El restaurante es el primero en Ecuador en entrar en la lista de los mejores 50 de Latinoamérica.
El restaurante quiteño Nuema ocupa el lugar 48 del ‘ranking’ Latin America’s 50 Greatest Eating places 2020. Este es el primer establecimiento ecuatoriano en ser parte de la afamada lista que celebró su octava edición la semana pasada.
“Nuema se destaca dentro de una cultura gastronómica que comienza a afianzarse en Latinoamérica. Recupera las raíces de las tradiciones ecuatorianas más queridas, las inyecta de creatividad y transmite la experiencia a una mesa contemporánea donde brilla el producto”, se lee en la página net de The World’s 50 Greatest.
El restaurante es liderado por la pareja de cooks Alejandro Chamorro y Pía Salazar. ‘Nuema’, según relata Salazar, nació de la mezcla de las iniciales de los nombres de sus tres hijos: Nuria, Emilio y Martín.
“Teníamos un ‘background’ de haber trabajado en Perú, en el restaurante Astrid y Gastón. Vimos que tenían bastante orgullo por su comida y eso nos marcó. Hasta te llega a contagiar, decíamos por qué no hacemos lo mismo acá”, cuenta Chamorro.
Los cooks abrieron las puertas del primer establecimiento en 2014, en la República del Salvador. “Una vez que abrimos me aceptaron para hacer pasantías de cinco meses en el mejor restaurante del mundo de esa época, Noma (Dinamarca). Fue un viaje enriquecedor”, relata el chef.
En 2017, se mudaron a San Marcos, a un establecimiento que al ser más económico les daba más libertad para trabajar en su cocina.
Mauricio Acuña, director de la consultora gastronómica Espai Epicur, destaca la evolución de los cooks de Nuema. “Tienen un currículo de experiencias y han buscado una manera distinta de expresarse”, reflexiona.
El estudio y exploración en la cocina es clave para el reconocimiento que Nuema obtuvo, de acuerdo con Acuña. Sin embargo, la capacidad de comunicar su cocina de autor también es relevante.
En el nuevo native propusieron un menú de degustación. “Queríamos que la gente confíe en la experiencia gastronómica”, cube Chamorro.
Los cooks buscan que este menú sea de sabores simples y armónicos, y de una estética muy elevada. Las creaciones se basan en los productos locales y estacionales. “Es una cocina de sensaciones”, opina Acuña.
Cerdo negro criollo, mashuas, nea pía (un ají amazónico a base de yuca), frutas de temporada, y chawar (un destilado del ágave andino) son algunos de los productos que se hallarán en la carta.
“Queremos ser muy amables con lo que nos da la naturaleza. Si ese día tenemos paiche, con eso trabajamos”, explica.
Chamorro es quien sueña y crea los platos. Salazar, mientras tanto, los hace realidad. Se encarga de la logística diaria del restaurante, pero, además, es la chef pastelera.
Este tipo de reconocimientos particulares tienen un efecto positivo en el turismo gastronómico native. Además de atraer comensales de todo el mundo, muestra una oportunidad para otros cocineros.
“Para que restaurantes como Nuema obtengan esta distinción se requiere de un trabajo complejo y largo, pero sí es posible tener más visiones hacia afuera de nuestra gastronomía local”, reflexiona el director de Espai Epicur.
Con información de: El Comercio.
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