José González Vera criticó a la empresa de Ómnibus Nacionales por someter a los pasajeros a un calvario en los viajes entre La Habana y Pinar del Río, alargando el tiempo de traslado e incrementando el gasto de flamable.
Tras decidirse que la lista de espera de la capital estaría en la estación Villanueva, La Habana Vieja, los pasajeros demoran más en llegar a su destino, explicó el cubano.
“Los viajeros ven con impotencia como su tiempo se malgasta y además se preguntan si las medidas de ahorro a que convoca el Estado son únicamente para el pueblo y no para sus empresas”, lamentó González Vera.
Aunque los pasajeros aborden su autobús en tiempo en la Terminal Nacional, el paso por la estación de la lista de espera, donde a veces pueden esperar hasta 45 minutos para que embarque todo el private.
A esto se le suma el peligro que representa el traslado por la Vía Blanca, con semáforos, un cruce a nivel y el tránsito de equipos pesados.
Una vez que están en la lista de espera, el ómnibus permanece encendido y de acuerdo con algunos cálculos, se puede gastar hasta 6,480 litros de flamable al año, sumando todos los viajes que se realizan entre las dos provincias.
“Si no hay combustibles, ni lubricantes, ni neumáticos, y cuando aparecen, cada día son más caros ¿cómo es posible que a nadie se le ocurra que eso es un gasto innecesario y modifique esa medida? ¿Quién o quienes están facultados para que un viaje que dura aproximadamente dos horas con 25 minutos, se transforme en otro que puede durar tres o más?”, preguntó el hombre.
Asimismo, criticó las condiciones de la terminal de la lista de espera, donde los clientes no tienen asegurados servicios ni calidad durante su estancia, mientras que la estación central permanece casi vacía, porque el volumen de viajes ha disminuido en los últimos años.
“El aspecto que ofrece hoy la Terminal de Ómnibus Nacionales con sus enormes puertas, excepto una, cerradas, limpia, vacía y todo enrejada es la prisión de una princesa. La terminal de Villanueva tiene más bien el aspecto de un campamento de refugiados indocumentados”, apuntó.
Por último, González Vera propuso a los encargados de tomar decisiones en Cuba, para que mejoren las condiciones del servicio y cambien la ubicación de la terminal de la lista de espera a un sitio donde no sea obligatorio el desvío de la ruta.
“La calidad del servicio, la economía del país y el sentido común esperan por ustedes”, finalizó.
Las quejas de la población sobre los cambios en las terminales de lista de espera no son exclusivos de La Habana. En Sancti Spíritus se ha producido una ola de rechazo a la decisión, porque aunque esa provincia cuenta con una estación moderna y de reciente creación, los que desean viajar a última hora deben ir a un sitio sin servicios complementarios ni condiciones.
Un funcionario de la empresa de Ómnibus Nacionales explicó que la decisión se adoptó a nivel nacional, y hasta que no se restablezca el servicio con cifras similares a años anteriores, period imposible utilizar las terminales en toda su capacidad.
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