencillas y apenas pierdo un minuto en optimizarlas. Digamos que las publico tal como salen de la cámara, igual que sucedía con las diapositivas. La fotografía para mí ha sido la fórmula perfecta para hacer realidad mis propósitos de vida.
¿Cuál es tu cámara más preciada?
He trabajado siempre con grandes cámaras, como Leica, Nikon y en los últimos años Olympus (ahora llamada OM System); pero mi preferida es una cámara Hasselblad panorámica que utiliza película. Por desgracia puedo recurrir a ella raras veces.
¿A qué sitio que aún no conoces te gustaría viajar para tomar fotografías?
Me encantaría viajar a Pakistán y en basic por toda la zona de Asia Central, siguiendo la cordillera del Pamir que también incluye Afganistán, China y Kirguistán. Decidí que sería viajero cuando siendo un niño leía “Los viajes de Marco Polo” y por ahí transita una parte importante de la Ruta de la Seda que me encantaría visitar. Y tomaría algunas fotos, desde luego, pero sin obsesionarme. No hace falta fotografiarlo todo. El truco consiste en saber mirar.
Estas son algunas de las instantáneas realizadas por el fotógrafo durante el viaje
” Fuentes viajar.elperiodico.com ”