Cuenta la leyenda que el compositor alemán Johann Sebastian Bach escribió las Variaciones Goldberg, una de sus obras más importantes según musicólogos y melómanos, como un remedio para el insomnio que padecía el conde Keyserling.
Con estas historias “mundanas” que se relatan en el concierto escénico Tempo Barroco es como oírTrìo Ensamble acercará la música clásica a adolescentes y adultos, valiéndose del humor y la diversión, los sábados y domingos del 22 de marzo al 13 de abril, a las 13:00 horas, en La Teatrería (Tabasco 152, Roma Norte).**
El ensamble y la soprano Yunuen Xolotzin no se limitan a interpretar obras de los siglos XVII y XVIII, sino que encarnan a tres músicos y una cantante relevantes dentro del periodo barroco en Alemania, Francia e Italia: Johann Gottlieb Goldberg, Heinrich Ignaz Franz von Biber, Marin Marais y Francesca Cuzzoni. Aunque Goldberg no es famoso por sus composiciones, sino por la leyenda en torno a las variaciones que escribió Bach y que llevan su nombre por ser él quien las interpretaba, se sabe que fue un virtuoso del clavecín.
Von Biber fue uno de los principales compositores que escribió piezas complejas para violín solo, antes de Bach, y que exploró la polifonía de este instrumento.
Por su parte, Marin Marais era violista de la corte del rey Luis XIV, el rey Sol.
En Tempo Barroco también se aborda el mito de la diva a través de Francesca
Cuzzoni, una mujer volátil que está fuera de sus cabales y que tiene una fuerte rivalidad con otra cantante de la época, Faustina Bordoni.
Gracias a la ficción, estas figuras históricas coinciden en tiempo y espacio para lucir sus obras, confrontar ideas y compartir interpretaciones. Un encuentro dónde la exuberancia, el hedonismo, lo exótico, el artificio y el misticismo juegan un papel vital; mientras corre el vino, surge la galantería y se destila pasión por la música.
**El domingo 6 de abril hay doble función, a las 12:00 y 14:00 horas.
Sin perder el gozo y el disfrute, el ensamble, que celebra sus 15 años de existencia en 2025, incorpora elementos de la interpretación históricamente informada para aplicarlos a instrumentos modernos. Su propósito es ofrecer una interpretación con un criterio y recursos propios, fusionando además otras disciplinas artísticas para enriquecer su propuesta.
“Es un proyecto interdisciplinario donde teatro y música convergen para salir de la formalidad de los conciertos de música de cámara”, explica Alejandra Cortés, quien se enfrenta al reto de tocar el violín y hablar al mismo tiempo.
Y es que los músicos no permanecen sentados frente al atril, por lo que tienen que memorizar algunas partituras para así escapar de la rigidez e incursionar en el uso del espacio escénico, algo poco frecuente en la música clásica.
Pese a que no hay un personaje que dé vida a Bach, se habla de él de principio a fin, por ser la inspiración de todo músico clásico, e incluso se interpreta su cantata Jesús, alegría de los hombres cuando los protagonistas de la obra conviven en paz.
El resto de la música que se toca es de Carl Philipp Emanuel Bach, de Jean-Phillipe Rameau, Riccardo Broschi, Antonio Vivaldi, Henry Purcell, Heinrich Ignaz von Biber, Marin Marais, Arcangello Corelli y Georg Friedrich Händel.
La violinista Alejandra Cortés es integrante de oírTrìo Ensamble junto con el pianista Sebastián Espinosa y el violonchelista Diego Cifuentes. Los tres encabezan la dirección artística y son autores de la dramaturgia de Tempo Barroco, producción nacional realizada con el Estímulo Fiscal del Artículo 190 de la LISR (EFIARTES).
El concierto tiene en la dirección escénica a Belén Aguilar, en la coreografía a
Mario Gómez, en el diseño de arte, espacio y utilería a Gloria Carrasco, en el diseño de iluminación a Jesús Giles, y el vestuario es de Sergio Ruiz.