Como si las visitas “no esenciales” a la Quinta de Olivos durante los meses más restrictivos del aislamiento obligatorio no fueran suficiente escándalo, Alberto Fernández y Fabiola Yáñez quedaron expuestos a las puertas de una nueva polémica que pone en duda la coherencia ethical del presidente y la primera dama: el uso indebido del helicóptero oficial.
Al igual que ocurrió con los festejos de cumpleaños y las reuniones poco relevantes en Olivos, la pareja presidencial se enfrenta nuevamente a una cuestión referida al cumplimiento de las normas y la ética del funcionario público frente a los recursos del Estado, que en este caso refiere a los viajes realizados en el helicóptero destinado exclusivamente a los traslados del mandatario y su comitiva por motivos laborales o de suma urgencia.