(CRHoy.com).- Dallas, Texas. “Estoy dispuesto a endeudarme por la vacuna. No me voy arrepentir si tengo que pagarlo toda mi vida. Representa mucho para mí, para mi familia. Yo no me quiero morir”.
Así explica un vecino de San José sus motivos para viajar a Estados Unidos por la vacuna contra la COVID-19. Tiene unos 40 años y todos los días sale a trabajar. Sabe que la vacuna no es una garantía absoluta, pero repite varias veces que él no se quiere morir.
Su mayor preocupación es que este virus le fairly la oportunidad de ver crecer a su hija, una niña de 3 años. Esto le ha robado la tranquilidad. Tiene un par de factores de riesgo y siente que su dosis está lejos.
En su Ebáis apenas van por los adultos mayores y no se visualiza entre los futuros elegidos para tener la vacuna prometida. “Yo no me quiero morir”, me insiste.
Y por eso él decidió viajar. Es uno de los miles de costarricenses que tomaron un avión a Estados Unidos y tratan de conseguir alguna dosis contra el nuevo coronavirus: quieren tener tranquilidad.
Y él no está solo. Las estimaciones de la Asociación de Agencias de Viajes es que más de 20 mil costarricenses viajen a territorio norteamericano en los próximos 3 meses.
Walter Valverde, Presidente de Viajes Colón considera que ya para esta semana se superará la cifra de 10 mil costarricenses vacunados en el exterior. Cada vez son más y es enfático en explicar que hay una abundancia de vacunas, dado a la política agresiva que incentiva al turismo en Estados Unidos e impulsa una reactivación económica native.
Los principales destinos para los ticos son ciudades como Miami, Orlando, Dallas y Houston. Por ejemplo, los precios son variados y en Viajes Colón se pueden encontrar paquetes con boletos, traslados, la cita de vacuna y hospedaje que van desde los $700 hasta $1200 dólares.
“Acá se puede escoger la vacuna y hay una gran disponibilidad. Recomendamos destinos con vuelos directos y no exponernos a una conexión, porque son muchos turistas los que están viniendo”, comentó Valverde.
Voces de ticos
El sábado 14 de mayo, en Dallas, Rafael Murillo se colocó la vacuna de Johnson y Johnson. Él tiene 47 años, sin factores de riesgo, pero reconoce que ha fumado durante los últimos 20 años.
Un médico le advirtió que es un issue que le puede generar complicaciones por lo que se aventuró a viajar y terminar con una ansiedad que ya le estaba quitado la paz.
“Vine por mi salud. No tengo certeza de cuándo me va a tocar la vacuna en Costa Rica y aunque no tengo factores de riesgo, sí fumo mucho y eso me preocupó bastante por mi condición”
“La vacuna me quita ansiedad, porque las vacunas buscan reducir el espectro de mortalidad, entonces hay un nivel de certeza de que no vas a enfermar gravemente y morir”, comentó este administrador.
Murillo es claro que seguirá aplicando todos los protocolos y el distanciamiento para evitar los riesgos.
A él le resultó sorprendente que en menos de 2 minutos lo vacunaron, en un proceso bastante sencillo, donde solo llenó un formulario. Él se colocó la dosis en un supermercado.
De igual manera, Jacqueline López, vecina de San José viajó a Estados Unidos porque su vacuna no estaba cercana. Al ver el aumento de casos de las últimas semanas, también decidió viajar.
“Estaba muy preocupada por la condición y la cantidad de contagios que hay en Costa Rica. También por el tiempo para que llegue mi vacuna, parece lejana. La experiencia ha sido super buena, andamos con la agencia de viajes y todo ha sido muy bien coordinado”, expresó López.
Por su parte, la joven Marcela Herrera, una científica costarricense explicó que por ser una persona joven, sin factores, su mejor opción period viajar al extranjero por lo que se unió al grupo de ticos que ya se vacunaron en Estados Unidos.
“La situación del COVID es preocupante. Ha sido una experiencia fácil y el proceso de vacunación fue sencillo”, mencionó la joven.
Éxodo latinoamericano
La facilidad para colocarse la vacuna en Estados Unidos es tal, que se vive un éxodo latinoamericano para conseguir la dosis. Mientras nuestros países piden donaciones (que se darían hasta después de julio) para conseguir más vacunas, allá el proceso es sumamente sencillo.
Hay centros de vacunación y también se pueden obtener en farmacias o supermercados con previa cita. Ambas formas son gratuitas. Esa peregrinación de los turistas por vacunas es evidente en los aeropuertos donde es fácil identificar a mexicanos, guatemaltecos, hondureños y sudamericanos que van por la dosis.
Es así como los destinos más populares cada vez reciben más visitantes y los boletos aéreos presentan todo tipo de precios. Oferta y demanda. Además, se ha reportado una demanda excesiva para la renta carros, por lo que se elevó el costo a precios nunca antes vistos.
Ante esto, un destino como Dallas, que no es tan turístico se convierte en una solución, dado que el Estado de Texas abrió las puertas a los turistas para que se vacunen.
Los promotores de turismo de Go to Dallas también ofrecen variadas actividades complementarias que van desde conocer el Museo del Sexto Piso, donde se narra paso a paso la vida y el asesinato del expresidente John F. Kenedy hasta una serie de jardínes botánicos o centros dedicados al arte y la escultura.
Dallas es la novena ciudad más grande del país y se ha caracterizado por ser uno de los principales centros de negocios e innovación del país.
En primera persona
Yo también me vacuné en Estados Unidos. Durante 4 días compartí con un grupo de costarricenses que viajaron con la agencia de Viajes Colón y vivimos el éxodo de miles de latinoamericanos que van por vacunas. Allá sobran.
Durante el viaje, conocí costarricenses que trabajan todos los días y decidieron hacer un esfuerzo extraordinario para adquirir su dosis: cambian millas, usan boletos que tenían bloqueados por la pandemia, y hasta gastan sus ahorros porque saben que no están en los grupos prioritarios de vacunación.
Estamos claros: la vacuna no es sinónimo de inmunidad whole, pero, si hay más personas vacunadas, será mejor para todos. Es un pequeño aporte en medio del alto nivel de contagio, la saturación hospitalaria y el ritmo de la llegada de vacunas al país.
Nadie quiere ser parte de esa triste lista de más de 3600 víctimas por COVID-19 en el país.
¿Cuántas de esas víctimas tuvieron la oportunidad de vacunarse? ¿Cuántos se quedaron esperando la vacuna?
Ayer el Ministro Daniel Salas anunció que solo el día martes 17 de mayo fallecieron 48 personas, marcando un nuevo récord negativo.
” Fuentes www.crhoy.com ”