La avenida de los Andes, entre Conde de Orgaz y el Campo de las Naciones, acoge numerosos proyectos de restauración. Algunos más acertados que otros. Porque para destacar entre tanta oferta es importante tener una propuesta diferenciada, singular. Es la thought con la que Sergio y Roberto Hernández, de Latasia, aterrizaron en la zona con Moemia Taberna Viajera –cuentan también con otro restaurante muy cerca, Taramara– para invitar a sus clientes a revivir los grandes viajes que estos dos hermanos han realizado juntos por el mundo.
Un itinerario que arranca en su infancia, madrileña, con guiños a la cocina castiza que se desmarcan del dogma. Por ejemplo con unas patatas bravas convertidas en un gofre (8,4 euros), salsa brava –con chipotle– y alioli de ajo asado; unos callos (12,75) con una salsa bien trabada con curry rojo tailandés; la terrina de oreja a la plancha (11,5) o un torrezno con apellido coreano (5) glaseado con barbacoa de toques dulces que refuerza ese gusto de Sergio y Roberto por el sudeste asiático.
Las idas y venidas también a la cocina de Sudamérica recorren la carta con bocados suculentos como la empanadilla de ají de gallina (5); un tiradito de salmón —que curan ellos mismos— con leche de tigre de maracuyá y hoisin de frutos rojos (fuera de carta); o un arroz chaufa de panceta y chipirón (17,25).
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Qué pedir:
la empanadilla de ají de gallina,el ‘bao’ de panceta o los callos con curry rojo tailandés. -
Perfecto para:
una cena casual en mesa alta. -
Precio cerveza:
4,5 € (artesana). -
Precio ensaladilla:
11,5 € -
Dirección:
Avenida de los Andes, 8.
Aún hay tiempo para viajar a la costa este de los Estados Unidos para probar su versión del ‘lobster roll‘ (13,95) en el que cambian la langosta por cigalas en tempura con mayonesa de kimchi sobre un pan brioche.



Sobre estas líneas, la empanadilla de ají. Abajo, a la izquierda, el ‘lobster roll’ de cigalas en tempura. A la derecha, el gofre de patatas bravas
El interiorismo de la taberna es un valor añadido para los amantes del diseño. Todas las paredes del native están ilustradas por Tato Repetto, un artista native que se ha inspirado en el mundo del grafiti y del arte urbano. En el centro de todas las miradas está el mural inspirado en Las Meninas de Velázquez.
La propuesta de Moemia se completa con una nutrida carta de coctelería, opciones sin alcohol, cervezas artesanales y una selección de vinos por copas. Si apetece postre los Hernández reinterpretan dos bollos industriales de la infancia: el ‘bollycao’ y la pantera rosa’ (6,9).
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