El caso del municipio granadino de Monachil, es un caso realmente único. Nos situamos a apenas ocho kilómetros de Granada capital, en la zona que tradicionalmente se conoce como la Vega, un valle que a lo largo de los siglos ha sido principalmente valorado por su fertilidad, y donde diferentes civilizaciones han cuidado con mimo todo tipo de cultivos. Ese es el lugar donde comienza el término municipal de Monachil, que termina nada más y nada menos que a 3.394 metros de altura, rozando el cielo, donde se encuentra el famoso pico Veleta, cuya omnipresente silueta preside de manera majestuosa todas estas tierras.
Eso es lo curioso del caso, que los caprichos de los repartos administrativos, han provocado que el término municipal de Monachil sea de unas dimensiones tan gigantescas –más de 90 kilómetros cuadrados– que incluya parajes tan diversos que alberguen ecosistemas propios de las diferencias de altitud, vegetación y fauna. Los atractivos de Monachil, por los que bien merece una visita sosegada, van mucho más allá de albergar la estación de esquí de Sierra Nevada, que es uno de los mejores lugares de toda España para practicar deportes de invierno, siendo además la estación de esquí que está más al sur de toda Europa, ofreciendo más de cien kilómetros de pistas y unas condiciones climáticas inmejorables.
Así, lo mejor será dividir el paisaje que podemos disfrutar en tres zonas bien diferenciadas. Por un lado tenemos la alta montaña, con elevaciones superiores a los 2.000 metros de altitud, que cuenta con lagunas, dehesas y borreguiles. Quizás las áreas de media montaña que se encuentran en el término municipal de Monachil son las que cuentan con una mayor diversidad pure, dejando rincones que son un auténtico privilegio para los sentidos. Por último, en las partes más bajas de Monachil, es donde vamos a encontrar la fértil vega y los cultivos propios de estos parajes, así como los principales núcleos de población, en un municipio que cuenta aproximadamente con 8.000 habitantes.
A la hora de disfrutar de actividades al aire libre, esta localidad granadina es un auténtico paraíso, ya que las opciones son prácticamente infinitas. Por supuesto, destacan los deportes de invierno, que son una auténtica industria y un motor económico en la zona, donde hay que destacar al esquí alpino, el esquí de fondo, o el snowboard. Pero ni mucho menos son las únicas actividades que se pueden desarrollar por estos lares.
Monachil es un lugar perfecto para los amantes de la montaña en todas sus variantes, y se convierte en el punto de partida de numerosas actividades como rutas a pie, en bicicleta, a caballo, en parapente o escalada. Para los senderistas, muy cerca del pueblo, existe una opción muy widespread, de una tremenda belleza, que es conocida como la ruta de Los Cahorros, un auténtico capricho de la naturaleza, protagonizada por el cauce del río Monachi, donde los caminantes tienen que cruzar un puente colgante de casi 60 metros de largo, y donde podrán ver saltos de agua, túneles de piedra y espectaculares acantilados.
Además, Monachil también es un municipio de referencia para la multitud de aficionados a la bicicleta de carretera que existen por estos lares. Esta localidad granadina es el punto de partida para ascender el duro puerto de montaña de El Purche, que cuenta con más de 12 kilómetros de extensión, 6,25% de pendiente media y llega hasta los 1.488 metros de altitud. Una ascensión con rampas especialmente duras, que suele combinarse con otras subidas que se realizan por el entorno y que fue puerto de paso en una de las etapas de la Vuelta Ciclista a España 2022.
Después de disfrutar de alguna de las múltiples actividades que se pueden llevar a cabo en los diferentes parajes que dan vida al término municipal de Monachil, llega el momento de dar un tranquilo paseo por el casco urbano de la localidad. Estamos en tierras duras, donde a lo largo de los siglos la mayoría de los habitantes se han agrupado en las partes de más baja altitud de la zona, con el objetivo de tener un acceso más sencillo a la agricultura y a la ganadería, evitando también así los rigores del clima propio de las zonas de mayor altitud. El casco urbano, a pesar de estar muy cerca de la capital, sigue manteniendo el diseño clásico de los pueblos serranos, por lo que se convierte en una visita indispensable.
La población se concentra en los barrios de Miraflores, Barrio Alto y Barrio de la Iglesia, distribuyéndose el núcleo urbano en terrazas fluviales a ambas laderas del río. A la hora de visitar los diferentes hitos que dan vida al pueblo, debemos hacer parada en el Convento de los Agustinos Recoletos, en el jardín botánico de la Cortijuela y en la iglesia de la Encarnación.
Tierras con historia
Estamos en tierras con mucha historia, que están pobladas como mínimo desde el año 1.700 a.C., y que han sufrido numerosos avatares a lo largo de los siglos, pero que siempre han destacado por su belleza, fertilidad y espectaculares parajes. En la época de dominación islámica, Monachil fue una apreciada alquería, en la que se cultivaban numerosas moreras que se usaban para alimentar a los gusanos de seda.
Monachil es un lugar perfecto para desconectar, para disfrutar en la naturaleza y para degustar exquisitos platos de la gastronomía tradicional, como por ejemplo la olla de San Antón, que se elabora con habas secas, arroz, garbanzos, hinojos y diversas partes de cerdo, como por ejemplo las manitas y el rabo. Sin olvidar otras opciones como las papas a lo pobre o las habas con jamón.
Un municipio conocido en el mundo entero por tener una espectacular estación de esquí en su término municipal, pero al que sólo hay que acercarse con un poco más de atención, para comprobar que Sierra Nevada, es sólo uno más de sus múltiples atractivos.
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