Desconectar de la rutina. Si tenemos la oportunidad de salir, lo hacemos. Pero para aquellas familias que cuentan con un perro entre sus miembros, planificar una escapada resulta más complicado de lo normal. Las restricciones de algunos establecimientos, las condiciones de los distintos medios de transporte o los requerimientos de las autoridades dificultan cambiar de aires junto a tu peludo compañero.
Ya sea para viajar al extranjero o si vas a moverte por España, te dejemos una serie de consejos con los que conseguir planificar las mejores vacaciones posibles con tu mascota y así evitar sustos de última hora.
Transporte
Uno de los principales quebraderos de cabeza a los que tenemos que hacer frente antes de viajar es cómo llevamos a nuestro perro al punto de destino. Si viajamos en coche propio, la DGT recuerda que nunca viajemos con un animal suelto en el vehículo como norma general (bajo multa de hasta 100 euros). Pero no es solo por el dinero, sino también por nuestra propia seguridad: un perro suelto podría distraernos a la hora de la conducción. Elegir un sistema de retención adecuado (arneses o trasportines), colocar un separador entre la parte delantera y la trasera, controlar la temperatura del habitáculo y hacer paradas de manera regular (aproximadamente cada dos horas de conducción, dependiendo de nuestro compañero de cuatro patas) son otros consejos para hacer nuestro viaje más seguro.
Si vamos a coger un transporte público, las cosas cambian un poco. Ya que no solo debemos preocuparnos de nuestra seguridad y la de nuestra mascota, hay que tener en cuenta las condiciones y limitaciones de cada medio. Por eso, volvemos a incidir en la misma idea: lo importante es planificarlo con antelación, preguntar a la empresa encargada y asegurarnos bien de las cláusulas estipuladas. Aunque cada compañía es un mundo y puede variar, dejamos aquí una serie de consejos generales para viajar con nuestro perro en los principales medios de transporte.
Autobús
El medio más barato y donde, en principio, menos problemas podemos encontrarnos. Pero tiene una contraparte, y es que quizás es el más incómodo para nuestro compañero perruno. En términos generales, el reglamento para las distintas compañías de trasporte suele ser parecido. En todas debemos pagar un plus al billete, tarifas que en ocasiones llegan a ser de hasta el 50% del coste total. Ojo, ya que algunas también nos exigen rellenar un impreso especial para viajar.
Una idea debemos tener clara: el perro no puede acompañarnos en el interior del autobús, salvo en el caso de animales de asistencia, como perros de compañía para invidentes o los que presten apoyo a personas con trastornos diabéticos y epilépticos. Los animales suelen viajan en el maletero inferior, con las maletas de los pasajeros, o en habitáculos especiales para ellos. Deben ir dentro de su trasportín homologado, en el que debemos procurar que vayan lo más cómodos posibles, añadiéndoles algo de comida y bebida u objetos para que se entretengan.
Podemos trasportar un perro por billete, mediano o pequeño, ya que, salvo algunas excepciones, este no puede exceder los 10 kilos de peso. En algunas compañías, podemos llevar más de una mascota, siempre que quede capacidad en el maletero del autobús.
Tren
Otro de los principales medios en el que podemos viajar con nuestro peludo amigo es el transporte ferroviario. Renfe, la principal compañía de trenes que opera en España, tiene una política clara, con distintas diferencias según la distancia y el tipo de servicio. Solo pueden viajar animales pequeños, que no pesen más de 10 kilogramos, y viajando siempre en su trasportín con medidas máximas pautadas (60x35x35 cm). Hay una excepción: desde el 13 de septiembre y hasta después del puente de diciembre, la compañía estatal realiza pruebas en distintos trenes para el trayecto Madrid-Barcelona en el que aumentan el peso máximo del perro a transportar hasta los 40 kilos.
En el tren solo puede ir una mascota por persona. Para ello, debemos adquirir su propio billete complementario y no podemos dejarles ocupar un asiento: deberás llevar el trasportín encima o en el suelo. Dependiendo de si viajas en AVE o en media distancia, el coste varía entre los 20 euros extra (en la tarifa básica) hasta el 25% del precio general total. Sin embargo, como ocurría en los autobuses, los perros guía y de asistencia viajan gratis siempre y tampoco deben ceñirse a restricciones de peso, al considerarse necesarios para sus dueños.
Avión
El estrés de coger un avión que les aumenta a algunas personas se multiplica más aún si piensan en viajar con mascota. Mucho tiempo sin verle la cara, los controles de seguridad que tiene que pasar, la extraña sensación que siente al ir por el aire en la oscuridad… Son distintos los motivos por los que los dueños de perros evitan volar y prefieren el transporte terrestre para ir con su compañero peludo.
Sin embargo, no debemos tener miedo, simplemente organización previa (y un trasportín apropiado, como en todos los medios de transporte). Según apunta la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), es mejor volar con tu perro entre semana, pues habrá más personal trabajando y será más sencillo. A la hora de comprar el billete, debemos contactar con la aerolínea para confirmar que tu mascota puede volar: normalmente, el número de mascotas por avión está limitado, así que lo mejor es adelantarse. Una curiosidad es que los expertos recomiendan no volar a zonas en las que haga mucho calor con perros de nariz chata (carlinos, bulldogs, pequineses…) pues tienen dificultad a la hora de mantener la temperatura corporal en climas calurosos. Es preferible evitar sustos en viajes largo.
Si el perro es pequeño, hay aerolíneas en las que permiten que viaje contigo en cabina. En caso contrario, deberá ir como equipaje especial en la bodega. Y, aunque parezca que no, a veces es la mejor manera: estas cuentan con ventilación y temperatura regulada, tienen un espacio silencioso y oscuro, lo que les permite ‘aburrirse’ y facilita que se duerman. Sea como fuere, deben contar con el trasportín adecuado, con espacio suficiente para girar, sentarse erguido o acostarse en una posición natural.
Alojamientos
Como en un viaje sin mascotas, buscar el transporte adecuado es solo el primer paso. Encontrar un alojamiento en el que quedarnos suele ser más complicado, ya que no basta con un trasportín y pagar más. Hoteles y apartamentos tienen sus propias normas a la hora de acoger a nuestros peludos compañeros, por lo que puede ser un verdadero quebradero de cabeza conseguir el sitio perfecto.
Como norma general, los campings y las casas rurales suelen poner menos problemas, aunque a veces tendrán que quedarse en el campo y no pueden entrar con nosotros. Lo mejor es contactar antes de reservar para no llevarnos ninguna sorpresa al llegar. Si no estamos seguros por donde empezar, existen webs especializadas en buscar alojamiento en el que permiten perros. Incluso en los buscadores clásicos como Booking podemos filtrar por lugares que admitan mascotas.
Vacunas y permisos
Viajar por España con perro no supone más problema de papeleo que el básico: tener en regla los documentos por si nos lo requiriesen las autoridades. Sin embargo, si queremos abandonar el país, la cosa resulta más difícil. Según recoge el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en su web, si nuestro destino es la Unión Europea, la mascota debe cumplir una serie de requisitos: estar identificada con su microchip correspondiente (o el tatuaje que había antes), vacunada contra la rabia y tener el pasaporte europeo en regla. Además, si vamos a Irlanda, Malta, Finlandia o Noruega, también debemos tratar a nuestro perro contra la E. multilocularis entre 24 y 120 horas antes de llegar al país.
Si el viaje es a un país de fuera de la UE, lo mejor es informarse previamente en la embajada o consulado correspondiente, ya que cada estado puede poner sus condiciones propias. Además, toca hablar con el veterinario para que expida los certificados de buena salud y exportación, necesarios para ir al extranjero. Al volver a España, debes pasar por una zona especial del aeropuerto y, en algunas ocasiones, realizar un test serológico contra la rabia. La siguiente infografía simplifica los pasos a seguir:
Viaja con tu perro fuera de la UE /
¿Y si finalmente tu perro se queda en casa?
Hemos planificado todo con antelación, revisado las condiciones de los medios de transporte para ir con canes y rastreado todos los posibles alojamientos en los que hospedarnos. Tenemos los papeles de nuestras mascotas y las vacunas en regla. Y sin embargo, por el azar del destino, no hemos conseguido cuadrar el viaje con nuestro peludo amigo.
¿Qué opciones nos quedan si no queremos renunciar a irnos de viaje? Pues buscar hoteles caninos o hacer la clásica: tirar de amigos y familia para que lo cuiden durante esos pocos días que estemos fuera de casa.
” Fuentes amp.epe.es ”