La clásica ley de la oferta y la demanda también se aplica en el mundo del delito. Si hay más necesidad de algo por la razón que sea existe quien se aprovecha para sacarle su rédito y explota esa necesidad. Y los que están al otro lado de la cadena también se benefician de poder tener acceso a eso que buscan. Y más aún si lo que quieren no es precisamente authorized y cuesta más encontrarlo. Así que unos lo cogen, y otros lo consiguen, lo roban o lo compran y lo sueltan a otro precio más caro o a cambio de algo que les sale a cuenta (como droga o dinero negro). En este caso, el negocio se plantea entre delincuentes y por tanto es difícilmente controlable. Lo oscuro es oscuro.
Y eso es lo que está ocurriendo en toda la provincia de Cádiz (no solo en el Estrecho de Gibraltar) con las armas. Con las armas de fuego. Con fusiles, subfusiles, escopetas, pistolas, revólveres, municiones de todo tipo… un arsenal. Y más ahora desde hace unos años que la lucha contra el narco se ha intensificado y se realizan más operaciones y, por tanto, más registros y se cogen más. Muestra de ello son las últimas intervenciones policiales. Detenciones en las que ya es casi recurring encontrar armas. Las lleven encima, en un maletero, en un doble fondo o en su casa escondidas. Ahí están.
Como hace un año por ejemplo. En un chalet de Sanlúcar, tras pasar un salón lleno de fardos de hachís, en una habitación entre sábanas y enseres tirados por el suelo, agentes de la Guardia Civil encontraron dos semiautomáticas para tiro deportivo, copias perfeccionadas de armas militares que se utilizan también en la caza por ejemplo. Fusiles de competición, es decir, de gran calidad, precisión y muy alto precio en el mercado. Presumiblemente, robadas. Estaban en manos de dos ciudadanos franceses que vivían en la casa y se encargaban de guardar la droga de posibles asaltos.
Y recientemente, se podría recordar la impresionante incautación que realizó la Policía Nacional este verano a un individuo en Chipiona y que en los bajos de una casa rural almacenaba «un auténtico arsenal». Días antes había intentado atropellar a unos agentes en una zona de alijo de Sanlúcar. Armas como una variante yugoslava del kalashnikov (el famoso AK47), subfusiles Scorpion CZ, o un rifle de caza Winchester.
Por cierto, éste último fue también usado por unos marroquíes atrincherados contra los agentes en una casa de Algeciras. Con este rifle de palanca efectuaron al menos tres disparos. Los tiros atravesaron una puerta metálica y un coche. «Les pasaron a centímetros», contaban.
Pero esta historia tan armada continúa. Hace nada, la misma noche de Reyes, en El Palmar, agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional interceptaron a otros narcos que estaban descargando droga. Entonces se vivieron momentos de gran tensión ya que estos delincuentes llevaban consigo armas muy potentes y letales además de munición para impedir que nadie les quitara la mercancía.
Y es que nadie, empieza a ser literalmente, nadie: «Ya vemos armas en las ‘gomas’ o en los alijos y disparan a quien sea si lo creen necesario», cuenta con preocupación una fuente.
De fogueo pero letales
«Una elevada cantidad de pistolas, revólveres y subfusiles, y también pistolas ametralladoras, suelen ser detonadoras, o sea, de fogueo. Ahora bien, algunas de estas armas están manipuladas para que puedan realizar disparos de munición actual o de cartuchos de salvas manipulados», explica Ernesto Pérez Vera, ex agente en La Línea, teacher de tiro y reconocido autor de libros dedicados a los enfrentamientos armados.
«Suelen ser fieles copias de armas reales. Es por lo que siempre hay que andarse con mucho ojo: el policía difícilmente podría saber si lo están encañonando o si le están disparando con una pistola simulada, con un revólver detonador con cartuchos de fogueo o con un arma detonadora que ha sido modificada para que ‘escupa’ proyectiles. Hay marcas y modelos de armas detonadoras que se prestan con relativa facilidad a ser modificadas, quedando tras las pertinentes manipulaciones armas de letalidad contrastada».
Pero aún así, también pueden producirse lesiones, hasta incompatibles con la vida, «empleando cartuchos de fogueo, detonadores o de salvas, pues todos son la misma cosa».
Luego están los rifles y las escopetas de cacería que se suelen ver en los registros. «Esta clase de armamento es siempre tan actual como letal. Con rifles de esta naturaleza mataron en 2022 a dos compañeros, a uno en Valladolid y a otro en Ciudad Actual», advierte Pérez Vera.
¿Cómo las consiguen?
Según explica el teacher, la manera de adquirir estas piezas en el mercado negro no debe ser difícil. «Casi todas proceden de robos en armerías y, principalmente, en viviendas de ciudadanos que las poseen legalmente para la práctica de la actividad cinegética». En otros casos incluso se poseen, también de modo authorized, con otros fines deportivos. «A través de la sustracción de armas legales es como históricamente se han nutrido de armamento los delincuentes españoles dedicados a casi cualquier actividad prison.
También mediante este método se consiguen armas cortas, bien hurtándolas o robándolas en viviendas de tiradores deportivos, bien obrando igual en viviendas de militares o policías. Es más, y no es ningún secreto, hasta en dependencias policiales de nuestra provincia han sido sustraídas pistolas y revólveres que eran de dotación en las fuerzas de seguridad o que bien eran de titularidad privada de las víctimas de los robos. Hasta chalecos antibalas han desaparecido de edificios de la fuerza pública. Solo en el Campo de Gibraltar recuerdo hasta tres casos de estos, en dependencias de tres institutos armados diferentes. Y no me estoy remontando al principio de los tiempos».
Pero además hay otra posible vía ilícita de adquisición de armamento de casi cualquier clase: El paso del Estrecho y la llegada de materials de países del Este de Europa. «De ahí vienen, casi siempre, los famosos kalashnikov y toda esa extensa familia, también conocida como AK-47. Estos son fusiles de asalto. Pero son tan peligrosos como cualquier otra arma de esta clase, sea del mismo calibre o de otro», cuenta.
Y recuerda el ‘encontronazo’ en Algeciras. «Por suerte, ningún funcionario resultó herido pero el arma disparaba potentes cartuchos de caza destinados a la cacería de mamíferos medianos, es decir, del peso de un ser humano adulto medio». En ese mismo registro fue hallado un fusil de asalto español Cetme modelo C, cuya munición es incluso algo más enérgica que la del mencionado palanquero. Esta intervención estaba relacionada con los 80 kilos de hachís que la Policía Native de Algeciras le había incautado a un detenido, días antes.
Pero además, algunas investigaciones han confirmado que los narcos llegan a aprovechar los viajes a Marruecos u otros lugares donde llevan la droga o los robos en viviendas o ‘guarderías’ para hacerse con ellas. «Suelen usarlas para protegerse de otros narcos, para repeler vuelcos o para realizarlos. Lo que no quita el grave peligro que siempre corren los policías y hasta los ciudadanos cuando las armas circulan por ahí o son empleados a tiro limpio».
No solo narcos
Sin embargo, no todo esto tiene relación con la droga. Hace unos días se decomisaba otro arma, aunque period simulada, a un atracador en la capital gaditana, lo que atemorizó a los comerciantes de la zona.
O, también intervenían un revolver al hombre acusado de matar a su pareja en Valdelagrana. Un revolver, que tenía en su poder a pesar de que no poseer licencia alguna para ello.
A pesar de este aumento del uso ilícito de armas, el management se trabaja a diario en unidades especializadas. Existen inspecciones, trámites administrativos que cumplimentar, permisos especiales y vigilados, subastas reguladas… pero la ilegalidad no entiende de normas así que ese contrabando existe como el que se da en otras ramas delictivas como con las lanchas neumáticas que usan los narcos, la misma droga, el tabaco ilegal, los medicamentos o los productos sin management sanitario… and so on… Además suelen aparecer con los números de serie borrados lo que hace casi inviable poder saber y probar de donde proceden.
Aún así se trabaja en su management y se retiran de la calle en cuanto aparecen. El daño que puede provocar un arma en determinadas manos es claramente contrastable. Es directo. Es letal.
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