La agenda oficial de los reyes
Felipe y
Letizia viene, casi siempre, por triplicado. Los monarcas asisten a actos juntos y en solitario, tanto en España como fuera del territorio nacional. Y, con permiso de Casa Actual, tenemos que apuntar que la presencia o la ausencia de
Felipe VI (que hoy está en París visitando la sede de la OCDE) marca una gran diferencia. Con el jefe de Estado presente, lo protocolario se impone. Cuando
la reina vuela sola, sin embargo, la proximidad gana la partida y se multiplican las anécdotas.
Apostamos a que la misma
reina Letizia, entrenada para comunicar con expresividad, es más que consciente de la diferencia que marca la
presencia del rey Felipe. De hecho, es evidente que el management de la expresión que exigen las recepciones junto al monarca ha sido la causa de tantas
acusaciones de frialdad que se han lanzado contra la monarca. A la reina le cuesta mantener el hieratismo que el rey practica a la perfección.
En realidad, sucede al contrario de lo que solía decirse: es la pure extroversión de
Letizia a la hora de mostrar su temperatura emocional lo que la obliga a congelar sus facciones. Por eso la reina funciona a su máxima potencia empática cuando
ejerce en solitario o la vemos en su ocio privado. Y protagoniza momentos verdaderamente hilarantes.
Por qué la reina Letizia gana puntos cuando cumple en solitario con sus compromisos de agenda
El pasado febrero, cuando una señora a la que saludaba a la salida de un acto le preguntó dónde se había «dejado al rey»,
Letizia no se lo pensó dos veces y contestó entre risas: «en Barcelona. Mejor así». En septiembre, en un acto del Banco Santander, una señora llamada Marujita se atrevió a pedirle: «Letizia, me vas a perdonar, ¿me darías un abrazo?», provocando uno de los
momentos más tiernos del reinado de la monarca, que se acercó a ella y la abrazó largo rato en medio de los aplausos.
Gracias a las revelaciones publicadas a propósito de su 50 cumpleaños, con dos biografías y varios reportajes que hicieron luz sobre su día a día, sabemos que la reina Letizia
no se priva de ir a comprar tomates o sardinas ella misma o que no ha requerido los servicios de niñeras, pedagogas o asistentes para criar y educar a sus hijas, a las que incluso les prohibió usar zapatillas y vaqueros premium.
En este mismo espíritu de normalidad, las actividades que realiza en solitario, muchas veces sin la compañía del rey Felipe VI, son precisamente las que la conectan con su educación de
persona regular y corriente, sin ninguna pretensión institucional. Por ejemplo, ver películas en cualquiera de las salas de cine independiente de Madrid. Acude muchas veces sola y sin llamar la atención.
Si el rey Felipe, un deportista consumado, prefiere dedicar tiempo libre a practicar esquí y vela o a asistir a partidos defútbol o tenis, Letizia opta por las artes escénicas. La hemos visto varias veces entrar o salir de espectáculos teatrales o de danza, por ejemplo en los Teatros del Canal, acompañada por Leonor y Sofía. Las tres han
acudido a conciertos (el de Harry Kinds o el de Rosalía), con lo que la reina no ha olvidado los tiempos de recién casada, en los que se escapaba a la Riviera para bailar a sus grupos indie favoritos.
Por qué la reina Letizia sigue quedando en secreto con sus amigas periodistas
En Palma de Mallorca, también ha habido noches de chicas, solo para la reina, sus hijas y la reina Sofía: las hemos visto de cena y mercadillo, sin la presencia del rey. Se mantienen en el más absoluto secreto, eso sí, las frecuentes quedadas de la reina Letizia con su
círculo íntimo de amigas periodistas, en el que se encuentran Sonsoles Ónega, Ana Prieto, Inma Aguilar o Almudena Bermejo. Lógicamente, tampoco trascienden las visitas que realiza a sus padre, ambos residentes en Madrid, o a su hermana Telma.
También continúan en el ámbito de lo no confirmado sus
viajes a Portugal, más concretamente a la zona del Algarve, donde el empresario Vasco Manuel de Quevedo Pereira Coutinho posee el imponente castillo de Sân Joâo de Arade. Amigo íntimo de los reyes, no solo los ha recibido en pareja sino a Letizia en solitario, con sus hijas o con su madre, Paloma Rocasolano. La reina se lleva a las mil maravillas con la arquitecta Isabel María de Carvalho, su mujer.
A punto de cumplir una década de reinado, ya podemos detectar en la agenda oficial de Letizia algunas citas que la competen exclusivamente porque
forman parte de su misión. Todo lo que se refiere a la investigación contra el cáncer, las enfermedades raras o la salud psychological tiene que llevar su sello. Pero no podemos olvidar escapadas muy significativas para conocer los asuntos que le importan.
Es cierto que la reina Letizia se reserva cierto tipo de actos para su exclusivo protagonismo. Por ejemplo, los relacionados con la sostenibilidad, como la feria BioCultura. O con el
feminismo y el empoderamiento de las mujeres, como en su apoyo al equipo femenino de waterpolo (asistió a un partido benéfico a favor de la investigación contra el cáncer) o a las mujeres científicas y tecnólogas.
Sin duda, Letizia se apunta un tanto a la hora de actualizar el rol que puede cumplir una reina apoyando las causas de las mujeres, también en sus viajes de cooperación. Sin embargo, quizá el impacto de estas
iniciativas por la igualdad, tan importantes ahora que se aproxima la mayoría de edad de Leonor, se redoblaría si el rey Felipe se atreviera alguna vez a subrayarlas con su presencia.
” Fuentes www.mujerhoy.com ”